Dos días por Tierras Altas de Soria. 3-5 enero 2022 (2 de 2)

Rico desayuno preparado por Enrico y Mayte a las 9,30 de la mañana. Café, cola cao, té, zumos, tostadas, pastel, jamón serrano, fruta…… Tomamos buena nota de las recomendaciones de caminos y posibles destinos que nos dan nuestros chefs y embarcamos de nuevo los seis en el Land Rover, esta vez con un mapa de la zona facilitado por Enrico y que nos dará luz el resto de la jornada.

Primera parada en un cerro próximo al propio pueblo de Fuentes de Magaña donde se encuentra La Horca, posible Rollo de justicia compuesto por dos recias columnas donde se castigaba y ajusticiaba a los delincuentes medievales. Desde aquí hay unas vistas del pueblo y el Moncayo muy recomendables. Muy cerca hay icnitas, huellas de dinosaurios.

Siguiente parada en Cerbón, donde pudimos entrar a su iglesia románica dedicada a San Pedro Apóstol (fines s. XII) cuya puerta estaba abierta pues están con obras de mejora. Agotada la paciencia de los operarios, nos ruegan que nos vayamos pues en teoría no podemos pasar por el peligro que supone. La singularidad de esta iglesia es que consta de dos ábsides gemelos lo cual no es habitual.

La Horca. Fuentes de Magaña.
Iglesia de Cerbón

Espectacular la carretera estrecha, algo rota y con fuerte bajada con curvas muy cerradas que nos lleva hasta Las Fuesas, un pequeño pueblo vacío en ese momento, pero algunas de sus casas muy cuidadas. Hay una gran pradera para acceder al pueblo que contribuye, aún más, a embellecer este lugar. Primer encuentro del día con la España vacía.

Las Fuesas
Las Fuesas
Las Fuesas

Enfrente y en un alto, se ve Castillejo de San Pedro que es nuestro siguiente destino. Este pueblo deja sin palabras. Ya su entrada con una empinada cuesta y la dificultad de encontrar un lugar donde dejar el coche, es anuncio de la autenticidad de este lugar. Pocas casas arregladas pero la mayor parte de ellas en pie al menos en sus paredes. Mucha piedra suelta en las calles y unas vistas espectaculares. No dejamos de deambular por este misterioso lugar. Encontramos un par de personas muy atareadas con los arreglos y limpieza de sus casas. Llama la atención la iglesia románica de La Natividad de Nuestra Señora, algo restaurada y de factura muy pobre. Segundo encuentro con la España vacía.

Castillejo de San Pedro
Castillejo de San Pedro
Castillejo de San Pedro. Vistas
Iglesia Castillejo de San Pedro
Castillejo de San Pedro

A continuación, nos dirigimos por pista de tierra al pueblecito más querido de nuestras aventureras más jóvenes, Valdelavilla, más conocido como “Peñafría” en la serie de televisión “El Pueblo”. Pueblo de piedra, totalmente rehabilitado respetando su originalidad y en un paraje precioso. Lo recorremos en todas direcciones, reconociendo los lugares y casas de los personajes y coincidimos con al menos una docena de personas también apasionadas de la serie por los comentarios que podemos captar. Realmente la visita merece la pena y espero que este lugar sirva de motor económico y social para Tierras Altas. Si eres asiduo de la serie, reconocerás en las fotos siguientes alguno de los edificios más famosos.

Valdelavilla
Valdelavilla
Valdelavilla
Valdelavilla

Volvemos sobre nuestros pasos y tomamos dirección Magaña, a mi parecer, una de las joyas de este territorio. La carretera es de las buenas, estrecha, rota, con curvas muy cerradas y muy empinada. Allí nos espera su castillo cuya estructura actual es del siglo XV. La torre del homenaje es una torre bereber del siglo X y formaba parte de la red de vigilancia y defensa del valle del río Rituerto junto con otras torres similares y cercanas en Trévago, Masegoso, Aldealpozo, La Pica, Hinojosa, Noviercas, etc.

Casualmente, el martes es el día que cierra el bar del pueblo por lo que comemos nuestros víveres al sol y con vistas al castillo y la iglesia gótica de San Martín de Tours (s. XVI). Nos cruzamos con tres personas en el pueblo. La sensación de vacío y aislamiento es fuerte. Se afianza mi posición que, en este tipo de rutas y por estas zonas, hay que ir siempre provistos de comida y bebida y que nadie piense en un cafecito después de la comida porque, simplemente, no hay donde tomarlo. Tercer encuentro con la España vacía.

Magaña
Magaña
Magaña
Magaña

Ante la insistencia de un reconfortante café caliente, ponemos rumbo hacia San Pedro Manrique a 20 km., haciendo parada previa en nuestro último pueblo del día, Valtajeros, a disfrutar de la tantas veces por mi nombrada mejor iglesia fortificada de la provincia. Nos viene muy bien unos kilómetros de pista de tierra donde las más jóvenes me incitan para que acelere. Y acelero, vaya que si acelero. Cuarto encuentro con la España vacía.

En San Pedro Manrique volvemos al bar de ayer y repetimos la taza de té. Casualmente, nos reencontramos con los cinco parroquianos del día anterior pues también hoy tenían partida. Larga conversación con uno de ellos que nos pregunta si nos gustaba la zona, el pueblo, etc. ¡Por supuesto! Quinto encuentro con la España vacía.

Cae la noche y comienza a llover. Hace mucho frío y el tiempo ha cambiado radicalmente en cuestión de pocas horas. Se levanta mucho viento. Carretera hasta nuestro Albergue donde nos relajamos un par de horas con la frigocerveza llena a nuestra disposición, una enorme TV de plasma, wifi y todo tipo de comodidades.

Los cinco minutos que tardamos en llegar andando al bar de Fuentes de Magaña para cenar son heladores. El viento es polar y estamos a bajo cero. Sigue lloviendo y en ocasiones nieva ligeramente. Cena en el bar donde nos sirven una sopa de cocido con fideos y pollo asado. Si ayer nos atracaron, hoy ya el atraco es a mano armada y con nocturnidad. Sexto y último encuentro del día con la España vacía.

De vuelta, nos acompaña en el paseo un zorro a escasos metros, al cual alimentamos a base de bien una vez que llegamos al albergue. Sé que no es muy correcto alimentar bestias salvajes, pero no lo pudimos evitar.

Frigocerveza

Amanecer muy frio y con las montañas nevadas. Espectacular. De nuevo rico desayuno en el Albergue y rumbo a Soria donde cambiamos de coche para la vuelta a casa. La dureza del viaje en Land Rover hasta Soria (50 km.) provoca que los pies de nuestras aguerridas aventureras se congelen, logrando que vuelvan a la normalidad cuando apenas nos queda una hora de viaje y tras obligada parada en Alcolea del Pinar.  Es la noche de Reyes y hay que llegar a tiempo para poner los zapatos, así como mazapanes y bebida para sus Majestades y sus monturas. Pero eso ya, amigos, es otra historia.

Amanecer en Fuentes de Magaña

Dos días por Tierras Altas de Soria. 3-5 enero 2022 (1 de 2)

Siempre es reconfortante encontrar compañeros de viaje incluso cuando el destino es la zona más despoblada de Europa, menos de dos habitantes por kilómetro cuadrado y el alojamiento que has buscado se sale de lo convencional o al menos distinto de aquello a lo que normalmente estamos más acostumbrados.

Y reconforta aún más cuando a todos les parece correcto que las comidas serán por nuestra cuenta, al aire libre, que el medio de transporte será un Land Rover, que no siempre rodaremos por asfalto y que encima hay previsión de lluvia.

Los seis curtidos integrantes de este viaje nos desplazamos en el Land Rover hasta la zona de Tierras Altas de Soria y a través de la carretera que lleva al Puerto de Oncala, donde la parada es obligatoria a disfrutar de las buenas vistas y del eterno y frío viento de este paraje.

Puerto Oncala
Nuestro medio de transporte

Tierras Altas de Soria es la zona más despoblada de la Europa moderna. Territorio de gentes austeras y curtidas, territorio de generaciones y generaciones de trashumantes.

En Oncala encontramos abierta la fábrica de quesos y aprovechamos para compramos una extensa gama de exquisitos productos de oveja criada en Tierras Altas y elaborados de forma artesanal, lo cual pudimos comprobar personalmente. Largo paseo por el solitario pueblo de Oncala, donde tomamos un par de cervezas en el bar y en el que únicamente se encontraban otras dos personas más, una de ellas por mi conocida, que al decirle que me alegraba verle, su respuesta fue sorprendente: “Que el que se alegraba realmente de verme era él por haber vuelto a Oncala y además acompañado de otras cinco personas”. Primer contacto con la España vacía.

Iglesia Oncala
Oncala

Siguiente parada en San Andrés de San Pedro donde hay un par de casas abiertas, pero no nos cruzamos ni vemos a nadie. De nuevo cometo el error de aventurarme por callejuelas estrechas hasta que, una vez más, me quedo encajonado con el Land Rover con ambas paredes a escasos, muy escasos, centímetros de la carrocería.  Creo que ha sido uno de los peores encajonamientos sufridos. Además, el hecho de llevar otras cinco personas en el coche, quieras o no, tensa un poco en la complicada maniobra de marcha atrás. Y además hay que esmerarse porque como te lleves un rasponazo, tu imagen puede quedar seriamente dañada. Tras largos minutos de suaves (no todas) maniobras logramos salir de este embrollo con el coche ileso. La pierna izquierda muy cargada por el manejo del embrague, pero mi fama intacta incluso más consolidada por la destreza y delicadeza demostrada.  Comemos en la placita donde se encontraban las antiguas escuelas y en la que hoy han instalado un moderno parque infantil totalmente fuera de lugar en mi humilde opinión. Segundo contacto con la España vacía.

Tierras Altas

Ya que estamos metidos de lleno en la zona cero de la España despoblada, visitamos Navabellida donde aquí sí que no hay signo de vida y el tiempo quedó parado hace unos meses, cuando sus únicos habitantes, tres pastores trashumantes, salieron hacia Trujillo con sus ovejas para pasar el invierno. Volverán con el ganado para el verano y aprovechar los ricos pastos de Tierras Altas. Este pueblo es impresionante y muy auténtico. Tercer contacto con la España vacía.

Iglesia Navabellida
Navabellida

Con las últimas luces del día, en San Pedro Manrique, visitamos el pequeño anfiteatro donde cada 24 de junio y desde tiempo inmemorial, los jóvenes del lugar y no tan jóvenes, cruzan descalzos por un largo sendero de ascuas resultado de la quema de 1.000 kilos de leña de roble. Es el ritual del Paso del Fuego. Las imágenes dan la vuelta al mundo todos los años.

Paso del Fuego
Paso del Fuego

Reparadora taza de té en el bar de la plaza donde entablamos conversación con lo cinco vecinos que iban en ese momento a echar la partida. Uno de ellos nos comenta que ha hecho el Paso del Fuego 28 veces y que únicamente sufrió quemaduras en un par de ocasiones. Le comento que he oído que, para evitar las quemaduras, hay que pisar fuerte y llevar peso encima, normalmente una mujer a hombros. Con total naturalidad, lo desmiente, comenta que no te quemas (normalmente), que no sabe por qué y que es cuestión de cruzarlo y punto. “Cuestión de echarle güevos”. Sus convecinos se limitan a asentir con absoluta naturalidad, por lo que está claro que hay que ser, primero, San Pedreño para atreverse a dar esos pasos sobre la alfombra de fuego y segundo, salir indemne. No hay más, así de simple. Cuarto contacto con la España vacía.

Llegamos ya de noche a nuestro alojamiento en Fuentes de Magaña, el “Albergue Tierras Altas” y donde somos los únicos huéspedes. Allí nos recibe muy amablemente Enrico que nos ayuda a instalarnos y explicarnos el sencillo funcionamiento de todos los servicios de los que disponemos. Todo está muy limpio y bien cuidado, nos encontramos a gusto desde el primer momento.

Fuentes de Magaña

Se trata de un agradable Albergue, con capacidad para un montón de personas, me atrevo a decir que 40 o más, limpio, cuidado y en una zona realmente espectacular. Al frente están dos personas emprendedoras, jóvenes y amables, Mayte y Enrico, apasionados del mundo ciclista y que pueden organizarte rutas por la zona con el grado de dificultad que prefieras. Por nuestra parte, dejamos para otra ocasión nuestro bautizo ciclista pues, qué casualidad, aparte de no tener bicicleta, tenemos muchos tirones y demás dolencias musculares…

Entre los asiduos lectores de este blog, existen muchos ciclistas a los que he acompañado y apoyado (motorizado por supuesto) en alguna ocasión en sus duras rutas veraniegas y convencido estoy que esta zona será de su interés.

Cenamos en el bar del pueblo de Fuentes de Magaña donde todo es amabilidad y buen trato, pero conviene siempre cerrar antes los precios. Cervezas, vino, plato combinado a base de huevos fritos, lomo, torrezno y filete ruso. Heladito y licor para la buena digestión. Último contacto del día con la España vacía.

Fuentes de Magaña

En el gran salón del Albergue, frente a un “moscovito” (vodka con ginger, mucho hielo y algunas hierbas secretas y aromáticas), comentamos las anécdotas del día antes de irnos a la cama a reponer fuerzas para el día siguiente. Continuará….

Si te gusta el Románico, Ven a Soria.

Hablar de Soria, es hablar de Románico. Con la reconquista de gran parte del territorio Soriano a comienzos del siglo XII, se dieron las mejores condiciones para la construcción de decenas de iglesias románicas, muchas de ellas con un estilo único y en lugares solitarios y remotos.

Era necesario llevar a cabo la repoblación de estas tierras deshabitadas y arrebatadas a los musulmanes, lo cual se realizó mediante el sistema llamado de “presura”, por el cual el rey concedía tierras en propiedad a quiénes pudieran ocuparlas, trabajarlas y defenderlas. Qué mejor forma de asentar población en esta complicada etapa, edificando iglesias para satisfacer las necesidades espirituales de los nuevos pobladores y en muchos casos también con funciones protectoras o defensivas. Alrededor de estas iglesias se instalaba la población, la cual se dedicaba fundamentalmente a la agricultura y ganadería, asentamientos y actividades que, en muchos casos, siguen vivos hoy en día.

En diversos artículos, iré mostrando las joyas románicas que inundan la provincia, siendo muchas de ellas desconocidas para el público en general por encontrarse fuera de las rutas turísticas habituales y en lugares remotos donde abastecerse de agua y comida puede complicarse, por lo que recomiendo ser previsores en este aspecto. Disfrutaremos de lo que viene siendo llamado el “Románico de Repoblación” y que hoy en día, por ironías del destino, se encuentra situado en uno de los territorios más despoblados de la Europa moderna.

 No voy a intentar llevar un orden por zona geográfica de las iglesias que mencione, por lo que, si a alguien algún día le surge curiosidad y quisiera aventurarse por estas tierras extremas, tendrá que organizarse su propia ruta y así descubrirá otros muchos lugares que aquí no se mencionan y que, estoy convencido, te van a sorprender. Mis escapadas las realizo sin orden ni previsión y evito el asfalto en la medida de lo posible. De lo que estoy plenamente convencido es que, si te animas, seguro que lo vas a disfrutar y siempre debes tener claro dónde te encuentras: Soria es una provincia muy extensa, con mucha naturaleza, poca población y climas extremos.

Mi exposición en este tema se va a limitar a mostrar la iglesia, normalmente su exterior pues es difícil encontrarlas abiertas, su localización e identificación/advocación, fecha construcción y algún dato curioso o anécdota si lo conociera. Que nadie se preocupe, no entraré en descripciones artísticas sobre bóvedas, arcos, contrafuertes, columnas, capiteles, tallas, retablos y demás, salvo que lo entienda estrictamente necesario y se trate de algo realmente exclusivo o muy llamativo. Serán los menos casos, seguro.

No puede quedar esta primera entrega sin mostrar ya algún ejemplo del románico soriano, por lo que comenzaremos por lo más representativo de la provincia, lo más fácil y conocido, no hay pérdida alguna y no es necesario llevar artículos de primera necesidad y supervivencia en la mochila, tampoco brújula ni móvil con carga suficiente. El Románico en la Ciudad de Soria. ¡Bienvenidos!

Iglesia de Sto. Domingo

Siglo XII. Una de las mejores portadas del románico español. En su interior, si estás solo, te sorprenderá el total aislamiento y el absoluto silencio. Sobrecogedor.

Interior. Amaneciendo

Iglesia de San Juan de Rabanera

Siglo XII

Ábside de la Iglesia del Salvador

De su construcción original del siglo XII únicamente queda el ábside. El resto de la iglesia es una mole de hormigón de mediados del siglo XX.

Portada Iglesia La Mayor

La edificación actual es del siglo XVI construida sobre iglesia anterior del siglo XII de la que aún se conserva la portada, parte de la torre y un sepulcro en su interior.

Monasterio de San Juan de Duero

Siglo XII. Se conserva la iglesia y un espectacular claustro con mezcla de estilos románico, mudéjar y árabe. Se encuentra a orillas del Duero, tras cruzar el puente también de origen medieval.

Interior iglesia

Concatedral de San Pedro

La actual Concatedral data del siglo XVI, si bien se conserva el claustro de la iglesia románica original del siglo XII. En el siglo XVI, sobre la iglesia original, se encargó a un arquitecto que eliminara un pilar para así despejar la vista de la estatua de la Virgen. El resultado fue que la iglesia se desmoronó casi al completo, reedificando lo que vemos hoy en día.

Exterior
Claustro románico
Sepulcros
Interior Concatedral

Iglesias fortificadas de Soria.

A lo largo de muchos siglos, la provincia de Soria ha sido territorio de frontera, zona de guerra, campo de batalla, lugar de acuartelamiento y de continuo movimiento de tropas. Frontera con el reino musulmán y posteriormente frontera de Castilla con los reinos de Navarra y Aragón, convierten a Soria en un lugar poco poblado, peligroso para vivir y los pocos que se atreven a instalarse en estas tierras, viven con la permanente amenaza de saqueos, violaciones y asesinatos.

La inestabilidad política y social, así como los constantes conflictos armados entre los reinos cristianos durante los siglos XII al XV, da lugar a la necesidad de fortificar las fronteras y las vías de comunicación hacia las poblaciones más importantes, hacia los centros de poder de los diferentes reinos.

La indefensa población civil era objeto de frecuentes ataques, por lo que es necesario buscar lugares de refugio e incluso con posibilidad de defensa para repeler al enemigo. ¿Y dónde mejor que en una iglesia?

Con la repoblación, a partir del siglo XII, se construyen cientos de iglesias a lo largo de toda la provincia, las cuales, además de cubrir las necesidades espirituales de los fieles, prestan un servicio de protección frente al ataque de las tropas enemigas. La iglesia era sin duda alguna el edificio más sólido y robusto de la población, siendo ya este simple hecho garantía de seguridad para sus habitantes. Normalmente están construidas en la zona más elevada del pueblo, convirtiéndose así sus torres campanario en verdaderas atalayas de vigilancia y defensa. Además, muchas de ellas son dotadas de elementos de defensa activa, lo cual las convierte en verdaderas fortalezas difíciles de conquistar.

Así, teniendo en cuenta la importante situación estratégica de la provincia de Soria, principal vía de comunicación entre las Mesetas así como entre Castilla y Aragón, el permanente ambiente de guerra, las continuas sublevaciones, disturbios y luchas internas de poder, nos encontramos con un gran número de iglesias fortificadas de las que podemos disfrutar hoy en día y que sirvieron de lugar de refugio y defensa para los ciudadanos más llanos.

Veamos algunos ejemplos muy representativos, recomendando por supuesto su visita pues todas ellas son dignas de admiración y se encuentran además en lugares realmente espectaculares donde podrás disfrutar de los paisajes y perderte por infinitas pistas de tierra donde disfrutar de tu vehículo 4×4. Tranquilo, también existe el acceso asfaltado:

Fuensaúco

Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Se trata de una de las mejores iglesias románicas de la provincia. Construida en el siglo XIII. Iglesia almenada con paso de ronda. Se encuentra en el camino que une Soria y Zaragoza y es muy posible que su fortificación se deba a la necesidad de controlar esta vía de comunicación. Los elementos de defensa activa de esta iglesia son incorporados en los siglos XIV y XV

Aldealpozo

Iglesia de San Juan Bautista. Construida en el siglo XII adosada a una torre bereber de vigilancia del siglo X. La torre cumple funciones de campanario, vigilancia y defensa. Situada en la vía de comunicación entre Soria y Aragón.

Hinojosa del Campo

Iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión, siglo XII. Curiosa iglesia por tener dos torres, una bereber del siglo X y otra cristiana del XIII. La torre bereber es utilizada como campanario y la torre cristiana de gran tamaño (25 metros de altura) y con forma semicircular, tendría funciones de defensa y vigilancia. Su parte baja es incorporada a la iglesia constituyendo el primitivo ábside.

Muro de Agreda

Iglesia de San Pedro. Construida en el siglo XIII adosada a torre bereber del X. Impresionante portada donde se conserva el herraje original del siglo XIII decorado con espirales.

Montenegro de Agreda

Iglesia de Nuestra Señora de la Blanca, siglo XII. Adosada a torre bereber de vigilancia del siglo X cuya parte baja se integra  a la iglesia como ábside.

Valtajeros

La joya de la corona. Iglesia de Nuestra Señora del Collado. Siglo XII. Estilo románico muy sencillo y humilde. Se encuentra apartada de cualquier vía de comunicación importante, por lo que su fortificación posiblemente es debida a las necesidades de defensa de la población frente a los ataques del rey navarro Sancho El Fuerte durante el siglo XIV. Curioso el matacán sobre la entrada principal el cual servía para echar agua hirviendo, piedras, flechas, inmundicias y los más variados objetos a quien intentara traspasar la puerta de acceso, punto más vulnerable de cualquier fortaleza. Almenada con paso de ronda y rodeada de muro defensivo.

Señuela

Iglesia almenada de Santo Domingo de Silos, siglo XV. Construida aprovechando los restos de una torre islámica de la cual aún quedan restos en la parte baja de la torre campanario actual. Desde este punto se controla en su totalidad la Tierra de Almazán, lo cual facilitaría sin duda la detección del enemigo con tiempo suficiente para adoptar las medidas de seguridad oportunas. Dotada de recinto exterior defensivo donde hoy se mantiene el escudo de los Mendoza.

Trévago

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, siglo XII y muy reformada en el XV. Adosada a torre de vigilancia bereber del siglo X con funciones de campanario, vigilancia y defensa. La planta baja de la torre se encuentra incorporada a la iglesia y es utilizada como sacristía.

Adradas

Iglesia de Santa Eulalia. De origen románico, se encuentra rodeada de muro defensivo almenado que protege la iglesia y un edificio donde se guardaban los diezmos. El recinto amurallado cuenta con dos puertas de acceso adornadas con el escudo de los Mendoza de 1.335. 

Nepas

Iglesia de San Adrián. De origen románico. Rodeada en su totalidad por un sólido muro defensivo de mitad del siglo XV. La puerta de acceso al recinto se corona con el escudo de los Mendoza, existiendo en sus laterales dos saeteras o huecos de tiro, que permitían atacar con lanzas, flechas y ballesta a quien pretendiera traspasarla.

No dejes de investigar y pasear por cada uno de los pueblos nombrados pues guardan otros muchos interesantes tesoros y que no incluyo en este reportaje.

Por último, indicar que todas las fotografías son originales, realizadas por el que suscribe y sin haber sufrido retoque alguno tan de moda hoy en día. Dados mis nulos conocimientos fotográficos, así como la sencillez de mi cámara Canon, realmente es difícil, por no decir imposible, evitar esos colgantes cables de luz que cruzan las calles de los pueblos y que siempre utilizan los monumentos como poste. Desde aquí hago un llamamiento a la Administración para que invierta en soterrar o modificar ese cableado eléctrico, sustituir los pararrayos instalados en muchos monumentos y algo mucho más sencillo, evitar colocar los cubos de basura o señales de tráfico al lado de estos edificios centenarios y cargados de historia.

Experiencias en Sierra de Cebollera

La Sierra de Cebollera, situada al Norte de la provincia de Soria, sirve de frontera con La Rioja. Su cumbre más alta es el Pico Cebollera con 2.142 metros de altitud.

En su cara sur, zona soriana, se encuentra la zona conocida como El Valle, el Valle del Río Razón, donde es muy recomendable visitar los diferentes pueblos que lo componen: Tera, Rebollar, Rollamienta, Valdeavellano de Tera, Sotillo del Rincón, La Aldehuela, Villar del Ala y Molinos de Razón. Tierra de buenas carnes, embutidos, mantequilla y miel. En este fértil valle, con abundante pasto y una importante cabaña de vacuno, nació la famosa mantequilla de Soria, tradición prácticamente perdida consecuencia de la inevitable industrialización y posibles ajustes económico ganaderos europeos. Ya únicamente queda, la buena gente, el microclima, el buen pasto, unas pocas vacas y como ocurre con todas las cosas buenas, un museo de la mantequilla y unas jornadas donde se muestra su elaboración artesanal.

Como siempre, lo bueno, lo auténtico, lo que ha marcado y caracterizado la vida de generaciones y generaciones, acaba siendo introducido en una vitrina para mostrarlo al turista. Imagino que será el precio que hay que pagar por nuestro actual modo de vida. Al menos queda el recuerdo y se hace lo posible para no perderlo de forma irremediable.

En estos pueblos podremos disfrutar de las llamadas casas de los indianos. Los indianos son aquellos vecinos que emigraron a América en busca de fortuna a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Los que triunfaron, volvieron a sus pueblos con la billetera llena y construyeron grandes mansiones de estilo colonial.

Uno de los accesos más fáciles a la sierra se encuentra a la salida del pueblo de Molinos de Razón. Desde aquí, las pistas son buenas y recomiendo precaución pues cada día son más numerosos los visitantes que recibe este lugar. Ciclistas, paseantes, recolectores de setas, amantes de la berrea, etc. En cualquier caso, sigue habiendo muchos lugares donde no te cruzarás con nadie, basta que te dirijas a lo más profundo de la sierra. También dependerá de la época del año y la hora en que la visites.

A media altura, gran parte de la Sierra está repoblada con pino albar cuya madera se explota comercialmente. En lo más profundo, disfrutarás de uno de los mejores hayedos de la península ibérica. En las partes más bajas abundan los rebollos y pastos. Tampoco faltan los helechos en las zonas húmedas y el codiciado acebo que sirve de alimento al rey de la sierra, el ciervo. Cualquier época para su visita es buena, pero en invierno es posible que esté limitado el acceso debido a la gran cantidad de nieve. Dispones de refugios, algunos no siempre abiertos, donde poder guarecerte o descansar si lo ves necesario.

No todo es agradable

Muy recomendable la visita a la laguna de Cebollera de origen glaciar. No hay acceso rodado hasta la misma por lo que hay que andar un rato en fuerte pendiente. El esfuerzo se verá recompensado con creces, que nadie se raje pues merece la pena.

Que no pasen inadvertidas las morrenas, impresionantes laderas de piedras de todos los tamaños cuyo origen se encuentra en la retirada de los grandes glaciares.

Sorprende la gran cantidad de agua que contiene esta Sierra donde abundan arroyos, torrenteras y pequeñas lagunas llenas de vida en primavera y verano que alimentan el Río Razón. Agua helada, cristalina y en mi opinión potable. En más de una ocasión y ante evidentes signos de deshidratación, he tenido que beber del agua que corre por las cunetas o arroyos y no he tenido ningún problema. Eso sí, cada uno debe adoptar las medidas de precaución que estime necesarias cuando se bebe agua directamente de la naturaleza. Esto no es un manual de supervivencia. Mi método siempre ha consistido en beber agua en movimiento, a la mayor altitud posible, poca cantidad y después de realizar la prueba del escupitajo, la cual, sinceramente no sé si es muy fiable.

Recomiendo que el visitante se pierda por todos los caminos a los que se pueda acceder con normalidad. Se puede acceder a las cumbres, a unos 1800-1900 metros de altitud, al límite con La Rioja y desde donde se abren muchísimas posibilidades. En esta zona alta no suele haber nadie, las vistas son espectaculares y te sientes el dueño de toda la provincia.

Anécdotas tengo muchas en esta Sierra: noches de acampada en la laguna de Cebollera (cuando no había prohibición), noches en los refugios, noches al raso cuando fui monitor en el campamento del colegio, decenas de atascos en nieve y barro, una salida de pista con vuelco incluido y fractura de nariz (yo no era el piloto), organización de un encuentro 4×4 con 40 vehículos (con los permisos legales correspondientes) y algún que otro rescate de personas desorientadas o de algún conocido en apuros con su vehículo.

Acudiendo a un rescate

El primero de estos rescates fue en pleno invierno, a punto de anochecer. En una de mis paradas, detecté en la parte alta de un pronunciado cortafuegos un grupo de siete personas que bajaban hacia donde yo me encontraba. Dada la hora inusual, el mal tiempo reinante (mucho frio y niebla) y el remoto punto de la sierra donde estaba, quedé a la espera de que llegaran. Al vernos, como era de esperar, preguntaron si se encontraban muy lejos de un pueblo, no recuerdo el nombre, pero era en La Rioja, en el lado norte de la sierra, justo al lado contrario en el que estábamos. Se habían desorientado por la niebla y se angustiaron al saber que habían avanzado en sentido contrario. Les ofrezco trasladarlos al pueblo más cercano, lo cual aceptan si dudar y los acomodo a todos en el Land Rover.

Iniciamos la vuelta y mis invitados, hombres y mujeres de mediana edad, están eufóricos por la experiencia que han vivido durante las últimas horas. Risas, anécdotas, agradecimientos…. hasta que se dan cuenta que el día no ha finalizado y que aún les queda otra aventura por vivir. Los caminos están anegados de agua y barro lo que permite disfrutar de continuas cruzadas en el camino, deslizamientos imprevistos, lluvia de barro y agua de los charcos sobre el coche… Reina el silencio en el interior del vehículo lo que significa sin duda que mis nuevos amigos sufren cierta tensión. Intento tranquilizarlos diciendo que la situación es normal, que tengan confianza, que intenten disfrutar de la situación y que se sientan afortunados por vivir en primera persona cómo se desenvuelve un Land Rover Defender en su medio natural.

Una de las mujeres, que debía estar bastante tensa, después de un gran bache lleno de agua y con cruzada en el camino incluida, grita como poseída: ¡Mirad el niño! ¡Ni se inmuta! refiriéndose a mi joven copiloto de seis años sentado muy serio y callado en su sillita, siempre mirando muy atento al frente y disfrutando al máximo de lo complicado del camino. Las risas y el cachondeo vuelven al interior del vehículo incluso en el momento de vadear el río Razón con abundante agua. Finalmente parece que acabaron disfrutando de la experiencia… o eso creo, no estoy muy seguro.

Un segundo rescate ha sido este mismo verano, también a horas inusuales, sobre las 15 horas y con fuerte calor, cuando me cruzo con tres personas cargadas cada una de ellas con una gran cesta llena de Boletus. Me paran para preguntar si van en dirección correcta hacia la carretera. Al comentarles que sí, pero que les quedan varias horas de caminata, me reconocen que se han perdido y me ofrezco a ayudarles a encontrar su coche el cual tenían aparcado en una no muy transitada pista de tierra. Realmente, su coche estaba a unos 8 km de distancia y resultó más fácil su localización de lo que parecía en principio, pues uno de ellos, en un momento determinado, reconoció parte del camino por el que habían venido. En esos ocho kilómetros, se aferraban a sus cestas de hongos con fuerza y como recompensa me dieron un hongo enorme del que di buena cuenta días después en forma de revuelto.

No puedo finalizar este artículo sin mencionar las delicias gastronómicas del lugar, destacando la buena carne y las especialidades micológicas en cualquier época del año.

Por favor, en tu estancia en la Sierra compórtate como un animal y entonces es cuando no se notará que has estado por allí.

Hinojosa del Campo. Soria

Este mes de agosto realicé una visita al precioso pueblo de Hinojosa del Campo, situado a los pies de la Sierra del Madero y del Moncayo, en el valle del río Rituerto, a unos 40 km. de la ciudad de Soria.

A medio día nos habíamos citado con su alcalde, Raúl, el cual nos iba a enseñar la torre defensiva medieval que preside e identifica esta pequeña localidad.

Para ir haciendo boca y de camino hacia Hinojosa, ya desde primera hora de la mañana disfrutamos de las bien conservadas pistas de tierra del valle del río Rituerto y visitamos otras dos torres islámicas, La Pica y Masegoso, las cuales y entre otras, forman parte de un complejo sistema de vigilancia y defensa de este territorio que data del siglo X.

Torre de Masegoso
Torre La Pica
Torre La Pica

Desde el mismo momento en que llegamos a Hinojosa del Campo, la sensación de ser bienvenidos es absoluta. Prueba de ello es el gran cartel que luce la fachada del Ayuntamiento donde reza “Bienvenidos a vuestro pueblo” y se recuerdan recomendaciones para una mejor convivencia debido a la pandemia que nos asola.

Ayuntamiento
Iglesia Nª Sra. de la Asunción
Uno de los accesos…Posada

El pueblo está impecable, en perfecto estado de revista. Todas las casas están perfectamente conservadas y abundan los espacios comunes lo cual prueba que es un pueblo vivo y con futuro. Te recomiendo pasear por sus calles en las que hay varias casonas del siglo XVII con escudos nobiliarios en sus fachadas. Muchos de estos escudos han sido recuperados y siguen luciendo su esplendor en casas de construcción más reciente. En algunos de ellos se encuentran corazones (o similar) que, si bien su significado medieval no tiene nada que ver con el actual, hoy en día es del todo apropiado por la amabilidad y buen trato de los vecinos con el viajero, cuestión que pudimos comprobar personalmente con varios de ellos.

En Hinojosa se instalaron importantes familias nobiliarias con apellidos tan ilustres en la época como Salcedo, Zapata, Neila, Salazar o Barnuevo y fue lugar de descanso de nobles y reyes pues este pueblo se encuentra situado en el antiguo camino que unía Madrid con Francia. En una de las entradas al pueblo aún se mantiene en pie lo que fue posada para el descanso del viajero medieval con servicio de comidas y alojamiento, además de servicio técnico para carruajes y bestias de carga. La posada que hoy podemos ver fue construida en el año 1.790, pero ya hay constancia de su existencia a comienzos del siglo XVII. Está confirmado que Felipe V pasó aquí una noche y que en el año 1.808 paró a comer en este lugar el político y escritor Jovellanos, el cual dejó constancia por escrito que la comida era buena pero el sitio poco limpio. Menudo señorito.

Posada

En la actual carretera se conserva el llamado “Puente de la Reina” que salva el curso del río Rituerto y que, según la sabiduría popular, fue ordenado construir por Isabel La Católica tras sufrir su séquito y ella misma serias dificultades para cruzar el río un año de crecida. Hay constancia de que el puente necesitó ser reparado en los inicios del siglo XVII.

Puente de La Reina
Puente de La Reina

No podemos dejar de mencionar la llamada “Casa Grande”, pequeño palacio que perteneció en su día a la familia de los Salcedo. Hoy se encuentra en ruinas y esperemos que se retome algún día un ilusionante proyecto para convertirlo en hotelito rural.

Prueba del espíritu viajero del que durante cientos de años fue testigo y parte Hinojosa, son las indicaciones a la entrada del pueblo indicando distancia y dirección a las ciudades españolas más importantes, así como una placa donde se refieren otros diez municipios españoles que también se denominan Hinojosa.

La joya del pueblo es sin duda la Iglesia fortificada de Nuestra Señora de la Asunción, una mezcla de estilo románico (S. XII) y gótico (S. XVII) con dos torres, una islámica del siglo X y otra cristiana del siglo XII. En su interior alberga una impresionante y perfectamente conservada pila bautismal románica (s. XII), columnas con capiteles muy decorados que representan pasajes bíblicos, es lugar de descanso eterno de numerosos nobles medievales y todo ello presidido por un majestuoso retablo del XVII . La torre campanario es de origen islámico y formaba parte del entramado defensivo del valle del río Rituerto. El acceso a dicho torre se realiza por una estrecha escalera de caracol que data del primer tercio del siglo XVII.

Campanario. Torre Islámica
Torre Cristiana
Interior Torre Cristiana

La segunda torre, de mayor tamaño (25 metros de altura) y forma semicircular, es de origen cristiano y se encuentra muy bien conservada. Como toda iglesia románica, su orientación es este – oeste, encontrándose originalmente el altar en su extremo este. Sin embargo, cuando se determinó hace siglos ampliar la iglesia, dado que la enorme torre cristiana lo impedía, tuvieron que llevar a cabo la ampliación por el extremo oeste donde quedó finalmente instalado el altar. Así, es de las pocas iglesias de este tipo, por no decir la única, en la que los fieles asisten a los oficios religiosos de cara al oeste, de espaldas a Roma.

Las tumbas de los nobles que se encontraban en el altar primitivo tuvieron que ser trasladadas a la ubicación del nuevo altar manteniéndose así el deseo de estos buenos señores que seguro pagaron en su día una buena cantidad de reales por ello.

Tumba en altar
Interior Iglesia
Pila Bautismal

El territorio en el que se encuentra Hinojosa del Campo, la comarca de Campo de Gómara, fue ocupada por los bereberes ya en el siglo VIII, en los inicios de la conquista de la península. Estos primeros bereberes eran miembros del ejército que desembarcó en el año 711 al mando del general Tariq y pertenecían al clan de los Banu Milit, de la tribu de los Masmuda. La presencia bereber en estas tierras duró unos 400 años, hasta la reconquista definitiva del lugar a comienzos del siglo XII (1.119) por el rey de Aragón Alfonso I “El Batallador”.

La Reconquista por “El Batallador” fue realizada de forma pacífica, lo que dio lugar a la permanencia en el territorio de la población musulmana dedicándose a partir de entonces exclusivamente a tareas agrícolas, ganaderas, de construcción y servicios. Quién sabe a fecha actual, cuántos naturales de este territorio llevan en su sangre el gen del temible guerrero bereber del siglo VIII. Más de uno, seguro.

No puedo finalizar sin agradecer al actual alcalde de Hinojosa del Campo, Raúl, por el largo tiempo que nos dedicó a enseñarnos el pueblo, sus calles, sus monumentos, sus historias, secretos y leyendas, para finalizar la mañana en el Teleclub degustando un helado botellín de cerveza entre decenas de parroquianos que dan vida y futuro a este bonito y agradable pueblo. Extiendo mi agradecimiento a Luis, responsable del mantenimiento general del pueblo, sin el cual esta particular y personalizada visita habría sido imposible.

Aquí somos y sois todos bienvenidos. Pero eso ya, amigos, es otra historia.

Lavadero
Fuente

Origen de la ciudad de Soria

La actual provincia de Soria fue ocupada en el año 714 por tropas musulmanas  lideradas por el entonces Gobernador del Norte de África, el árabe Musa ibn Nusair.

Desde ese momento, la población civil (fundamentalmente musulmana) se concentra sobre todo en las actuales comarcas de Tierra de Ágreda, Campos de Gómara y Tierra de Almazán, convirtiéndose el resto de la provincia en zona militarizada y campo de batalla donde se producían continuos enfrentamientos entre los ejércitos cristiano y musulmán.

A comienzos del siglo X, la zona occidental de la actual provincia es reconquistada por el Reino de Navarra y el Condado de Castilla y no es hasta comienzos del siglo XII cuando la parte oriental de la provincia, desde el Moncayo hasta la actual ciudad de Soria, es recuperada para la cristiandad de forma pacífica por el rey de Aragón, Alfonso I «El Batallador».

Consecuencia de la actividad de repoblación llevada a cabo por el Rey aragonés, es cuando entre los años 1.109 y 1.119 la ciudad de Soria aparece por vez primera en las crónicas de la época. De forma oficial, los historiadores datan la fundación de esta pequeña gran ciudad en el año 1.119, hace 902 años, ni más ni menos.

Ermita de San Saturio
Palacio de los Condes de Gómara
Iglesia Virgen del Espino (Cementerio)

Los primeros asentamientos urbanos se realizan entre los cerros del Castillo y la Ermita del Mirón, puntos estratégicos para vigilar y controlar el paso sobre el río Duero. En el lugar ocupado por la actual ciudad de Soria no hay rastro de asentamientos celtíberos, romanos ni visigodos. Durante la ocupación musulmana sí debió existir un pequeño castillo o atalaya pero sin que ello suponga asentamiento estable de población, sino únicamente un pequeño destacamento militar con meras funciones de vigilancia sobre el río Duero.

En el año 1.119, la recién nacida ciudad de Soria forma parte del Reino de Aragón y es repoblada con gentes venidas de Aragón y Navarra. En el 1.134, tras la muerte de «El Batallador», queda sujeta a la soberanía Castellana. Comienza así una época de florecimiento de la ciudad y en la que Soria se convierte en punto de referencia económico y social de la frontera entre Castilla y Aragón. .

Iglesia de Santo Domingo

En el año 1.195, el Rey de Navarra Sancho el Fuerte saquea la ciudad de Soria, ocasionando este hecho un fuerte retroceso económico y social pues gran parte de los pobladores que sobreviven abandonan la zona por miedo a nuevos ataques del navarro. Ante esta situación, Alfonso VIII, Rey de Castilla (El Rey Niño de Soria), a través de un Fuero, fomenta una nueva etapa de repoblación de la ciudad concediendo importantes privilegios a quienes allí se establecieran.

Motivados por la intervención del Rey Niño, llegaron a la naciente ciudad de Soria campesinos que provenían de los pueblos de alrededor, guerreros acreditados que buscaban tierras, títulos de nobleza y aventuras, así como judíos y musulmanes que practicaban con habilidad sus actividades industriales y comerciales. Surge así una nueva etapa de esplendor en la que la ciudad se convierte en importante zona de paso en la nueva ruta entre Castilla y Aragón, punto vital de la actividad comercial entre ambos reinos y lugar de descanso y avituallamiento para reyes, señores y tropas.

San Juan de Rabanera
San Juan de Rabanera (Ábside)
San Juan de Rabanera (Portada)

De los inicios de la ciudad de Soria, entre las excentricidades propias de alcaldes del presente siglo sin conocimiento arquitectónico ni gusto alguno, sobreviven actualmente varios tesoros repartidos por la ciudad que destaco y entiendo son de obligada visita: la Iglesia de San Juan de Rabanera, la Iglesia de Santo Domingo, la Ermita de El Mirón, el Monasterio de San Juan de Duero, el Claustro de la Concatedral de San Pedro y por supuesto los restos del Castillo.

El libro de la historia de Soria no ha hecho más que comenzar a escribirse. Se convierte en población de referencia de la frontera entre los Reinos de Castilla y Aragón, donde desde comienzos del siglo XII hasta mediados del siglo XV, durante aproximadamente 360 años, entre ambos Reinos se libran duras batallas por este territorio y que posiblemente hayan dado a sus modernos pobladores esas características genéticas tan típicas y que el que suscribe es posible que lleve impregnadas en su ADN. Pero eso ya, queridos lectores y posiblemente amigos, es otra historia.

Santo Domingo (Portada)
Santo Domingo (Detalle Portada)
Santo Domingo (Detalle Portada)

Ruta por la Estremadura Soriana (III)

Llegados a Caltojar, esperaremos a las tropas que desde Barahona optaron por la otra ruta alternativa para llegar a este mismo punto. Estos efectivos tomaron dirección Norte a través de la carretera CL-101 hasta Villasayas, localidad en la que podemos disfrutar de la Iglesia de la Asunción de la Virgen del Rosario con una de las más bellas y desconocidas galerías y portada románica de la provincia (fines del siglo XII).

En Fuentegelmes, la ermita de la Soledad se encuentra en pleno centro del pueblo y al lado la modesta iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con su portada románica de comienzos del siglo XIII.

En dirección oeste, muy cerca de la Ermita de la Soledad, tomaremos un camino de tierra en muy buen estado y libre de peligros pues los vigías bereberes desde las atalayas velarán nuestros movimientos y nos advertirán de posible presencia cristiana.  El río Torete, muy cercano al camino, nos servirá para refrescarnos y abastecernos de agua si fuera necesario tal y como hicieron posiblemente el propio Abderramán III y Almanzor cuando al frente de sus ejércitos se dirigían a las plazas fuertes de Berlanga y Gormaz utilizando esta misma vía.

En Bordecorex disfrutaremos de la Iglesia de San Miguel Arcángel (finales s. XIII) cuya torre campanario fue en su día una torre defensiva almenada de origen árabe. Pasea por el pueblo el cual se encuentra muy rehabilitado y con buen gusto.

Iglesia de San Miguel Arcángel (Bordecorex)
Ábside
Bordecorex

Poco antes de llegar a Caltojar, parada obligatoria en la Atalaya de la Veruela, muy bien reconstruida y accesible hasta la azotea desde donde se divisa la gran fortaleza de Berlanga de Duero hacia el noroeste y la atalaya de Ojaraca al oeste. Se trata de un lugar espectacular donde puedes meterte sin dificultad alguna en el papel de un sufrido soldado bereber de frontera del siglo X.

En Caltojar, reagruparemos las tropas y será momento de disfrutar de su colosal iglesia románica dedicada a San Miguel (primer tercio del siglo XIII). Destaca la belleza de su portada.

Iglesia de San Miguel (Caltojar)
Portada
Atalaya de la Veruela

Ya en término de Casillas de Berlanga, debemos detenernos en la Ermita de San Baudelio, de estilo prerrománico mozárabe y construida en el siglo XI una vez reconquistado este territorio en el año 1060 por Fernando I. Sus muros de un metro de espesor guardan en su interior unas pinturas únicas, lo que queda de ellas, pues gran parte fueron vendidas a los Estados Unidos a comienzos del siglo XX, en concreto en el año 1925 y por 65.000 pesetas (390 euros para que todos nos entendamos). No hace falta tampoco irse al museo de Nueva York o al de Boston para admirar las pinturas expoliadas pues algunas de ellas también se pueden disfrutar en el Museo del Prado de Madrid. Muy curiosa la columna central de la que salen los arcos que sustentan la bóveda, tomando el conjunto una curiosa forma de palmera. Sorprendente el entramado de arcos de clara influencia islámica que recuerdan a una mezquita. Ya en el exterior, muy interesantes las tumbas antropomórficas excavadas en la roca y orientadas de Este a Oeste siguiendo la tradición cristiana. En una de estas tumbas se encontró un esqueleto bastante bien conservado que pertenecía a un varón que vivió a fines del siglo XII y comienzos del XIII, posiblemente un soldado, con fuerte desarrollo muscular y signos de haber sufrido una trepanación quirúrgica.

Ermita de San Baudelio
Interior
Columna central

Nos dirigiremos hacia Berlanga de Duero siguiendo el cauce del río Escalote, pasando por Casillas de Berlanga, Ciruela y las Ruinas del Convento de Paredes Albas, fundado en 1633 junto a una ermita del siglo XVI y que albergó una comunidad de frailes Franciscanos.

En Berlanga de Duero nos da la bienvenida su imponente castillo de cuyo origen musulmán pocos restos quedan y donde dicen que Almanzor pasó su última noche con vida.

Castillo de Berlanga
Castillo de Berlanga

El pueblo de Berlanga es una maravilla y merece la pena dedicar largo tiempo para descubrir todos sus rincones y secretos. No será complicado en el paseo trasladarte a la España medieval de los siglos XV y XVI. Posiblemente tenga que ver la belleza de este lugar con el hecho de que, en el siglo XV, el mayorazgo de Berlanga fuera heredado por una mujer, María de Tovar, la cual dedicó gran parte de su patrimonio a dotar a esta localidad de los servicios civiles, militares y religiosos propios de la época y que aún hoy podemos admirar.  

Plaza Mayor de Berlanga
Berlanga
Berlanga

Podremos aprovechar también para disfrutar de la gastronomía de la zona a base de buenas carnes como el tradicional lechazo, solomillo de ternera o cerdo o algo más silvestre como jabalí, ciervo o paloma torcaz, todo ello regado con un buen vino de la tierra pues no debemos olvidar que nos encontramos en zona productora con denominación de origen Ribera del Duero.

La Colegiata de Berlanga, dedicada a Santa María del Mercado, es grandiosa. Su construcción se inició en el año 1526 y fue consagrada cuatro años después, en el año 1530. Un siglo más tarde aún no había sido finalizada quedando la obra inconclusa pues no se construyó el claustro ni una de las torres previstas inicialmente. La idea original era la de convertirse en un gran mausoleo para los Señores medievales del lugar, pero, sin embargo, finaliza siendo un lugar público de culto y devoción con mezcla de arte cristiano peninsular e indígena.

Colegiata de Berlanga

La Colegiata es lugar de reposo eterno, entre otros muchos, del personaje más ilustre de la localidad, Fray Tomás de Berlanga, el cual descansa para siempre en una pequeña capilla bajo una austera y fría lápida de pizarra. “Y no quiero que por mi ninguno traiga luto”, dejó escrito en su testamento.

No muy lejos, en un lateral de la puerta de entrada, se expone un caimán traído por Fray Tomás desde las Islas Galápagos. El lagarto lleva allí expuesto desde 1543 causando terror en la edad media y admiración en tiempos presentes. Llama la atención el impresionante altar mayor (1704) hecho con madera de pino y el coro (fines del XVI) de madera de nogal.

¿Quién era Fray Tomás de Berlanga? Hijo de humildes agricultores, nació en el año 1487, se ordenó como Dominico y cursó estudios en Salamanca donde se instruyó en temas geográficos, náuticos y de ciencias naturales. Se embarcó hacia las Américas en el segundo viaje de Colón, luchó por los derechos de los indios, descubrió las Islas Galápagos y fue la persona que introdujo en Europa el tomate y la patata.  Llegó a ser Obispo de Panamá y un potente visionario pues ya ideó y planteó a Carlos I una ruta que, a través del río Chagres, uniera el Océano Atlántico y el Pacífico. En otras palabras, el futuro Canal de Panamá. “De la salud de los cuerpos depende mucho el espíritu” escribió Fray Tomás. Murió en Berlanga el 8 de julio de 1.551.

Antes de llegar a nuestro destino final nos recrearemos en la Ciudad de la Alegría en Recuerda, cuyo nombre va ligado a los efectos de los buenos caldos de Ribera que maceran en sus peculiares y únicas bodegas.

Vista de la fortaleza de Gormaz desde Recuerda
Ciudad de la Alegría (Recuerda)

Ya tenemos a la vista Gormaz, donde se encuentra la mayor fortaleza Califal de todos los tiempos. Desde sus almenas se controlan más de 45 km. cuadrados, ampliables a muchos cientos si tenemos en cuenta la compleja red de atalayas que lo apoyan.  Con una capacidad en su interior para albergar un ejército de 2000 hombres, apoyados por otros tantos que pudieran establecerse en las inmediatas llanuras que rodean la fortaleza, Gormaz se convierte en una poderosa base militar de control de fronteras y punta de lanza para los ataques contra los reinos cristianos. 

Construido en el siglo IX sobre la base de otra construcción menor ya existente, Abderramán III lo fortificó, siendo ampliado y reconstruido posteriormente por su hijo, el Califa Al-Hakam II entre los años 955 y 966.

Fortaleza de Gormaz
Torre de Almanzor
Alcázar

Su posición estratégica es fundamental pues controla el paso sobre el río Duero. Se trata de una fortaleza inexpugnable. Nunca fue conquistada por las armas, por lo que los diferentes cambios de manos entre tropas cristianas y musulmanas siempre su causa por pacto entre ambos ejércitos.

En su visita hay que dejarse llevar, olvidarse del tiempo y disfrutar de cada rincón de sus ruinas, disfruta del patio de armas donde se encontraba la tropa, el aljibe para los caballos, del paisaje desde cualquiera de sus torres, de la Torre del siglo X llamada de Almanzor, del Alcázar, del enorme aljibe para agua potable, de la pequeña puerta para salir sin ser visto en su muro norte, de los pasos de tropa en la muralla. Disfruta del exterior rodeando la fortaleza, te darás cuenta de la energía y poderío que aún irradia.

En las laderas del castillo, tuvo lugar una de las batallas más importantes ocurridas en la Península entre cristianos y musulmanes. Durante el Califato de Al Hakam II, en el año 975, el Castillo es sitiado por un ejército de coalición liderado por el Conde Castellano García Fernández compuesto por tropas Castellanas, Leonesas y Navarras. El asedio dura dos meses (del 17 de abril a 28 de junio), hasta que es enviado un potente ejército califal desde Córdoba que pone punto final al asedio, derrotando con contundencia a las tropas cristianas. Los supervivientes fueron perseguidos sin piedad hasta sus propios dominios, los cuales fueron igualmente arrasados y saqueados.

El Conde Castellano García Fernández, vuelve a intentar ocupar Gormaz y lo consigue por pacto en el año 978. En el año 983 la fortaleza es abandonada por los Castellanos y Almanzor la recupera para su temible e invencible ejército. Desde entonces, ya nunca cambió de manos hasta que la zona fue reconquistada por Fernando I de León en el año 1060.

Arco Califal en la fortaleza de Gormaz

La Villa fue concedida al Cid en el año 1087 convirtiéndose así en Señor de estos lares.

Muy recomendable por supuesto la visita a la Ermita de San Miguel, de origen visigodo y situada en la falda de la ladera del Castillo; las ruinas de la ermita de San Juan, hoy reconvertido en cementerio y situadas cerca de la Ermita anterior; el puente romano que cruza el Río Duero y en cuyos alrededores posiblemente fue donde se libró la batalla indicada en el año 975.

Vista de la fortaleza de Gormaz desde el puente romano

Y desde aquí, querido viajero, verifica que llevas suficientes provisiones, jalea a los que te acompañen y adéntrate en zona cristiana dispuesto a disfrutar de la inmensidad que te rodea. Pero eso ya, amigo, es otra historia.

Ruta por la Estremadura Soriana (II)

Siguiendo los pasos de las tropas Califales, tomaremos rumbo Oeste por la actual carretera SO-132, ruta en la que recomendaré determinadas paradas sin perjuicio que el viajero debe detenerse en cualquier momento que entienda necesario para disfrutar de los paisajes, parajes y pueblos que pueda ir encontrando y le llamen la atención.

A la entrada de la pequeña localidad de Yelo nos recibirán en lo alto de un acantilado, unas curiosas construcciones de piedra y barro del siglo XIX que, si bien a primera vista tienen apariencia de monumentos funerarios, no dejan de ser simples palomares utilizados para dicho fin hasta mediados del siglo pasado.

Palomares en Yelo
Yelo

Podremos tomar la desviación hacia Conquezuela donde se encuentra un lugar mágico y poco conocido de la provincia, la Ermita de la Santa Cruz. En este lugar existe además una cueva estrecha y no muy honda, de la que mana agua todo el año y en cuyas paredes se aprecian cientos de cazoletas y figuras humanas que datan de la Edad de Bronce. La entrada de la gruta, similar a un útero materno, se encuentra rematada por un arco románico. En la parte superior del peñasco que cobija la cueva existen tumbas antropomórficas (excavadas en la propia roca y con la forma del cuerpo humano)

Parada obligatoria en Romanillos de Medinaceli, cuya calle principal ha sido testigo durante siglos del paso de millones de ovejas trashumantes camino de Andalucía o Extremadura. Nos encontramos en plena vía de la Cañada Real Soriana Oriental que en este tramo conserva además en perfecto estado de conservación un vía crucis pétreo, del siglo XVI, que finaliza a la salida del pueblo junto a la Ermita de la Soledad y una fuente de origen romano. Preside la plaza del pueblo la Iglesia románica de San Miguel Arcángel (s. XII) en cuya entrada se aprecian varias tumbas antropomórficas.

Iglesia de San Miguel Arcángel (Romanillos)
Tumbas antropomórficas
Vía Crucis pétreo

En Barahona existió en su día un castillo musulmán que servía de enlace entre las fortalezas de Medinaceli y Gormaz si bien hoy en día no queda resto alguno salvo el promontorio fácil de identificar. Barahona siempre ha sido conocido como “el pueblo de las brujas”. La relación de esta localidad con la brujería y los aquelarres ha quedado documentada en los diarios de la Santa Inquisición del siglo XVI. Como prueba, a las afueras del pueblo se encuentra la “Piedra de las Brujas”. Se trata de una misteriosa piedra caliza con un agujero circular en el centro, conocida como “el confesionario de las brujas”, a la que la cultura popular le concede ciertas funciones sexuales donde un Diablo confesor hacía suyas a las Brujas (por decirlo de manera elegante).

Hay que destacar la Iglesia de San Miguel, de estilo barroco y en la que Felipe V escuchó misa el 22 de agosto de 1710 camino de Ágreda para venerar los restos mortales de Sor María. En sus muros exteriores hay piedras con curiosos dibujos labrados.

Durante la Guerra Civil Española, Barahona fue utilizada como base de aprovisionamiento y aterrizaje de los aviones italianos que, en el otoño de 1.936 bombardearon la ciudad de Sigüenza.

Piedra de las Brujas (Barahona)
Ermita en Barahona

Desde Barahona podemos continuar nuestro viaje por dos rutas alternativas siendo ambas igual de interesantes, por lo que no dudes, amigo lector, de disfrutarlas todas pues el destino final es el mismo. Disfrutaremos de imponentes atalayas, perfectamente restauradas y accesibles en cuya visita debemos dejar volar nuestra imaginación hacia la Al Ándalus de los siglos IX a XI.

Atalaya, palabra de origen árabe que significa “centinela”, “vigía”. Se trata de pequeñas torres con fines militares y cuya función principal es la de servir de comunicación entre las grandes fortalezas. Los medios de comunicación utilizados son los espejos o señales de humo durante el día y hogueras o antorchas durante la noche.

Son construcciones aisladas, situadas normalmente en puntos elevados del terreno y todas conectadas visualmente entre sí. En ocasiones podemos encontrarlas en zonas bajas, siendo su función la de vigilar puntos de abastecimiento de agua, zonas de cultivo o pasos de caminos.

La comunicación óptica entre las Atalayas y las grandes fortalezas es básica para el correcto funcionamiento del sistema defensivo de la frontera en la que nos encontramos. Ante cualquier incursión de las tropas cristianas, el mensaje llegaba en pocos minutos a los castillos donde se encontraban las tropas islámicas acantonadas, las cuales eran movilizadas con rapidez para poner fin a la aventura cristiana.

Las Atalayas son torres de planta circular, de unos 10-12 metros de altura, 5 metros de diámetro y muros de metro y medio de grosor. Su interior es estrecho y se encuentra dividido en varios pisos, generalmente tres, más una terraza, separados por suelos de madera y comunicados por escaleras de mano. La planta baja era utilizada como almacén de víveres y armamento, los pisos superiores para estancia de los soldados y la terraza como observatorio. Normalmente carecen de aberturas para que entre luz. La puerta de acceso se encuentra a varios metros de altura y a la que se accedía con una escalera de mano que se retiraba desde el interior ante la presencia del enemigo.

El Tiñón

En las atalayas se encontraba un pequeño destacamento formado por dos o tres soldados cuyas duras condiciones de vida podrás apreciar desde el primer momento. Totalmente aislados durante meses, soportando las inclemencias del tiempo, en estancia claustrofóbica y posiblemente condenados a obtener por sus propios medios agua y comida. Y si eso nos parece poco, teniendo con frecuencia que enfrentarse a pequeños grupos de soldados cristianos que permanentemente ponían a prueba la solidez de la zona fronteriza.

Llegaremos al pueblo de Rello a través de la carretera SO-132, donde el tiempo parece haberse detenido. Disculpad, no parece, se ha detenido. Pueblo medieval totalmente amurallado, siendo uno de los mejor conservados de la provincia. Su entrada se encuentra vigilada por las ruinas de un castillo del siglo XV y a continuación, en la plaza, encontraremos un Rollo de justicia único en España pues es de hierro. “El Rollo de Rello es de Hierro”, reza en su base. Se trata de una lombarda del siglo XV (pieza de artillería precursora del cañón) donde se impartía justicia y se ajusticiaba sin compasión a los que se atrevían a romper las escasas normas de la época. Podrás apreciar en la parte superior unos ganchos donde los cadáveres de los ajusticiados quedaban colgados a merced del clima, las rapiñas y de advertencia para la gente mal intencionada.

El rollo de Rello es de hierro
Puerta de acceso a Rello

Desde este punto no dejes de visitar la Atalaya de “El Tiñón” de forma troncocónica y donde cuenta la historia que fue en este punto exacto donde Almanzor exhaló su último suspiro el 10 de agosto del año 1002. Si quieres poner a prueba tu sentido de la orientación, al poco de salir de Barahona hacia Rello por carretera, en la lejanía ya podrás divisar esta enorme atalaya a la que podrás llegar por caminos de tierra. Las posibilidades son muchas y que sea tu espíritu aventurero el que te guíe, no es complicado y las posibilidades son  muchas. De esta manera, cuando llegues a tu destino entenderás mejor dónde te encuentras.

El Tiñón

En el término municipal de la Riba de Escalote se encuentra la Atalaya de “Torre Melero”, la cual se comunica visualmente con la anterior. De nuevo déjate llevar e intenta desde la Atalaya de “El Tiñón” acudir a ésta sin más ayuda que tu sentido de la orientación.

Torre Melero
Torre Melero

Durante la visita a estas Atalayas, da rienda suelta a tu imaginación, inspírate en el paisaje que te rodea, aprecia el complejo tejido de defensa creado en esta parte de la frontera, entiende su funcionamiento y calcula el tiempo que podría un mensaje de alerta llegar a su destino a base de avisos ópticos entre atalayas y fortalezas. Por favor, para ello es imprescindible que no tengas prisa.

Ruta por la Estremadura Soriana (I)

Es momento de evitar aglomeraciones, de viajar en familia o en grupos reducidos, es el momento perfecto para el llamado turismo de interior, para conocer rincones olvidados de nuestra geografía que guardan una valiosa porción de nuestra historia, de nuestros orígenes, de nuestras costumbres.

Qué mejor para ello que perderse durante unos días por una de las zonas más despobladas de la península Ibérica donde los paisajes, la naturaleza y la huella dejada por el ser humano hace más de mil años despertarán nuestra curiosidad y removerá en nuestro interior ese espíritu aventurero y viajero que, si estas leyendo estas líneas, seguro llevas dentro.

Nos trasladaremos en el tiempo a la peligrosa Al Ándalus de los siglos IX a XI donde el territorio que vamos a descubrir fue durante más de 200 años la frontera más estable entre los Reinos Cristianos y el mundo Islámico. Una zona totalmente militarizada que recorrieron en innumerables ocasiones los más temibles Califas y Generales al frente de sus ejércitos con el objetivo de paralizar el lento avance cristiano en su dura tarea de reconquista.

Una frontera natural marcada por el Río Duero, asentándose los cristianos en su lado norte y los musulmanes en su lado sur. ¡Bienvenidos a la Estremadura Soriana!

Comenzaremos nuestra aventura en la ciudad de Medinaceli, donde Celtíberos, Romanos y Musulmanes fueron conscientes de su privilegiada situación estratégica al encontrarse situada en la vía de comunicación natural entre la Meseta Norte, la Meseta Sur y el Valle del Ebro.

Medinaceli, la Ciudad del Cielo, situada en lo alto de un cerro que garantizó su seguridad durante siglos, es un lugar para pasear con tranquilidad y disfrutar de todos y cada uno sus rincones. Mosaicos romanos, sinagogas judías, palacios medievales y lo más apreciado por el redactor de este artículo, el arco romano del siglo I, la nevera islámica del siglo X y el castillo del siglo XIV.

Palacio Medieval
Sinagoga
En la Plaza Mayor

El arco romano fue construido en el siglo I como símbolo del poder de Roma y de su dominio sobre los hombres y la naturaleza. En su día formaba parte de la muralla que rodeaba la ciudad, siendo una de sus puertas de entrada. Es único en la península Ibérica pues consta de tres vanos. La imagen de este monumento es la utilizada por la Dirección General de Tráfico en las señales de carretera que indican la presencia de “Monumento Histórico”.

Arco Romano en Medinaceli

Como curiosidad, bajo el arco principal, se halló un pozo excavado en la roca relleno de ceniza, carbón, huesos de animales, restos orgánicos y fragmentos de cerámica califal. Se trata de un vertedero de los siglos X-XI, del cual se obtiene valiosa información sobre las costumbres culinarias de sus habitantes: cáscaras de huevo, espinas de pescado, huesos de cabra, oveja, conejo, gallos, perdiz, liebre y buey.

Contemporánea a este vertedero resiste aún una nevera situada en la ladera norte del cerro, donde se almacenaba la nieve del invierno para conservar alimentos y enfriar bebidas durante los meses más calurosos.

Nevera….puerta
Nevera Andalusí

El castillo de la Ciudad del Cielo data del siglo XIV si bien, como la mayor parte de muchos otros de nuestra península, fue construido sobre otro anterior de origen musulmán. No es visitable su interior (hoy utilizado como cementerio), pero basta rodear su recinto para apreciar el dominio y control que ejercía sobre la zona. Cuenta la leyenda que en la alcazaba árabe fue enterrado Almanzor, el “azote del mundo cristiano”, pero su tumba nunca ha sido encontrada hasta ahora.

Castillo
Iglesia

En el año 946, el califa Abderramán III ordenó reconstruir, ampliar y fortificar Medinaceli y le otorgó la capitalidad de la Marca Media, es decir, convirtió la ciudad en el cuartel general militar y administrativo de todo el entramado defensivo musulmán situado al sur del río Duero. Es en este lugar donde los ejércitos de Almanzor, tras 20 días de duro camino desde Córdoba, descansaban para reagruparse y aprovisionarse de víveres y armas pesadas con las que asediar las fortificaciones cristianas marcadas como objetivo de su ataque.

Puerta de acceso a la ciudad

Por ello, recomendando en nuestro viaje prescindir, de momento, del aprovisionamiento de catapultas, escaleras de asalto y otros artefactos típicos de la guerra califal, sí podremos aprovechar nuestra visita para degustar en uno cualquiera de los restaurantes de la Ciudad del Cielo la gastronomía típica del lugar. Asados de cordero, cochinillo, migas, gran variedad de revueltos y una amplia oferta de platos micológicos en temporada seguro que harán más agradable nuestra estancia en el lugar. No nos olvidemos de los famosos torreznos de Soria que podremos llevarnos en nuestra mochila pues vendrán muy bien para reponer fuerzas una vez que nos encontremos en zonas más recónditas, apartadas y despobladas.

Siguiendo los pasos de las tropas Califales, tomaremos rumbo Oeste por la actual carretera SO-132, ruta en la que recomendaré determinadas paradas sin perjuicio que el viajero debe detenerse en cualquier momento que entienda necesario para disfrutar de los paisajes, parajes y pueblos que pueda ir encontrando y le llamen la atención…