Murcia. Primavera 2022. (2 de 2)

El sábado por la mañana soy citado por mi amigo Pepe en un concurrido mercado situado en la orilla del río Segura y muy cerca de la antigua puerta medieval de aduana. Tras un reconfortante café, me muestra algunas de sus compras y puedo comprobar en vivo y en directo que los guisantes no siempre son de lata o congelados. Se trata de una vaina similar a la judía verde pero que en su interior guarda el guisante muy tierno y con un sabor dulce muy agradable.

Mercado
Río Segura

Aún aturdido por mi primer encuentro con un guisante de verdad, tomamos carretera con un flamante y tecnológico Mercedes, haciendo una primera y breve parada en Albudeite, donde recorremos sus estrechas y no del todo limpias callejuelas. Albudeite es fundada por los musulmanes (la primera referencia documental data del siglo IX) y significa “la de escasa agua”, posiblemente en referencia al escaso caudal del río Mula que bordea el pueblo. Se trata de un pequeño oasis entre ramblas y barrancos muy áridos y que mantuvo una mayoritaria población musulmana a pesar de la Reconquista cristiana. Incluso en el siglo XVII, con la expulsión de los moriscos, los que habitaban en este pueblecito retornaron en secreto y es posible que por ello se diga que en esta localidad sus habitantes tienen un tono en el habla e incluso un lenguaje algo peculiar. Interesante la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios del siglo XVI y construida sobre la base de la mezquita.

Iglesia Albudeite
Río Mula. Albudeite

Nuestro siguiente destino es la localidad de Mula, donde aparcamos a las afueras, cerca de un moderno edificio dedicado a juzgados y no muy acorde con el estilo arquitectónico del resto de construcciones del pueblo. Nuestro objetivo es subir al castillo y cómo manda la tradición, andando, para sentir en nuestras carnes la dureza que islámicos y cristianos sintieron durante siglos al atacar o defender la fortaleza.

El castillo actual data del año 1524, construido por la poderosa familia de los Vélez con el objetivo de mostrar su poder y gloria en ese momento. Por cierto, esta familia posee en la Catedral de Murcia una capilla destinada a panteón familiar, de grandes dimensiones, ricamente decorada y cuya construcción se inició en 1490. En cualquier caso, este castillo medieval se erigió sobre otro anterior islámico, como casi todos en este rico país.

Castillo de Mula
Castillo de Mula

El día está despejado y luce el sol. Paseamos por las calles de Mula donde abundan palacios y casas nobiliarias muy bien conservadas. Su origen musulmán sigue muy patente, pues mantiene su trazado original de calles empinadas, estrechas y laberínticas.  Hay movimiento y mucha vida en el pueblo ya que parece que celebran un mercadillo medieval. Un coche con megáfono en el techo anuncia el fallecimiento de una vecina viuda e informa del lugar y hora del funeral y entierro. A medida que avanzamos las calles son más empinadas… A medio camino admiramos la Ermita del Carmen, antigua mezquita consagrada como iglesia cristiana por Alfonso X. Llegamos a las últimas casas donde hay que seguir por un camino medio asfaltado donde la pendiente se convierte en problemática. Breve parada para recuperar fuerzas antes de iniciar el duro descenso y en este momento apreciamos un dulce e intenso olor a hierba.  Un lugareño disfruta de las vistas fumando un pitillo de la risa y achacamos el penetrante olor a su momento de felicidad. Atrás queda el vecino, pero el espeso olor se mantiene.  La verdad que el lugar es ideal, sol, buen tiempo y situado en zona alta con difícil acceso y donde no es fácil llegar sin ser visto. La cuesta es infernal y aspiro profundamente antes de seguir camino.

Mula
Zona agrícola

Hace un sol de justicia, comienzo a sudar como si estuviera en pleno verano y parecía que aún el camino no podía empeorar, pero sí, aún se empina más. Pasitos cortos, brevísimas paradas con la excusa de admirar el paisaje de la huerta murciana y hacer alguna foto, la boca seca…. y ocurrió el milagro. A mi guía Pepe, que no se cansa, ni suda, ni le da el sol, le suena el teléfono y se sienta a la sombra para atender la llamada, momento que yo aprovecho para recuperarme y conservar fuerzas para el tramo final. Por fin disfruto del paisaje que es realmente espectacular. Finalizada la llamada del ángel, llegamos al poco rato a los pies del castillo a cuyo interior no se puede acceder, pero buenas noticias, están realizando obras de conservación.

Las vistas desde el alto merecen sin duda el esfuerzo realizado. Además, como ha llovido bastante en los últimos días, el desierto y la huerta murciana está realmente espectacular. El cerro donde se sitúa el castillo es privilegiado pues se ve perfectamente Sierra Espuña y hasta más allá incluso de la ciudad de Murcia.

Si la subida es dura, la bajada aún más. Volvemos a pasar por las casas habitadas por vecinos aficionados a la agricultura, donde, si cabe, el olor es más intenso y pegajoso pues el calor ha aumentado. Me siento observado e interpreto mensajes de los vecinos en la ropa tendida, en una lata de comida para gatos en un rincón, en una piedra apoyada en una fachada…

(Pocos días antes de publicar este artículo, recibo noticias directas de mis contactos murcianos a través de un escueto mensaje de Whatsapp en el que adjuntan la primera página de un diario local cuyo titular reza lo siguiente: «Incautan centenares de plantas de marihuana en trece registros en Mula» . Tras una larga e intensa labor de vigilancia, por fin se decidieron a intervenir y desmantelar lo que era obvio, necesitando para ello un dron, un helicóptero y 50 Guardias Civiles. La operación se salda con 6 detenidos que fueron puestos en libertad sin pasar a disposición judicial, así es España. Se intervinieron 300 plantas y 20 kilos de María ya listos para la venta).

Ermita del Carmen
Iglesia Santo Domingo (s. XVI)

De vuelta al centro de Mula, recuperamos fuerzas y líquidos perdidos con un buen par de tercios de cerveza helados, unas patatas fritas muy gruesas típicas de la zona y un platico de mojama y huevas con almendricas. Como señores. Aparece de nuevo el coche con megáfonos en el techo, esta vez recordando a los vecinos, realmente advirtiendo, digo yo, del vencimiento del pago de un impuesto municipal.

Ya recuperados, nos desplazamos hasta El Niño de Mula, tradicionalmente lugar de parada y fonda de viajeros, donde paseamos por el Santuario del Niño de Balate. El “Balate” es un término árabe que significa, “terreno pendiente, linde, borde de una acequia…”. En este lugar, a mediados del XVII el Niño Jesús se apareció al pastor Pedro Botía.

El Niño de Mula

Ya va siendo la hora de comer y nos desplazamos en nuestro elegante vehículo a Baños de Mula, pequeño pueblo repleto de apartamentos y balnearios de aguas termales lo que le ha provocado cierta fama de “lugar de pecado”. Lugar de libertinaje, lujuria y desenfreno, eso dicen, pero en ese momento las calles se encuentran totalmente desiertas…

En la terraza del Mesón La Almagra degustamos unas cervezas, olivas, habas con jamón y un exquisito arroz con verduras y conejo, del que dimos buena cuenta acompañado de un buen vino de la zona.

Y Murcia seguro que dará para mucho más, esto no ha hecho más que empezar. Pero eso, querido amigo y lector, ya es otra historia.

3 comentarios en «Murcia. Primavera 2022. (2 de 2)»

  • 10 de junio de 2022 a las 14:32
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    Un paseo delicioso qué nos invita a repetirlo 🤗🤗🤗Gracias por llevarnos.. es como si lo hubiéramos vivido. Volveremos ,y Aunque ya no podamos oler a hierba ,🤭🤪, podemos comer el arroz y las ricas tapas de la región.

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