ALFONSO VIII. UN SORIANO ILUSTRE

No todas las ciudades españolas pueden presumir de haber sido cuna de alguno de los grandes reyes de la historia de nuestro país.

Pues Soria sí puede y creo que es bueno que lo recordemos, pues el rey nacido en Soria hace ya ni más ni menos que 867 años, tuvo una importancia clave en la actividad de reconquista marcando sin duda un antes y un después.

Os presento al Rey de Castilla Alfonso VIII, nacido en Soria el 11 de noviembre de 1.155, hijo del rey Sancho III de Castilla y de Blanca Garcés, hija del rey de Navarra García Ramírez y descendiente directa del Cid.

La infancia del rey Alfonso debió ser complicada, pues pronto quedó huérfano al morir su madre a los nueve meses y su padre, el rey, a los tres años de su nacimiento. Así, nuestro niño se convierte en rey a la temprana edad de tres años.

Su padre, en testamento y hasta su mayoría de edad, nombra tutor a un miembro de la poderosa familia Castro, cargo que fue objeto de disputa con otra importante familia, los Lara, provocando entre ambos una sangrienta guerra civil por el ejercicio de dicha tutela. Esta circunstancia fue aprovechada por el rey de Navarra para anexionarse territorios pertenecientes a Castilla (la actual Rioja) y el intento por parte de su tío, el rey Fernando II de León, de hacerse cargo de su tutela con el objeto de apoderarse del reino de Castilla.

Finalmente, la tutela y regencia es ejercida por la familia Lara, permaneciendo el rey niño en Soria hasta el año 1162. Es en este año cuando es trasladado de forma urgente y secreta hasta San Esteban de Gormaz para protegerlo de la familia Castro y su aliado, el rey de León Fernando II, los cuales se personaron en la ciudad de Soria para hacerse cargo del pequeño rey y no con muy buenas intenciones.  El hidalgo D. Pedro Núñez de Fuentearmegil, apoyado por la ciudad de Soria, su concejo y el linaje de los Santa Cruz, es el encargado del arriesgado traslado del niño rey hasta San Esteban de Gormaz, donde es entregado a la familia Lara quienes lo conducen primero a Atienza y posteriormente a Ávila.

Soria. Torre de Dña. Urraca

Alcanzada su mayoría de edad a los 14 años, comienza a ejercer personalmente como rey y no tardan en buscarle pareja. La agraciada es la niña de 10 años Dña. Leonor de Plantagenet, hija del rey Enrique II de Inglaterra y hermana ni más ni menos que del famoso rey Ricardo Corazón de León. Por cierto, matrimonio muy prolífico pues tuvieron al menos 10 hijos.

Ya rey, recupera los territorios usurpados por Navarra durante su minoría de edad y se inician conflictos fronterizos con el reino de León que durarán décadas. Igualmente, guerrea continuamente con los Almohades, ya plenos señores de Al Ándalus.

Durante su largo reinado, 56 años, su relación con Soria es estrecha y generosa, otorgando privilegios a la ciudad en agradecimiento a la defensa de su persona cuando era niño. Fundó la iglesia de Santo Domingo, una de las mayores joyas del románico de nuestro país, así como el Monasterio de Santa María de Huerta, entre cuyos muros Alfonso VIII junto con el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, idearon y prepararon la batalla de las Navas de Tolosa.

Monasterio de Santa María de Huerta
Monasterio de Santa María de Huerta

Por citar alguno de los privilegios concedidos a la ciudad de Soria, uno de ellos es el denominado “de los Arneses”, el cual consistía en que los sucesivos reyes de Castilla, en el año de su coronación, debían entregar a los caballeros de Soria cien pares de armas, escudos, capellinas (cascos) y sillas. No menos importante el privilegio otorgado a los habitantes de Soria consistente en acudir a la guerra acompañando al propio rey.

Alfonso VIII guerreó contra los Almohades de forma constante, destacando las batallas de Alarcos y la de las Navas de Tolosa, con resultados muy diferentes.

Batalla de Alarcos: Alfonso VIII se enfrenta abiertamente al califa almohade Almansur enviándole una ofensiva carta de desafío, obteniendo como respuesta una declaración de guerra por parte del fanático almohade.

Alfonso VIII, ante la inminencia de esta gran guerra, pide auxilio a los reinos de León, Navarra, Aragón y Portugal los cuales acceden, pero nuestro rey no tuvo paciencia en esperar la llegada de sus aliados y se enfrentó en solitario con sus tropas a los islámicos. La batalla tuvo lugar el día 19 de julio de 1195 en Alarcos (en la actual provincia de Ciudad Real), zona fronteriza con los musulmanes y con desastroso resultado para los castellanos.

Las tropas castellanas, entre 3000 y 4000 soldados, pertenecientes a las propias tropas del rey, de obispos, nobles, Ordenes Militares y a las llamadas milicias urbanas, son masacradas sin piedad. En la batalla mueren los obispos de Sigüenza, Ávila y Segovia, así como el maestre de la Orden de Santiago. El propio rey salvó la vida de milagro. Fue tal la masacre que estuvieron a punto de desaparecer las Ordenes militares de las que únicamente sobrevivieron 300 guerreros. El desastre fue absoluto.

En el momento de la batalla, la ciudad y murallas de Alarcos se encontraban en construcción y se aprovecharon las zanjas abiertas en la base de la muralla para enterrar los restos de la contienda.  Recientes excavaciones arqueológicas del lugar han descubierto una gran fosa común con restos de soldados cristianos y sus monturas que perecieron ese fatídico día. Junto a ellos, entre multitud de objetos personales, también se han encontrado puntas de flecha, lanzas, pequeños cuchillos y bolas de hierro que posiblemente les causaron la muerte.

Iglesia Santo Domingo. Soria

 Batalla de las Navas de Tolosa: Diecisiete años después del desastre de Alarcos, Alfonso VIII está preparado para enfrentarse de nuevo a los almohades y asestarles un golpe definitivo.  Junto con el obispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, lleva a cabo los preparativos de forma concienzuda. El Papa Inocencio III declara la Guerra Santa y concede indulgencias a los cruzados que participen en la batalla. Se reúne un ejército de unos 12000 -15000 hombres, aportando tropas los reinos de Castilla, Aragón, Navarra y Portugal. También se unen para la batalla algunos cruzados europeos, llamados ultramontanos, la mayor parte de ellos provenientes de la vecina Francia (unos 3.000).

Las tropas se reagrupan en Toledo y ya comienzan los primeros problemas con los cruzados franceses pues intentan saquear la judería. La confrontación con los europeos se agrava con la toma de Malagón y Calatrava y en la que los franceses quieren pasar a cuchillo a todos los musulmanes de la ciudad, lo cual es impedido por el propio rey Alfonso VIII. Los franceses, ante aquella moderación en la batalla, abandonan la empresa volviendo a cruzar los Pirineos, no sin dejar en su camino de vuelta un rastro de saqueo y pillaje. Incluso intentan entrar en Toledo para dar su merecido a la comunidad judía, pero no consiguen entrar a la ciudad.

El enfrentamiento entre cristianos y almohades se produce el 16 de julio de 1.212 en las Navas de Tolosa y los cristianos vencen contundentemente. Esta victoria marca un momento trascendental en la tarea de reconquista, pues no solo nace un sentimiento de unión y solidaridad entre los diferentes reinos cristianos, sino que también queda definitivamente abierto el camino hacia Andalucía.

Alfonso VIII, además de buen estratega y militar, fundó en Palencia la primera universidad española, impulsa la Orden del Císter y es considerado como uno de los mejores reyes de Castilla. Murió en la pequeña aldea de Gutierre-Muñoz (Ávila) el 5 de octubre de 1.214. Se encuentra enterrado en el monasterio de Las Huelgas en Burgos. Descanse en paz este ilustre soriano.

3 comentarios en «ALFONSO VIII. UN SORIANO ILUSTRE»

  • 6 de mayo de 2022 a las 21:48
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    Un placer leer estos fragmentos de historia relatados con la pasión de un Soriano orgulloso de serlo.

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  • 27 de abril de 2022 a las 16:50
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    Me gusta mucho la historia de este Rey Soriano .
    Es interesante refrescar la memoria de la historia pasada y poner atención al leerla para no cometer los mismos errores y darse cuenta de que las guerras, siempre llevan muerte y destrucción

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  • 21 de abril de 2022 a las 16:27
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    Todas las épocas tienen sus luchas y diferencias unas con razon pero las luchas tienen sus muertes pero la historia es así, pero leer entretiene y más si está bien escrito 👏👍

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