TIERMES Y SAN ESTEBAN DE GORMAZ

Todos sabemos que Soria es la gran desconocida y por qué no, la gran olvidada. Se trata de una de las provincias españolas más extensas en territorio, con menos población y con pocas inversiones en infraestructuras y conservación de patrimonio.

Pero patrimonio hay y mucho. No siempre conocido, no siempre bien conservado, pero con un incalculable valor.

Esta vez visitaremos el suroeste soriano, creo que una de las zonas más prósperas de la provincia y con mayor proyección de futuro dada su riqueza y cercanía con la capital de España. Tierra habitada por Celtíberos, Romanos y frontera natural de Al Ándalus durante más de doscientos años.

Le llaman la Pompeya Soriana, también la Petra Soriana. Se trata ni más ni menos del yacimiento arqueológico de Tiermes, en el término municipal de Montejo de Tiermes. Ciudad celtíbero romana excavada en la roca que no deja a nadie indiferente. Queda constatado el asentamiento humano en Tiermes desde la Edad de Bronce, convirtiéndose en importante población Celtíbera, aliada a Numancia, a partir del s. IV a.c. En el año 98 a.c Tiermes cae frente a Roma, adquiriendo su máximo esplendor durante los siglos I y II d.c. A partir del siglo IV se conoce poco sobre su historia, volviendo a resurgir con la reconquista cristiana de este territorio a partir del siglo XI. El lugar es definitivamente abandonado en el siglo XV.

Tiermes

A medida que te acercas al yacimiento pueden observarse los restos de la muralla romana (s. III) y la barbarie arquitectónica que están llevando a cabo, pues la están reconstruyendo con unos bloques de piedra blancos, cortados a máquina y con poco parecido estético con las piedras originales. Señores, para eso no reconstruyan, limítense a consolidar la ruina y punto. A lo mejor es cuestión de tiempo, no lo sé.

A la entrada del yacimiento nos encontramos con la iglesia románica de Santa María de Tiermes (siglo XII), con uno de los mejores pórticos de la provincia.

Iglesia Sta. Mª de Tiermes
Iglesia Sta. Mª de Tiermes
Caballero cristiano luchando contra musulmán

A partir de aquí, ya podemos adentrarnos en el yacimiento en el que han habilitado algunas pasarelas y carteles informativos. En superficie, se aprecian sobre todo los restos de las construcciones romanas y son espectaculares las habitaciones, escalones y el sistema de abastecimiento de agua corriente perfectamente labradas en la roca.  En el punto identificado como la casa del acueducto, localiza una estrecha entrada al acueducto subterráneo que, en mi opinión, es lo mejor de todo el yacimiento.

Entrada acueducto
Acueducto

Te adentrarás en un acueducto labrado en la piedra de algo más de un metro de anchura y suficiente altura para andarlo cómodamente. Se aprecian perfectamente los golpes del pico utilizado en su construcción para horadar la piedra y cada pocos metros, en los laterales, se ven las muescas donde instalaban la luminaria para poder trabajar. También hay registros que comunican con la superficie y que serían utilizados para mantenimiento de la red. El sistema es muy similar a cualquier moderna red de abastecimiento de aguas. A través de este acueducto entraba a la ciudad el agua traída desde el nacimiento del río Pedro a unos 7 km. de distancia.

El túnel está perfectamente conservado, mide unos 140 metros y recomiendo ir provisto de linterna para apreciar esta perfecta obra de ingeniería. El final te lleva a uno de los extremos de la ciudad, en la parte más baja, al borde de los acantilados sobre los que se levanta la ciudad. Es en el borde de estos rojizos acantilados donde también existían diversas edificaciones de varios pisos tal y como explican los paneles y ello puede apreciarse en las marcas que han quedado en la roca y donde encastraban las estructuras de los edificios.

Dedica tiempo a la zona, mira con detenimiento las paredes de los acantilados y deja volar tu imaginación sobre cómo sería la vida en este lugar hace más de 2000 años. Se dice que es en esta zona de los acantilados donde los Celtíberos estaban instalados. La parte superior se corresponde en su mayor parte a las ruinas romanas. Disfruta de las viviendas que se mantienen casi intactas muy cercanas a las termas y del graderío donde se celebrarían todo tipo de juegos y celebraciones. En ese punto se encuentra la Puerta del Sol, uno de los accesos a la ciudad y que se ha conservado perfectamente.

Siempre que he estado en este lugar he pasado bastante frío. Hace mucho viento y es cuando entiendes por qué los Celtíberos se instalaron en el lado Sur, al resguardo de los acantilados. Sobre las 16.30 horas nos situamos en el extremo final del graderío y nos tomamos unos bocadillos que hemos comprado en un supermercado del cercano Ayllón. Los buitres controlan nuestros movimientos desde el aire, pero de momento no les servimos de comida, al menos en el día de hoy.

Graderío
Termas

Nos dirigimos a San Esteban de Gormaz en busca de alojamiento. El hotel Rivera del Duero está situado en pleno centro y la encargada nos informa que tiene varias habitaciones libres, no muchas, pero alguna tiene. Nos da a elegir entre una habitación modesta con cama de matrimonio o bien alguna suite que le queda libre. Nos enseña las tres habitaciones disponibles para que escojamos la que más nos apetezca. En el tour que nos hace esta señora, llega a abrir por error alguna habitación con inquilino dentro. Vaya lío. Eso me hace pensar que cuando nos vayamos a dormir habrá que cerrar la puerta con llave por si la encargada se olvida de que nuestra habitación ha sido ocupada. Optamos por la modesta habitación con una simple cama de matrimonio que está bastante decente. Ya dejaremos la suite para otra ocasión, seguro que volvemos. Tenemos que indicar el tipo de desayuno que queremos y a qué hora. Algo simple, desayunaremos sobre las 9.30 y optamos por el “desayuno continental” consistente en un café y tostada con mantequilla. Nada como poner nombres rimbombantes al más simple, popular y básico desayuno de toda la vida.

Paseamos por San Esteban y nos sorprende su riqueza y lo bien cuidado que está. Esta plaza fue punto neurálgico y muy disputado de la frontera entre musulmanes y cristianos. El conde castellano Gonzalo Fernández llegó y se instaló en este lugar desafiando a los seguidores de Alá allá por el año 912. Durante los cien años siguientes, las guerras en San Esteban fueron constantes, cambiando de manos en varias ocasiones, siendo objetivo principal de campañas militares lideradas por los mejores Califas y Generales como Abderramán III y Almanzor. Sobre el año 1060 pasa definitivamente a manos cristianas.

San Esteban de Gormaz

Destaca el caudaloso río Duero atravesando la ciudad, alguna antigua torre musulmana, restos de muralla, su castillo, sus bodegas y dos de los mejores ejemplares de iglesia románica de la provincia de Soria. La iglesia de Nuestra Señora del Ribero (comienzos siglo XII) y la de San Miguel (año 1081).

Tomamos unas cervezas en un bar cercano al hotel donde aparece un tal Carmelo, acompañado de tres o cuatro parroquianos más, que comienzan a cantar en el bar (no lo hacían nada mal pues pertenecen a la Coral del pueblo). Carmelo comienza a imitar el canto del búho, el de la paloma y el del jilguero, lo cual causa nuestra admiración provocando que el artista se acerque y nos de conversación. Este Carmelo no para de hablar y dar información de sí mismo (panadero jubilado), de su pueblo, de su afición a la caza y de los vinos que se toma en su bodega. En fin, un tipo curioso del que descubro al día siguiente buscando información del pueblo en Internet, que compartimos apellido.

Tras una larga noche y un austero desayuno, paseamos por San Esteban para disfrutar de sus tesoros. La Iglesia románica de San Miguel sorprende por su belleza, pero también por lo desgastada que se encuentra toda su parte exterior tras 942 años sufriendo el rigor del clima soriano. En cualquier caso es espectacular.

Iglesia de San Miguel

Del castillo poco queda. La muralla norte, restos del aljibe y un silo. Se encuentra en lo alto de un cerro estrecho y alargado desde donde puedes disfrutar de unas vistas excelentes. Mirando al Sur se distingue perfectamente la colina donde se levanta majestuoso el castillo de Gormaz. El cerro donde se erige el castillo está repleto de curiosas bodegas y merece la pena pasearse por ellas.

Bodegas
Castillo
Iglesia Nª Sra. Ribero y Castillo

Nuestra siguiente visita es Langa de Duero, pequeña localidad bañada por el Duero y de la que el Cid fue Señor a fines del siglo XI. En el alto del pueblo queda una gran torre del antiguo castillo que data del siglo XIV-XV y que sirvió de alojamiento a los Reyes Católicos en el año 1506. La torre se encuentra en muy buen estado de conservación, tiene una altura de 20 metros y muros de hasta dos metros de grosor. Las vistas desde la torre son espectaculares. Nos encontramos en plena Ribera del Duero, donde hay mucho más de lo aquí contado y que tú, querido amigo y lector, tendrás que descubrir para contar tus propias historias.

Langa de Duero
Iglesia Nª Sra. Ribero. San Esteban de Gormaz

2 comentarios en «TIERMES Y SAN ESTEBAN DE GORMAZ»

  • 22 de abril de 2023 a las 20:31
    Enlace permanente

    Precioso el Románico en la provincia de Soria (qué bonitas son las Galerías porticadas de las Iglesias), fantástica la Ingeniería romana como siempre, qué fotos tan bonitas…cuánta historia, ya desde la Edad del Bronce y más allá, y celebro que los buitres no os consideraran la comida del día (jajajaja), y que sea por muchos años. Un abrazo

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *