Garray – Gallinero. 4×4. Románico y Repoblación

Yo mismo me sorprendo cuando sigo descubriendo parajes de la provincia de Soria realmente espectaculares. Son zonas que ya conozco, pero está claro que, sin duda alguna, aún me queda mucho por descubrir.

Como me muevo por el instinto y sin ningún tipo de artilugio electrónico, lo habitual es llegar a un punto de destino ya conocido, pero por una ruta distinta a la utilizada en otras ocasiones. Tampoco debemos engañarnos. Puedo ponerme un destino como objetivo y no llegar nunca a él, ni siquiera acercarme al mismo. Depende de lo que vaya surgiendo en el camino, creo que es una buena forma de seguir descubriendo lugares para mi hasta ahora desconocidos.

Con la llegada, por fin, del buen tiempo en este mes de marzo del año 2022, estos últimos fines de semana estoy bastante activo en lo que se refiere a rutas 4×4 con el Land Rover. Un frio intenso se adueña de la provincia, sopla un fuerte viento polar e incluso está lloviendo y nevando en cotas altas. Ya era hora. No obstante, está todo tan seco que el agua que cae es absorbida de forma inmediata por el terreno y no es fácil encontrar zonas divertidas y complicadas por el barro. Al menos, el polvo ha desaparecido y los caminos se encuentran más compactados lo que permite en ocasiones alcanzar velocidades más altas.

Mi objetivo es controlar una ruta desde Garray hasta Gallinero por pistas (unos 35 km.). Desde Gallinero ya tengo muy claro el trazado hasta Almarza (está muy cerca) desde donde se accede con facilidad a la Sierra de Cebollera donde las opciones son ya infinitas. Me centro por tanto en la primera etapa. Zona llana, con pistas bien conservadas y muy rápidas.

Comenzaremos en Garray, donde a la salida del pueblo tomaremos la carretera SO-615 y a los pocos metros saldremos de ella accediendo por la derecha a la pista de tierra que nos llevará hasta Renieblas. Pocos metros antes, justo antes de que acabe el pueblo, hay una tiendecita llamada El Puchy, donde te puedes aprovisionar de bebida y comida (sobre todo productos sorianos) para la dura jornada que te espera. Estos primeros tramos de pistas de tierra tienen alta visibilidad por lo que son muy, muy rápidos. Ya desde el primer momento debes poner todos los sentidos para orientarte y llegar a Renieblas. Por cierto, en Garray se encuentran las famosísimas ruinas de Numancia.

Iglesia Renieblas

En Renieblas existen restos de los campamentos romanos que sitiaron Numancia (siglos II y I a.c.), vestigios de la presencia de las tropas italianas durante nuestra guerra civil y no dejes de contemplar la Iglesia de la Nuestra Señora de la Cruz de origen románico, hoy en su mayor parte de estilo gótico (s. XVI) debido a todas las remodelaciones sufridas. Como digo, quedan restos de varios campamentos romanos que merecen una detenida visita. El lugar está señalizado, las vistas son espectaculares y el paseo por las ruinas es realmente agradable. Dedica tiempo y podrás hacerte una idea de la inmensidad de los campamentos construidos con piedra extraída del propio lugar y con capacidad alguno de ellos para 10.000 soldados. Dos mil años después de la presencia de las legiones romanas, fueron también soldados italianos los que ocuparon Renieblas, custodiando un aeródromo en las cercanías que servía de base para sus bombarderos. Aburridos estarían estas tropas, pues tallaron diversos motivos bélicos e inscripciones en una espectacular portada, casualmente construida con sillares esculpidos por sus antepasados romanos, en la que se puede leer, «Viva el Rey», «Viva el Duce», todo ello adornado con el yugo y las flechas, una bomba incendiaria y un símbolo que representa la fuerza mediante la unidad (fascio). En una inscripción grabada bajo la ventana se identifican con siglas las tropas que aquí estuvieron, «Regimiento Artilleros Voluntarios de Littorio».

Relieves Tropas Italianas (Renieblas)
Campamento Romano (Renieblas)
Portada con sillares romanos y relieves italianos
Relieves tropas italianas

Puedes dirigirte a continuación hacia la pequeña localidad de Los Villares de Soria, pueblo muy cuidado, con casas blasonadas e iglesia también de origen románico en sus inicios.

Casa blasonada. Los Villares
Iglesia Los Villares

Cambiaremos de rumbo y hacia el Oeste llegaremos por una pista rapidísima a los pueblecitos de Pedraza, Aylloncillo y Fuentelsaz, donde el nombre de los primeros delata su nacimiento en tiempo de la repoblación, una vez reconquistado el territorio a los musulmanes, así como el origen de sus primeros habitantes.

Destacan las modestas iglesias románicas de estas tres localidades que datan de finales del siglo XII. Las vistas desde la iglesia de Pedraza, situada en lo más alto del pueblo, son espectaculares.

Iglesia Aylloncillo
Iglesia Pedraza
Iglesia Fuentelsaz

Siguiente destino, Portelrubio, donde la visión del pueblo desde el camino es de absoluta paz y tranquilidad. Siempre hago aquí parada obligatoria y viendo desde este punto este pequeño pueblo, me planteo muchas cosas…. El Cerro de San Juan, al que ya he dedicado en este blog algunas líneas, está al lado y siempre es recomendable subir hasta arriba y disfrutar de una de las mejores vistas de la provincia.

Portelrubio

Pista directa, en muy buen estado y rápida hasta Cubo de la Sierra.  Bonita plaza del pueblo, enorme y presidida por la iglesia de Santo Tomás de origen románico. Antes de llegar a Cubo de la Sierra, habrás visto no muy lejos, la Casa Fuerte de San Gregorio cuya visita siempre es muy reconfortante.

En la zona norte de Cubo, por un lateral de la iglesia, pista de tierra que nos lleva directo al pueblo de Gallinero. Sorprende el aislamiento de este pueblecito y la grandiosidad de su iglesia de la Virgen del Rosario, de estilo gótico (S. XV), con enterramientos y escudos de la familia nobiliaria de los Vinuesa. Pueblo fruto de la repoblación realizada con gentes de La Rioja y donde en unos de sus barrios, Lumbrerillas, se mantienen las ruinas de la iglesia de San Miguel.

Gallinero
Gallinero
Lumbrerillas
Lumbrerillas

Tomando las pistas que salen en dirección norte, te puedes internar en lo que vienen llamando La Dehesa. En invierno, la Dehesa es muy fría pues recibe los vientos directamente de las cumbres de Piqueras. Al menos, las veces que he estado ahí, el frio es intenso y el viento azota con fuerza. Hay varias explotaciones ganaderas y es muy agradable ver pastar en libertad a terneros y caballos. Muy interesante el castro celtíbero situado en el Cerro de los Castillejos. Por cierto, hay una amplia zona de bosque de hayas muy bien cuidada.

A media ladera hay un camino sin salida que discurre lateralmente por esta sierra hasta una zona habilitada para puestos de zorzales y que nos deja muy cerca de lo que viene siendo uno de los mejores bosques de acebo de la península ibérica, el Acebal de Caragueta. Allí paré a comer unos embutidos que había comprado en El Puchi y de nuevo me doy cuenta de que, una vez más, me he venido sin agua. Dos semanas antes me ocurrió lo mismo y sufrí cierta deshidratación. Pues hoy, igual. Y también me estoy deshidratando, teniendo en cuenta el sospechoso color intenso de mis residuos líquidos y que llevo desde las 9 de la mañana sin beber. Comienza a nevar ligeramente y en un acto estúpido abro la boca para retener algún copo de nieve.

Parapetado por el Land Rover para protegerme del viento helado, disfruto de las espectaculares vistas mientras engullo mi seca comida: En el alto, la entrada al acebal y su masa forestal, el castro celtíbero del Alto de la Cruz, el cerro de San Juan, Numancia, Soria, sierra de Carcaña, sierra de Cebollera, Piqueras…… En el paisaje identifico los dos días de travesía que hacían mis antepasados trashumantes en su camino con las ovejas hacia Soria capital. No tengo prisa y sigue nevando ligeramente.

Vistas desde La Dehesa

Que nadie se quede con ganas de disfrutar de esta ruta por no tener un vehículo todoterreno, pues todos los pueblos mencionados pueden enlazarse sin problema alguno por asfalto.

Vuelta a casa por el mismo camino para afianzar mi orientación en futuras expediciones por la zona. A las 17,30 horas por fin bebo agua. Más tarde, ya en buena compañía, me desquito de la deshidratación con un buen vino en Bodegas Lázaro y en la cena, en el Fogón del Salvador, con unas verduras a la brasa, un tierno y exquisito churrasco de ternera y unas buenas cañas. Pero esto ya, amigos, sí que es otra historia.

Ganado en La Dehesa de Gallinero
El Fogón del Salvador

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