ENTRE RELLO Y GORMAZ. 23-24 OCTUBRE 2022

Tengo por costumbre visitar regularmente zonas para mí ya conocidas, pues, por increíble que parezca, sigo descubriendo nuevos lugares y curiosidades. Normalmente pienso un punto de destino, pero no siempre lo alcanzo pues las paradas y desvíos de la ruta inicialmente pensada son constantes. Siempre aparece un pueblo interesante que “quedó pendiente” en rutas anteriores o descubro lo que parece ser una nueva ruina en el horizonte que hace cambiar la ruta en su totalidad. Puedo decir por tanto y de forma muy clara que la improvisación marca mis expediciones, pero tranquilos, no siempre se nota.

En los últimos meses he seguido con interés las obras de restauración que se han llevado a cabo en pueblos tan valiosos como Rello y Osma, por lo que tenía pendiente estos destinos y de paso aprovechar para disfrutar, una vez más, de este territorio de frontera tan defendido a sangre y fuego por los musulmanes desde su fortaleza en Gormaz.

Rello

Esta vez me acompaña mi mujer, fiel compañera en estos viajes improvisados con paradas y continuas variaciones, las cuales, creo, también le gustan, no solo por los nuevos descubrimientos, sino también por la gente con la que contactamos (sobre todo cuando viene ella) y por supuesto por la compañía, digo yo, a pesar de todas las batallitas que cuento.

En Medinaceli abandonamos la comodidad de la autovía, donde, una vez más, degustamos un energético torrezno el cual nos dará fuerzas durante buena parte de la jornada que nos espera pateando pueblos, subiendo atalayas o deambulando por cualquier inhóspito lugar. Este paseo tiene de novedoso el vehículo elegido, un moderno Toyota RAV4, sin duda más pensado para aventuras urbanas, si bien dispone de 4×4 que de momento miro de reojo. Los escasos lectores de esta crónica y que posean un vehículo “normal”, lo que se viene definiendo como un turismo, pueden estar tranquilos pues no habrá tramos de barro, zanjas, ni necesidad de reductoras ni de orientarse en mitad de la nada. Todo (casi todo) se puede realizar por carreteras perfectamente asfaltadas.

Rello

Por la SO-132 iniciamos nuestra andadura a velocidad muy moderada y disfrutando del paisaje hasta el pueblo de Rello que nos recibe con sus murallas recién restauradas. En el camino, nos hemos cruzado a la altura de Barahona una concentración de coches modelo Morgan. En los siguientes kilómetros vemos a otros muchos integrantes de esta concentración en dirección opuesta a la del grueso del grupo, muy dispersados y parados en los arcenes, quedando patente que se han perdido. Bueno, perderse es una buena manera de conocer la provincia.

El Castillo de Rello sigue en obras. La restauración de las murallas es increíble pues no han hecho añadidos fuera de lugar y se han limitado a su conservación, limpieza y consolidación. Un trabajo muy bien hecho. En la plaza donde está el rollo, conocemos a Alejandra, una anciana nacida aquí mismo pero que emigró a Santurce en el año 1969, pues “aquí no había forma de vida”. Recuerda que cuando emigró, aún no había agua corriente en las casas y tenían que recogerla con mulas en la parte baja del pueblo. Los vecinos se dedicaban fundamentalmente a la agricultura y ganadería lanar, siendo durísimas las condiciones de vida, sobre todo en el invierno. Alejandra nos hace de guía improvisada y nos comenta estar muy satisfecha con los resultados de las obras en la muralla. En la misma plaza, sentados al sol, está Primi con otra anciana y al poco se une, tras un lento andar con bastones, otro vecino más. Creo que entre ellos cuatro sumarán sin duda alguna más de 350 años. Pero ahí están, muy ancianos, pero autónomos y con ganas de conversación.

Rello

Rello es impresionante, se trata de una excepcional villa medieval, siendo su recinto amurallado del siglo XII con retoques del siglo XVI. Su iglesia data de mediados del XVII y no debe pasar desapercibido el rollo de hierro único en España. Este rollo no es de identificación como villa con jurisdicción propia, sino que servía para el escarmiento público de los delincuentes de la época.

Rello
Rollo de Rello

Al poco tiempo, la paz y tranquilidad del pueblo se ve interrumpida por un autobús de turistas sorianos que han venido a ver los resultados de las obras. Pertenecen a  la asociación de Amigos del Museo Numantino. Creo que estamos asistiendo al inicio de un nuevo renacer de este pueblo…….

Rello
Rello

No podemos dejar de visitar en el término municipal de Rello, la atalaya de El Tiñón a la cual se accede por una pista de tierra muy bien conservada. Sorprende el buen comportamiento del Toyota en estos kilómetros de tierra, es realmente cómodo y encima sostenible pues se conecta el sistema eléctrico…cualquiera que me vea……

Llegados a la misma base de la atalaya, mi ilustre acompañante en cuestión de segundos desaparece y para mi sorpresa la veo en la azotea de la atalaya vigilando la frontera cual bereber del siglo X. Yo llevo muchos años visitando la atalaya, pero por razones que desconozco nunca he podido subir por las estrechas y empinadas escaleras del interior. En un arrebato comienzo la subida con decisión y tras sufrir varios agarrotamientos y otras situaciones inexplicables, logro llegar a la azotea con extremo esfuerzo donde me espera la mujer bereber, sin cuya ayuda final creo que me habría quedado allí agarrotado y para siempre. La azotea es muy estrecha, el hueco de las escaleras ocupa una gran parte de la superficie y no me siento muy en mi terreno. Las vistas desde arriba son brutales y aprovechamos unos minutos para otear el horizonte en busca de alguna incursión cristiana sin resultado alguno. El día está tranquilo.

La bajada la realizo con mejores resultados que la subida, pues la bereber me muestra cómo hacerlo con cierta naturalidad. Aun así, insisto, esto de las alturas y las escaleras estrechas no está hecho para mí.

Continuamos ruta y hacemos parada en Lumías, bonito pueblo resguardado por acantilados y con abundantes huertos regados por el río Talegones que lo atraviesa. Su iglesia es de origen románico, pero totalmente reformada en el siglo XVI.

 La zona es realmente agradable y parece protegida de las inclemencias invernales. Aprovechamos la tranquilidad absoluta del lugar para comer un bocadillo en el frontón del pueblo. No hay señal de vida alguna. Recogemos nueces que nos llevaremos a casa y consumiremos una vez que se sequen. Poco antes de irnos nos cruzamos con un vecino al cual parece que no le gusta demasiado que hayamos cogido unas 6 o 7 nueces del suelo, no más, lo prometo. Aun así, nos llevamos las puñeteras nueces.

Lumías
Lumías

Continuamos nuestro camino y pasamos de largo por pueblos como Torrevicente, (donde en sus alrededores se libró la famosa batalla entre Almanzor y el general Galib), Sauquillo de Paredes, Nograles y alguno más. Queda pendiente su visita para otro día.

Efectuamos parada en Mosarejos, pueblo prácticamente abandonado, donde seguimos recolectando nueces a la vez que visitamos la Iglesia románica de Santo Tomás Apóstol. Esta iglesia aún mantiene una bella portada y un interior en ruinas que nos sorprende agradablemente. En este pueblo también existe una atalaya islámica del siglo X que controlaba el paso hacia Gormaz y que hoy en día está reconvertida en palomar. Recolectamos más nueces, alguna que otra manzanita y rellenamos la botella de agua en una fuente a la entrada del pueblo que parecía potable y menos mal que finalmente sí lo era.

Mosarejos
Mosarejos

Poco antes de las 18 horas llegamos al castillo de Gormaz, verdadero objetivo de esta ruta y donde coincidimos con la concentración de vehículos Morgan perfectamente conservados y cuidados. La visión del castillo desde la carretera SO-160 por la que venimos es simplemente espectacular y te pone en situación sobre el poderío de esta fortaleza islámica. Sobre este castillo y el de Osma, que visitamos al día siguiente tras hacer noche en el Burgo de Osma, daré cumplida información en diversos reportajes pues hay mucho que decir de ambos. Como es habitual, eso ya es parte de otra historia y así será.

Gormaz
Morgan en Gormaz

A CORUÑA.

Sin duda que veranear en el Norte de España está de moda. Al menos entre mis conocidos, es raro encontrar a alguien que no pase el verano o parte de él en esta zona, País Vasco, Cantabria, Asturias o Galicia.

Pues nosotros no podíamos ser menos y hemos disfrutado este mes de agosto de una semanita en la ciudad de La Coruña huyendo de este calor africano que a todos y sin remedio nos está asfixiando poco a poco. Bueno, algo de calor hemos pasado, pero entre la densa niebla de algunos días, la lluvia intermitente de otros y el sofocante calor entre medias, no ha habido mucha necesidad de playa.

En estas escapadas urbanitas nada como alojarse en un buen hotel donde poder recuperar fuerzas tras grandes paseos por la ciudad, largas e intensas excursiones para explorar pueblos pesqueros o de posibles excesos de algún aperitivo en el que te vienes arriba sin motivo aparente. El caso es encontrarse cómodo y adaptarse al medio, a la situación concreta….

Poco puedo decir de esta espectacular ciudad y provincia para mi desconocida, pero no puedo dejar de compartir lo que más me ha llamado la atención y me ha sorprendido muy gratamente. Seguro que hay mucho más, sin duda, pero a mi lo que me van son las piedras, es decir, torres, castillos, fortalezas e iglesias.

Uno de los símbolos de la ciudad es sin duda la Torre de Hércules, levantada por los romanos en el siglo I para guiar a las embarcaciones que navegaban hacia las Islas Británicas. Se trata del faro más antiguo del mundo aún en funcionamiento. La estructura romana original se encuentra en el interior, pues la actual es fruto de una rehabilitación llevada a cabo en el siglo XVIII. La zona en la que se encuentra la Torre es espectacular y merece la pena llegar allí a través del paseo marítimo, el cual, dicen, es el más largo de Europa.

En la Edad Media, la Torre de Hércules fue abandonada durante algún que otro siglo, lo que ocasionó que fuera expoliada en parte, utilizándose muchas de sus piedras para la construcción del Castillo de San Antón a finales del siglo XVI. Este Castillo, muy cerquita de nuestro hotel y que hoy en día alberga el museo arqueológico de la ciudad, fue ordenado construir por Felipe II para defender la ciudad de los ataques extranjeros, fundamentalmente ingleses y franceses. Muy interesante su aljibe para sobrevivir en caso de asedio.

Justo enfrente y en la otra punta de la bahía (en el pueblo de Oleiros), se encuentra el castillo de Santa Cruz al cual se accede a través de un puente de madera sobre las aguas. Esperpéntica y ridícula escultura realizada con basura rescatada del mar recibe al visitante que enturbia cualquier fotografía de una muy bien conservada torre del castillo. El sitio es realmente espectacular, puedes deambular por casi todos los rincones del castillo e imaginarte la potencia de fuego que tenían ambos castillos, uno enfrente del otro, apoyados por un tercero del que hoy no queda rastro alguno.

Intentando dar un toque gastronómico a alguna de nuestras excursiones, visitamos Betanzos con la intención de degustar su famosa tortilla de patatas, lo cual conseguimos en un pequeño y estrecho bar regentado por unas simpáticas colombianas y con mano experta en la elaboración de tan preciado manjar. Ambientazo en el bar, mucho cachondeo y momentos muy muy divertidos pues prácticamente lo llenamos con nuestro grupo compuesto por diez personas.

Previamente, estuvimos paseando por el pueblo y me impresionó gratamente su riqueza monumental. La iglesia de Santa María de Azogue y la de San Francisco, ambas de estilo gótico del siglo XIV son increíbles. Rosetones, pilas bautismales románicas, enterramientos medievales y nada más y nada menos que un jabalí soportando la cruz en el tejado de una de ellas.

Ya que he nombrado estas iglesias, volvamos a la propia ciudad de La Coruña para mencionar la iglesia de Santiago Apóstol, la más antigua de la ciudad y la Colegiata de Santa María del Campo, ambas del siglo XII, las cuales, amigos, tienen un gran parecido con la famosísima iglesia de Santo Domingo de Soria en lo que se refiere a su fachada.

Centro neurálgico de la ciudad es la Plaza de María Pita, heroína de la ciudad por su intervención en la defensa de la ciudad contra la invasión inglesa del año 1589. Al parecer esta valiente mujer tras ver a su marido (uno de los cuatro que tuvo) morir en la batalla, llena de ira, arrebató la lanza de la bandera inglesa a su portador y con ella mató al alférez que dirigía el asalto. La tropa inglesa (12.000 soldados) al verse desprovista de mando en el asalto, comenzó su retirada.

En esta bonita plaza puedes probar buenas tapas de pulpo, pimientos del padrón, raxo, tortilla de patata y otros muchos manjares siempre regados con algún buen vino y la más famosa cerveza local, Estrella de Galicia. ¿He dicho cerveza?, ¿he dicho Estrella de Galicia?

No puedo finalizar esta crónica sin mencionar la visita guiada que realizamos a la fábrica de Estrella de Galicia en la que se incluye (si lo contratas) degustación de las distintas variedades cerveceras con tabla de quesos y productos del mar enlatados.

Visita muy divertida, interesante y muy recomendable, donde cuentan la historia de esta familia cervecera, enseñan los enormes alambiques de la primera fábrica, cata de la cerveza en distintas fases de su elaboración, una exposición de todas las latas y botellas utilizadas a lo largo de su historia, diversas actividades interactivas y una prueba de gusto y olfato con los diferentes granos de cebada utilizadas para cada una de las variedades que producen. Por cierto, todos los productos con los que se elabora esta cerveza son de origen gallego, incluso el agua.

La visita finaliza con la experiencia de tirar una caña y la tan esperada degustación de cinco variedades de Estrella de Galicia con los quesos y enlatados. Menos mal que somos previsores, pues para ir la fábrica utilizamos como medio de transporte el taxi.

La propia marca Estrella de Galicia tiene una famosísima cervecería en La Coruña donde por supuesto fuimos un día a comer y disfrutar de este oro líquido. Pero esto ya, amigos, es otra historia…

PASEO POR LAS ESTRIBACIONES DE LA SIERRA DEL ALMUERZO

Soria, agosto del año 2022, uno de los veranos más calurosos de las últimas décadas. Disculpad, el más caluroso de la historia. En la ciudad de Soria se han batido todos los récord este mes de julio marcando el mercurio los 38,7 grados y en agosto se ha sufrido un calor inusual sobre todo a partir de la segunda quincena. Es muy posible que en breve tengamos que borrar del refranero español el que dice, “Soria en agosto, frío en el rostro”.

No obstante, desde la zona de Pinares siguen llegando las buenas noticias de todos los años: caen las primeras heladas en la segunda quincena de agosto.

En cualquier caso, Soria hace lo posible por ofrecernos su clima habitual y aprovechando uno de esos días que si te sientas a la sombra lo de bañarse es de locos, nos damos una vueltecilla para disfrutar de los pueblos situados en las estribaciones de la Sierra del Almuerzo, a pocos kilómetros de la capital. Territorio repoblado en tiempo muy temprano, en el siglo XI, por el reino de Navarra y tras la expulsión de los musulmanes que allí habitaban. Próspero económicamente durante la Edad Media gracias al Concejo de la Mesta a partir del siglo XIII y que hoy en día forma parte de la España más despoblada.

Parada en Garray donde compramos víveres en la tiendecita de El Puchi y nos dirigimos a Renieblas donde disfrutamos de su iglesia de origen románico, su manantial, su reloj de sol y los restos dejados por Romanos e italianos con algo más de 2000 años de diferencia. Sorprende la eficacia y exactitud del reloj de sol marcando la hora. Por supuesto la hora solar, que no coincide con la oficial que nos marcan nuestros relojes más modernos. Por cierto, tal y como apunta uno de mis acompañantes, los relojes de sol deben estar orientados al Sur para un funcionamiento correcto.

Renieblas
Reloj de sol

Segunda parada en el pueblo de Almajano, muy cuidado y por cierto con una muy buena panadería, donde paseamos con tranquilidad por sus calles. Las casas están muy bien cuidadas y muchas de ellas blasonadas mostrando la riqueza del lugar en época de La Mesta. Fue en esta pequeña localidad donde, a mediados del siglo XV, Castilla y Aragón firmaron una tregua que supuso un paréntesis en la guerra fronteriza entre ambos reinos.

Almajano
Almajano

Siguiente parada en Narros, nombre de origen navarro y pueblo que esconde grandes tesoros como son su iglesia, su ermita, el palacio llamado Casa de la Media Naranja y alguna que otra casa blasonada y de muy buen porte que pertenecieron a las más ricas familias ganaderas.

Iglesia Narros
Palacio de la Media Naranja
Narros

Tanto andar, tanto deambular por estos tres pueblecitos y llega la hora de comer, para lo cual nos desplazamos a pocos kilómetros, al Santuario de la Virgen del Almuerzo. Edificación del siglo XVIII erigida en honor a la Virgen del Almuerzo y que contiene una capilla dedicada a San Roque, patrón de los apestados, de los infectados por epidemias, por utilizar términos más suaves y amables. Hay que decir que en la España del siglo XVIII y anterior, las epidemias era algo de lo más normal y la principal causa de muerte de la población.  La peste, el cólera y muchas otras diezmaron a nuestros antepasados sin remedio y sin aparente explicación médica. Es por ello, al menos en Soria, por lo que San Roque es uno de los Santos más venerados y Patrón de innumerables pueblos y localidades. A lo mejor, querido amigo y lector, en tu provincia o pueblecito también se venera y celebra el 16 de agosto el día de San Roque…

Lo comprado en el Puchi es degustado a la sombra del Santuario donde aprovechamos además para tumbarnos y realizar un agradable “sobresuelo” pues mesa no hay.

Ermita Virgen del Almuerzo

Nos espera el pequeño pueblo de Aldealseñor, donde disfrutamos de su espectacular Torre Palacio que no es visitable por ser de propiedad privada. La torre es de origen bereber, del siglo X y el Palacio fue construido a su alrededor entre los siglos XIV y XVI. Esta fortaleza tuvo una participación muy activa en las guerras entre castellanos, navarros y aragoneses. Mientras estamos a las puertas de este lugar aparece una vecina con una cámara fotográfica y hace fotos al patio interior del recinto palaciego pues nos comenta que los árboles tapan los escudos nobiliarios de la fachada y eso no cumple con la normativa aplicable a este tipo de edificios. Además, se queja abiertamente de que los dueños también incumplen con su obligación de permitir la visita del público un número determinado de días al año. Están metidos en pleitos por ese motivo. Queda patente que el actual propietario, un rico empresario soriano, no tiene al pueblo muy contento. Tiempo atrás fue un hotel que al parecer daba cierta vida al pueblo. Ahora nada de nada. Ni siquiera se ven los escudos de la fachada.

Torre Palacio en Aldealseñor

En el camino hacia la iglesia, nos para un hombre mayor que tira de una carretilla con dos enormes cubos de agua. Nos da la bienvenida y nos pregunta de dónde somos, si nos gusta el pueblo y nos informa que es la persona de más edad que vive en el pueblo, ni más ni menos que 92 años. Aún impresionado por la fortaleza del anciano, visitamos el exterior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Blanca de origen románico (mantiene la portada), siendo el templo actual gótico del siglo XVI. La portada está presidida por la imagen esculpida en piedra de un pelícano, símbolo cristiano sobre la dedicación de los padres hacia los hijos, según nos informa otra de las asistentes a esta excursión.

Portada Iglesia Aldealseñor

De nuevo nos cruzamos con el más anciano del lugar y nos muestra orgulloso el exterior de su casa donde en la fachada ha incrustado dos adoquines de la famosa calle Estafeta de Pamplona. Al parecer en dicha calle estaban de obras, los adoquines amontonados en una esquina… y ya que cada uno se deje llevar por la imaginación y acabe la historia como quiera.

En este punto ponemos punto final a nuestra excursión, pero la zona sin duda da para mucho más. A los pocos días regresé en solitario y amplié la ruta, esta vez ya por caminos de tierra desde Aldealseñor hasta Suellacabras para atravesar posteriormente la Sierra del Almuerzo para acabar en Cortos.

En Suellacabras, me topé con un pastor que llevaba un rebaño de 400 cabras y me informó de los caminos para subir al alto de la Sierra del Almuerzo donde no pude localizar la mesa donde dicen que tomaron su último almuerzo los Siete Infantes de Lara antes de encontrar la muerte a manos de los musulmanes en el cercano valle del Araviana. Sobre esta piedra, cuando la encuentre, sobre un espectacular castro celtíbero y sobre otros tesoros que guarda esta localidad, informaremos puntualmente pues, como viene siendo habitual, querido amigo, eso ya es otra historia.

Pradejón (La Rioja). Tierra del Champiñón. Junio 2022.

¡Y llego el Domingo! A las 11 horas hemos sido citados en Pradejón por nuestra pareja amiga, Alfonso y Ana, para enseñarnos alguna instalación de cultivos de setas y champiñones, el oro vegetal de esta comarca.

En una pequeña furgoneta manejada por Alfonso, nos desplazamos a varias instalaciones para ver y conocer la producción de estos hongos.  Este año el calor ha venido pronto y de forma muy intensa, por lo que las naves que mantienen un cultivo tradicional han tenido que poner fin a su producción antes de lo habitual. Por este motivo, las naves que se mantienen activas son algo más sofisticadas, con sistema de aire acondicionado permanente y satisfacen la demanda del mercado de producto fresco. Las más tradicionales, producen normalmente para envasado.

En la primera nave disfrutamos de miles de setas de cardo, las típicas que ponen en cualquier bar de España o venden como producto fresco en prácticamente todos los mercados. Son enormes y las hay de todos los tamaños. La temperatura dentro de la nave es muy fresca y se agradece dado el nuevo día de calor extremo que volvemos a sufrir. En otra nave cercana disfrutamos de cultivos de champiñón, esta vez de la variedad Portobello, de color marrón y más apreciado por su sabor más intenso que el tradicional de color blanco. La humedad en las naves es muy alta y las máquinas de refrigeración funcionan constantemente.

Setas de cardo
Detalle
Champiñón Portobello

Alfonso nos explica con detalle todo el proceso: Primero se preparan los paquetes de siembra a base de paja, gallineja y urea, se airean y a esperar a su fermentación (¡alcanzan una temperatura interna de 38 grados!) para posteriormente inyectarles las esporas, la semilla del champiñón por entendernos y extender una nutritiva capa de humus traída directamente de los países nórdicos. Oscuridad, frescor, mucha humedad y en pocos días comenzarán a crecer, teniendo que estar muy muy pendiente de recogerlos en el momento exacto y cumplir así con las exigencias y deseos de mayoristas y consumidores. Ni muy pequeños ni muy grandes, en su tamaño y momento justo, lo cual requiere de un conocimiento, especialización, paciencia, mimo, dedicación, esfuerzo y sacrificio en grado extremo. Y no exagero. Cada champiñón se recolecta a mano, uno a uno, se le corta el rabito y se deposita con delicadeza en los contenedores que se sirven directamente al comercializador. Que me disculpen los expertos en esta descripción simplona y grosera que he realizado del proceso de cultivo y recolección, imagino que no es correcto, pero creo que sirve para informar de lo delicado y complejo del proceso para los que no somos expertos y nos creemos que el champiñón ya viene en lata o envasado.

Por último, visitamos las naves del “Porrón” como ejemplo de la tecnología y técnicas más avanzadas en el cultivo del champiñón. La mayor parte del proceso se encuentra mecanizado, salvo la recolección, que se sigue realizando de forma manual, uno a uno, con destreza y delicadeza. Una compleja maquinaria simula el ambiente ideal para un cultivo perfecto. Su dueño, un vasco de lo más agradable, nos muestra sus instalaciones con entusiasmo y dedicación y comenta que en breve iniciará obras para duplicar o triplicar la producción. Es alucinante, prevé una producción anual de más de un millón de kilos. Por cierto, más o menos, en un metro cuadrado puede llegar a recolectarse unos 30 kilos de champiñón en la misma temporada.

Tomamos una cerveza en la plaza del pueblo, donde sorprende la cantidad de sucursales bancarias que hay y un mural en una de las fachadas rememorando la fecha del 4 de marzo de 1803 en la que Pradejón obtuvo la independencia administrativa de Calahorra y se convirtió en villa independiente. Nos damos un agradable paseo por Pradejón acompañados por Alfonso y Ana, siempre atentos e implicados en facilitar información y curiosidades de los lugares por los que pasamos. Pradejón es un pueblo muy cuidado, muy limpio y creo que con un futuro muy prometedor.

Iglesia de Pradejón

Para finalizar nuestra visita somos convidados a una espléndida barbacoa elaborada por Alfonso y enriquecida con unos excelentes champiñones y pimientos asados cocinados por Ana. Del vino, ni hablamos, un tinto, estamos en La Rioja.

Con el coche cargado no sólo de chicas con dos días de fiesta en el cuerpo, sino también con un generosísimo pack de champiñones y setas preparado por Ana y Alfonso, abandonamos este pequeño paraíso con una gran sonrisa, muy agradecidos y donde nos hemos encontrado realmente muy a gusto y en familia. Muchas gracias por vuestra generosidad. Amenazamos con volver, pero eso ya, amigos, es otra historia.

Barbacoa con sarmientos
Otros productos de la tierra

Por la Rioja Baja. Junio 2022

Desde mis inicios en el mundo del Land Rover, allá por el año 88 del siglo pasado, he tenido siempre bastante relación con La Rioja y me siento muy confortable cuando me interno en este territorio. Atrás quedaron decenas de incursiones por estas tierras a través de la Sierra de Cebollera para continuar por la Sierra de Los Cameros durante varios días de aventura o aquellos días de fiesta en la capital celebrando el tan siempre respetado San Mateo y con acompañantes de lo más variado.

Por eso, cuando mi hija mayor me dice que una amiga de la Universidad las invita a las fiestas de su pueblo riojano, no tardo en ofrecerme como chófer, pero no de guía, pues son otros los menesteres que las motivan en este viaje.

Primera parada en Pradejón donde la juventud pronto se pierde por las calles para disfrutar de las fiestas durante el fin de semana. Adiós, nos vemos el domingo.

 Nuestra base la situamos en Calahorra, a unos 10 km. de Pradejón. Se trata de la segunda ciudad en importancia de La Rioja y con mucha historia. Por toda la ciudad hay restos de la ocupación romana (siglo II a.c. hasta el IV d. c.), adquiriendo en esa época el nombre de Calagurris y siendo ciudad de mucha importancia como demuestran los restos de un circo romano, templos, termas, murallas y diversas mansiones. A lo largo de los siglos posteriores, Calahorra mantiene su importancia, dando fe de ello su Catedral, el Palacio Episcopal o la judería. Merece la pena darse un paseo por el casco viejo, eso sí, no siempre muy bien cuidado, pero que incluso lo hace aún más auténtico y permite trasladarte a la Calagurris de hace cientos de años. En esta parte de la ciudad abundan las cuestas y las calles laberínticas y estrechas donde podrás ir disfrutando de los tesoros que aún se conservan.

Casco antiguo Calahorra
Puerta Romana. Calahorra
Catedral de Calahorra
Canalización Romana
Rollo de justicia

La Rioja ha sido zona de conflicto durante cientos de años, no solo por la riqueza de sus tierras regadas por el Ebro, sino también por su situación estratégica como punto de control en la zona norte de la península. Musulmanes, navarros, aragoneses y castellanos guerrearon sin descanso en estas tierras, por lo que es sencillo localizar y disfrutar de multitud de fortificaciones y restos medievales. Hoy nos encontramos en el valle del río Cidacos, intensamente vigilado y muy fortificado ya desde tiempo de los romanos.

Nuestra primera parada es el castillo de Quel. Se puede acceder en coche hasta el mismo castillo, lo cual es de agradecer pues, a pesar de ser las 11 de la mañana, el calor es asfixiante. Se trata de un castillo en ruinas, pero bien consolidadas, lo que evita que siga deshaciéndose lentamente. Las vistas del valle de Cidacos y del propio valle del Ebro son espectaculares y hay contacto visual con otros castillos que conforman este cinturón defensivo como el de Arnedo y Autol.

Castillo de Quel
Castillo de Quel

Se dice que el origen de este castillo se encuentra en una torre romana que protegía el paso por la vía romana que unía Calagurris y Numancia. Los musulmanes edificaron un castillo el cual después fue ocupado por los cristianos, siendo del siglo XV las ruinas actuales. Impresiona la buena conservación del aljibe, una bodega bajo la estancia del Señor del castillo, así como la torre del homenaje a la cual se puede acceder al interior donde se aprecian las tres plantas y las escaleras de acceso a cada una de ellas. Poca vigilancia necesitaría el lado sur del castillo pues está edificado al borde de un acantilado de 100 metros a cuyo pie se encuentra el actual pueblo de Quel. No dejo de sorprenderme al ver este tipo de construcciones y preguntarme cómo eran capaces de llevarlas a cabo. Alucinante.

Castillo de Quel

Tomamos rumbo a Arnedo y aparcamos en las cercanías de su castillo. Con el coche se accede hasta un aparcamiento cercano y de nuevo lo agradecemos. La ola de calor va tomando intensidad y no hay duda de que está debilitando nuestros cuerpos, pero no nuestras mentes. Iniciamos el breve pero empinado recorrido hacia el castillo. Está rehabilitado recientemente y no está permitido el acceso. No obstante, en los alrededores han instalado una plataforma desde la cual se aprecia perfectamente el castillo, el entorno y todo el pueblo de Arnedo.  A pesar del calor agobiante, no tenemos prisa en abandonar la plataforma pues las vistas son espectaculares. El castillo es de origen musulmán (s. IX) y era el principal en la línea de defensa y vigilancia del valle del Cidacos. Perteneció a la familia de los Banu Casi, quiénes realmente eran una estirpe visigoda, el Conde Casius, convertida al islam en el momento de la invasión sarracena. Durante el siglo X el castillo cambia de manos musulmanas a cristianas en varias ocasiones, hasta que finalmente, en el año 1029, pasa al dominio castellano. Durante los siglos XII y XIII es objeto de disputa entre castellanos, navarros y aragoneses, quedando al fin para los castellanos.

Castillo de Arnedo

Nos desplazamos por carreteras muy solitarias hasta el Monasterio Cisterciense Nuestra Señora de Vico. Cuenta la leyenda que, en este lugar, en el siglo X, estaba asentada una colonia musulmana a cuyo jefe se le apareció la Virgen y le pidió que se convirtiera al cristianismo y que construyese en aquel lugar un monasterio para darle culto. Sin perjuicio de esta leyenda, está claro que en esta zona hubo ermitaños, que la primera referencia escrita del santuario es del siglo XIII y que la imagen de la Virgen de Vico es románica (s. XII). Hoy es un monasterio cisterciense femenino, ubicado en un lugar que únicamente inspira paz y tranquilidad y en donde se ha construido una moderna, pequeña, bonita y acogedora ermita en recuerdo posiblemente del primer santuario que cuenta la leyenda. Merece la pena la visita y dar un paseo por los alrededores.

Monasterio Nuestra Señora de Vico
La Virgen se aparece al musulmán
Monasterio Nuestra Señora de Vico

A pesar de que el ambiente sahariano se encuentra en su apogeo y que aumenta nuestro cansancio físico, cierta fatiga y sobre todo pesadez en las piernas, nos dirigimos a Préjano para disfrutar de su impresionante torre que data al menos del siglo XII, sin perjuicio que los restos actuales son del XV. Ha sido restaurada recientemente y muy bien, por cierto. El sitio es realmente bonito y de incalculable valor.

Torre en Préjano
Torre en Préjano

Entramos al bar del pueblo para hidratarnos en un lugar fresco, pero no nos entretenemos mucho pues una de las vecinas se encuentra muy entregada jugando con su hijo pequeño (de unos 4 años) y con un volumen de gritos y voces que hacen realmente incómoda la estancia en tan pequeño lugar. En el fondo están en su casa… Atrás queda la madre sorda, lo supongo por los berridos que daba y nos dirigimos a Arnedo pues en la Posada del pueblo, que tiene muy buena pinta, lo tienen ya todo reservado para comer.

Préjano

En Arnedo y por pura casualidad paramos en el primer sitio que vemos cerca de la carretera. Es un asador llamado Ciudad de Arnedo. Al entrar quedamos sorprendidos pues es un salón muy grande, con una jaula enorme para juego de los niños y en el centro una mesa ocupada por una familia celebrando las bodas de oro de los abuelos y un par de mesas vacías para dos comensales. Si bien la primera reacción fue la de dar marcha atrás, no lo hicimos pues el camarero nos recibe con una gran sonrisa y de forma muy amable. Con incertidumbre tomamos asiento y pedimos el menú especial: Para compartir, una ensalada y croquetas. De segundo, un solomillo de cerdo a la brasa y un chuletón de ternera. Pan, agua y vino. Al minuto nos sirven una ensalada enorme, muy variada y realmente buena. Al probar los espárragos, aspecto éste muy a tener en cuenta para saber si el sitio es de calidad, se disipan todos los miedos de habernos equivocado. Está todo excelente. Las croquetas buenísimas y para qué contar el chuletón y el solomillo. A la hora de pagar la dueña me enseña con orgullo el justificante de compra de los chuletones y con la garantía de los 40 días de periodo de maduración…. vaya asco, a mí no me va nada el chuletón y mucho menos con 40 días en el pudridero…. yo fui el del solomillo.

Con la barriga llena iniciamos vuelta hacia Calagurris, pero a la salida de Arnedo vemos unos acantilados con unas cuevas y paro en la gasolinera de enfrente para hacer unas fotos. Y ya que estamos, aprovechamos para meter el Nissan en una máquina de lavado, creo que ha sido la primera vez, como mucho la segunda y eso que tiene más de 300.000 km. Y ya que estamos y aquí es gratis, controlo la presión de los neumáticos y lleno el depósito de gasoil con el generoso y popular descuento de nuestro Gobierno. Un completo. Nada como salir de la rutina para hacer cosas diferentes y nuevas.

Arnedo
Arnedo

Vuelta a Calagurris donde descansamos un rato en el hostal en unas sillas apostadas en la acera y disfrutamos de la tormenta que por fin refresca algo el ambiente. Descansar en la silla de la acera me trae recuerdo de Marruecos….

Gran paseo por la ciudad para conocer el casco viejo y finalizamos nuestra ruta en el afamado bar “Sabor.es”.  De nuevo volvemos a acertar en la gastronomía pues es uno de los mejores bares de tapas del pueblo y damos fe de ello. Casi se me olvida, antes me di un gran corte de pelo de la mano de un bereber. Nada como tener tiempo para estas cosas.

¡Nos encontramos en la mayor zona de producción de España de champiñones!

La Guerra Bereber

No hay duda de que uno de los pilares más importantes del gobierno de Almanzor fue su ejército, uno de los más especializados, preparados y temidos de Al Ándalus.

Se trataba de un ejército moderno, profesional y absolutamente leal a su General y compuesto fundamentalmente por tropas bereberes traídas del norte de África, mercenarios cristianos, tanto españoles como de otros países europeos, mercenarios del África negra, así como abundante personal civil reclutados para una campaña en concreto y numerosos grupos de voluntarios movidos generalmente por motivos religiosos.

Se trata de un ejército muy potente tanto a nivel ofensivo como defensivo, absolutamente fiel y por qué no decirlo, prácticamente invencible.

Así, Almanzor consiguió crear un ejército con un total de unos 70.000 efectivos, de los cuales, 45.000 eran jinetes y 25.000 infantes de a pie.

Los jinetes tenían fama contrastada en combate. Los mejores, sin duda, eran los jinetes bereberes por su dominio del caballo y la ligereza de su equipamiento militar, lo que les dotaba en combate de una velocidad y libertad de movimientos que sorprendían a los cristianos. Los jinetes eran considerados de rango superior al de los infantes, tenían derecho a una mayor parte del botín, el caballo era de su propiedad y normalmente iban acompañados por un escudero que portaba en una mula su equipaje, armas y proyectiles.

El jinete iba protegido por una cota de malla que les cubría hombros y cuello, casco metálico, portaba escudo y utilizaba normalmente lanzas, hachas de doble filo y sable curvo. También eran muy eficaces en el manejo del arco a pleno galope.

Si bien el caballo del bereber y su equipamiento de guerra era más pequeño y ligero que el de los cristianos, existían también caballeros bereberes muy del estilo del enemigo, con caballos muy protegidos, más grandes y fuertes para que aguantaran además el peso del jinete ataviado con pesadas armaduras.

Los infantes, las tropas de a pie, también se protegían con escudos, casco y protectores de cuero o malla. Su arma personal era la espada corta, pero también portaban hachas, mazas, lanzas cortas arrojadizas u otras más largas con las que frenar a la caballería cristiana. También existían especialistas en el uso de armas concretas como arqueros, lanzadores de jabalina o verdaderos maestros en el manejo de la honda.

La táctica de guerra más habitual consistía en rápidas incursiones de caballería en territorio cristiano, con el objetivo de obtener botín, restar fuerzas al enemigo, generar inestabilidad e inseguridad, evitar asentamientos cerca de las fronteras, así como sembrar el pánico y el terror entre la población cristiana. En estas rápidas intervenciones las prácticas más habituales consistían en arrasar los cultivos, talar los bosques, robar ganado, asesinar a la población civil y secuestras a hombres, mujeres y niños para ser esclavizados. La caballería era fundamental en este tipo de guerra contra los cristianos pues otorgaba rapidez, velocidad y el factor sorpresa en la acción.

Cuando el ataque consistía en el asalto de una ciudad o fortaleza, las tropas islámicas se asentaban en los alrededores sin esconderse, a la vista, observando y controlando los movimientos de su enemigo, generando con su simple presencia miedo, terror e inseguridad a los defensores.  Al poco tiempo, levantaban el campamento para asolar la zona circundante, cortar comunicaciones y suministros y provocar así el aislamiento de los asediados. Finalizadas estas tareas, volvían al asentamiento inicial para el definitivo asedio y posterior toma del objetivo.

En los asedios se utilizaban piezas de artillería que lanzaban flechas, piedras o granadas incendiarias. También se utilizaban otro tipo de máquinas para superar las murallas de ciudades y fortalezas, ya fuera por su parte superior con grúas elevadoras, escalas, torres de asedio, a través de ellas, utilizando taladros y arietes o por su parte inferior con obras de minado. Puede que resulte más curiosa la opción de atacar las murallas por su parte inferior, para la que se utilizaban dos técnicas diferentes. Una de ellas consistía en la simple excavación de un túnel bajo la muralla para penetrar en el recinto y una segunda en la que excavaba un túnel por debajo y se llenaba de material combustible al que se le prendía fuego y provocaba el derrumbe de parte de la muralla.

Para poder atacar las murallas, las tropas se acercaban a la misma protegidos por los llamados “abrigos colectivos”, donde se incluyen todo tipo de escudos, parapetos o techumbres móviles y que podían ser desplazados a mano o con ruedas.

En contra de lo que pudiera parecer, la batalla campal se evitaba si era posible. No obstante, se dieron muchas de ellas y en las que el ejército islámico se organizaba en perfecta formación, situando en vanguardia a los infantes, posteriormente a los arqueros y honderos, quedando la caballería en retaguardia y en los flancos.

Las tropas portaban estandartes con figuras de animales poderosos como dragones, leones o águilas y existían grupos de músicos que, a ritmo de tambor, acompañaban a las tropas en sus desplazamientos e incluso en el propio combate, lo que aumentaba, si cabe, el pánico cristiano.

Los ataques contra territorio cristiano se comenzaban a preparar en primavera, para que todo estuviera listo para el verano, con el buen tiempo. En esta época del año, los ejércitos pueden obtener suministros y víveres durante la campaña y la movilidad es mucho mayor. Se enviaban mensajeros por todo Al Ándalus para movilizar a las tropas y se preparaba el abastecimiento de alimentos, tiendas y diverso equipamiento militar. Antes de partir hacia el frente, las tropas desfilan en la ciudad de Córdoba recibiendo el homenaje y el aliento del pueblo.

Durante el trayecto hasta la frontera, Medinaceli, que duraba entre 12 y 13 días, se van uniendo a la comitiva las tropas movilizadas provenientes de todos los rincones de Al Ándalus, así como los grupos de voluntarios. En esta ciudad, cuartel general de la frontera, cargaban las armas pesadas de asedio, dirigiéndose desde ahí hasta Gormaz donde se adentraban ya en tierra de nadie dispuestos a castigar con crueldad y sin piedad a los cristianos. 

Para finalizar, no debemos olvidar la importancia de la Marina andalusí, la cual fue utilizada por Almanzor en la campaña de destrucción de Santiago de Compostela. Las embarcaciones de guerra en esta época rondaban los 500 barcos apoyadas por otras tantas naves menores. Trasportaban infantes, caballos y diversa maquinaria de guerra para los asedios. Por supuesto tenían capacidad propia de ataque pues se instalaban en la mismas muchas de las máquinas de guerra utilizadas por la infantería.

En alguna que otra crónica de este blog, “Rutas por la Estremadura Soriana”, se describen los caminos y parajes por los que se desplazaban los soldados bereberes desde Medinaceli a Gormaz, última fortaleza islámica antes de penetrar en zona de guerra. No tienes excusa para disfrutarla y trasladarte a época andalusí. Pero eso ya, amigo, es otra historia.

Murcia. Primavera 2022. (2 de 2)

El sábado por la mañana soy citado por mi amigo Pepe en un concurrido mercado situado en la orilla del río Segura y muy cerca de la antigua puerta medieval de aduana. Tras un reconfortante café, me muestra algunas de sus compras y puedo comprobar en vivo y en directo que los guisantes no siempre son de lata o congelados. Se trata de una vaina similar a la judía verde pero que en su interior guarda el guisante muy tierno y con un sabor dulce muy agradable.

Mercado
Río Segura

Aún aturdido por mi primer encuentro con un guisante de verdad, tomamos carretera con un flamante y tecnológico Mercedes, haciendo una primera y breve parada en Albudeite, donde recorremos sus estrechas y no del todo limpias callejuelas. Albudeite es fundada por los musulmanes (la primera referencia documental data del siglo IX) y significa “la de escasa agua”, posiblemente en referencia al escaso caudal del río Mula que bordea el pueblo. Se trata de un pequeño oasis entre ramblas y barrancos muy áridos y que mantuvo una mayoritaria población musulmana a pesar de la Reconquista cristiana. Incluso en el siglo XVII, con la expulsión de los moriscos, los que habitaban en este pueblecito retornaron en secreto y es posible que por ello se diga que en esta localidad sus habitantes tienen un tono en el habla e incluso un lenguaje algo peculiar. Interesante la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios del siglo XVI y construida sobre la base de la mezquita.

Iglesia Albudeite
Río Mula. Albudeite

Nuestro siguiente destino es la localidad de Mula, donde aparcamos a las afueras, cerca de un moderno edificio dedicado a juzgados y no muy acorde con el estilo arquitectónico del resto de construcciones del pueblo. Nuestro objetivo es subir al castillo y cómo manda la tradición, andando, para sentir en nuestras carnes la dureza que islámicos y cristianos sintieron durante siglos al atacar o defender la fortaleza.

El castillo actual data del año 1524, construido por la poderosa familia de los Vélez con el objetivo de mostrar su poder y gloria en ese momento. Por cierto, esta familia posee en la Catedral de Murcia una capilla destinada a panteón familiar, de grandes dimensiones, ricamente decorada y cuya construcción se inició en 1490. En cualquier caso, este castillo medieval se erigió sobre otro anterior islámico, como casi todos en este rico país.

Castillo de Mula
Castillo de Mula

El día está despejado y luce el sol. Paseamos por las calles de Mula donde abundan palacios y casas nobiliarias muy bien conservadas. Su origen musulmán sigue muy patente, pues mantiene su trazado original de calles empinadas, estrechas y laberínticas.  Hay movimiento y mucha vida en el pueblo ya que parece que celebran un mercadillo medieval. Un coche con megáfono en el techo anuncia el fallecimiento de una vecina viuda e informa del lugar y hora del funeral y entierro. A medida que avanzamos las calles son más empinadas… A medio camino admiramos la Ermita del Carmen, antigua mezquita consagrada como iglesia cristiana por Alfonso X. Llegamos a las últimas casas donde hay que seguir por un camino medio asfaltado donde la pendiente se convierte en problemática. Breve parada para recuperar fuerzas antes de iniciar el duro descenso y en este momento apreciamos un dulce e intenso olor a hierba.  Un lugareño disfruta de las vistas fumando un pitillo de la risa y achacamos el penetrante olor a su momento de felicidad. Atrás queda el vecino, pero el espeso olor se mantiene.  La verdad que el lugar es ideal, sol, buen tiempo y situado en zona alta con difícil acceso y donde no es fácil llegar sin ser visto. La cuesta es infernal y aspiro profundamente antes de seguir camino.

Mula
Zona agrícola

Hace un sol de justicia, comienzo a sudar como si estuviera en pleno verano y parecía que aún el camino no podía empeorar, pero sí, aún se empina más. Pasitos cortos, brevísimas paradas con la excusa de admirar el paisaje de la huerta murciana y hacer alguna foto, la boca seca…. y ocurrió el milagro. A mi guía Pepe, que no se cansa, ni suda, ni le da el sol, le suena el teléfono y se sienta a la sombra para atender la llamada, momento que yo aprovecho para recuperarme y conservar fuerzas para el tramo final. Por fin disfruto del paisaje que es realmente espectacular. Finalizada la llamada del ángel, llegamos al poco rato a los pies del castillo a cuyo interior no se puede acceder, pero buenas noticias, están realizando obras de conservación.

Las vistas desde el alto merecen sin duda el esfuerzo realizado. Además, como ha llovido bastante en los últimos días, el desierto y la huerta murciana está realmente espectacular. El cerro donde se sitúa el castillo es privilegiado pues se ve perfectamente Sierra Espuña y hasta más allá incluso de la ciudad de Murcia.

Si la subida es dura, la bajada aún más. Volvemos a pasar por las casas habitadas por vecinos aficionados a la agricultura, donde, si cabe, el olor es más intenso y pegajoso pues el calor ha aumentado. Me siento observado e interpreto mensajes de los vecinos en la ropa tendida, en una lata de comida para gatos en un rincón, en una piedra apoyada en una fachada…

(Pocos días antes de publicar este artículo, recibo noticias directas de mis contactos murcianos a través de un escueto mensaje de Whatsapp en el que adjuntan la primera página de un diario local cuyo titular reza lo siguiente: «Incautan centenares de plantas de marihuana en trece registros en Mula» . Tras una larga e intensa labor de vigilancia, por fin se decidieron a intervenir y desmantelar lo que era obvio, necesitando para ello un dron, un helicóptero y 50 Guardias Civiles. La operación se salda con 6 detenidos que fueron puestos en libertad sin pasar a disposición judicial, así es España. Se intervinieron 300 plantas y 20 kilos de María ya listos para la venta).

Ermita del Carmen
Iglesia Santo Domingo (s. XVI)

De vuelta al centro de Mula, recuperamos fuerzas y líquidos perdidos con un buen par de tercios de cerveza helados, unas patatas fritas muy gruesas típicas de la zona y un platico de mojama y huevas con almendricas. Como señores. Aparece de nuevo el coche con megáfonos en el techo, esta vez recordando a los vecinos, realmente advirtiendo, digo yo, del vencimiento del pago de un impuesto municipal.

Ya recuperados, nos desplazamos hasta El Niño de Mula, tradicionalmente lugar de parada y fonda de viajeros, donde paseamos por el Santuario del Niño de Balate. El “Balate” es un término árabe que significa, “terreno pendiente, linde, borde de una acequia…”. En este lugar, a mediados del XVII el Niño Jesús se apareció al pastor Pedro Botía.

El Niño de Mula

Ya va siendo la hora de comer y nos desplazamos en nuestro elegante vehículo a Baños de Mula, pequeño pueblo repleto de apartamentos y balnearios de aguas termales lo que le ha provocado cierta fama de “lugar de pecado”. Lugar de libertinaje, lujuria y desenfreno, eso dicen, pero en ese momento las calles se encuentran totalmente desiertas…

En la terraza del Mesón La Almagra degustamos unas cervezas, olivas, habas con jamón y un exquisito arroz con verduras y conejo, del que dimos buena cuenta acompañado de un buen vino de la zona.

Y Murcia seguro que dará para mucho más, esto no ha hecho más que empezar. Pero eso, querido amigo y lector, ya es otra historia.

Murcia. Primavera 2022 (1 de 2)

De nuevo me aventuro por tierras para mi desconocidas pero no por ellas hostiles. Esta vez le ha tocado el turno a la ciudad de Murcia, a la que estoy arraigado por cuestiones familiares desde hace al menos un cuarto de siglo.

En la semana previa al viaje recopilo breve información sobre los orígenes islámicos de la ciudad e intento identificar monumentos o lugares de interés. Hay más de lo que uno se imagina y a pesar de ello me intereso también por la época medieval de la ciudad. Anoto en dos cuartillas tamaño post-it, breves referencias a emires, mezquitas, reyes cristianos, murallas, calles e iglesias cuya historia me ha llamado la atención. En cualquier caso, soy conocedor que obtendré nuevos datos de interés e información más detallada sobre la ciudad facilitada por los numerosos anfitriones que nos esperan en nuestro destino.

Murcia fue fundada por el Emir Abderramán II en el año 825. La ciudad le rinde homenaje mediante una estatua situada en la orilla izquierda del río Segura, a unos cientos de metros del Ayuntamiento. Para mí es obligada visita, esta vez acompañado por la menor de mis hijas que, bajo un sol abrasador, tuvo que soportar alguna que otra historia sobre nuestro protagonista: Empedernido mujeriego con predilección por las mujeres jóvenes y vírgenes, tuvo 87 hijos, 45 de ellos varones. Hombre alto y corpulento, con una gran barba, de tez muy morena, nariz aguileña y ojos grandes, negros y con marcadas ojeras.

Abderramán III

Ya con Abderramán la ciudad comienza a fortificarse y en las Verónicas podemos admirar parte de la muralla y una torre defensiva rescatada y restaurada por las modernas autoridades de la ciudad. Además, a lo largo del perímetro del casco antiguo, puede seguirse perfectamente el trazado de la muralla y las diversas puertas de acceso a la ciudad medieval recientemente señalizadas por la autoridad local mediante placas metálicas en el suelo.

Muralla en Las Verónicas
Indicadores

Han sido muchas horas de paseo por la ciudad y siguiendo la costumbre del que escribe, casi todas ellas a primerísima hora de la mañana, con las primeras luces y las calles vacías. De esta forma es posible dar un paso atrás en el tiempo y trasladarse tanto a la ciudad islámica como a aquella posterior una vez conquistada por las tropas de Jaime I de Aragón allá por el año 1266. Previamente, en el año 1243, el infante Alfonso (futuro Alfonso X el Sabio) sometió a la ciudad de Murcia firmando el Pacto de Alcaraz, por el cual las autoridades islámicas quedaban sometidas al Reino de Castilla. En el año 1264 los árabes se rebelan, lo que provoca que Jaime I el Conquistador tome definitivamente la ciudad para los cristianos.

Alfonso X El Sabio

La catedral, construida sobre los restos de una mezquita, se encuentra abierta desde primerísima hora de la mañana, por lo que es posible disfrutar de su silencio e inmensidad en solitario, sin prisa alguna y sin visitantes. En el altar, reposa el corazón y vísceras de Alfonso X el Sabio desde hace cientos de años.

Catedral
Urna con el corazón de Alfonso X

En las cercanías, podemos disfrutar de la primera iglesia cristiana de Murcia, la de San Juan de Dios, que guarda en su subsuelo los restos de la mezquita mayor de la época islámica. Esta mezquita fue reconvertida al cristianismo por orden de Jaime I el Conquistador, el cual a su vez ordenó la construcción de un muro que unía en línea recta esta iglesia con el actual Convento de Santa Clara al objeto de ordenar la convivencia, separándolos, entre musulmanes y cristianos. Este rey ordenó que los primeros se instalaran en el lado Este del muro y los cristianos al Oeste.

Iglesia de San Juan de Dios
Palacio Episcopal

En esta iglesia hay una capilla dedicada a San Rafael, protector de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y al cual se le considera patrón de viajeros, guías de turismo y farmacéuticos. Me sorprende gratamente.

Fue Alfonso X el que posteriormente derribó este muro dando lugar a la actual calle Trapería, siendo los musulmanes expulsados a la zona extramuros de la ciudad.

Calle Trapería

La plaza de las Flores, la Iglesia de Santo Domingo, el teatro Romera, el paseo de Alfonso X, el Convento de Santa Clara y otras muchas joyas arquitectónicas, irán apareciendo ante tus ojos a medida que recorres las estrechas calles de la parte vieja de la ciudad. Sobre el Convento de Santa Clara, hay que comentar que está construido sobre un antiguo Palacio de recreo musulmán del siglo XII, utilizado por el Rey Lobo en sus inicios, así como por los diferentes reyes de la taifa de Murcia. Posteriormente se convirtió en residencia de reyes cristianos como Alfonso X el Sabio o Jaime I de Aragón.

Convento Santa Clara

En cualquier placita o recodo encontrarás infinidad de bares con sus terrazas, donde disfrutar de tapas tan típicas y exquisitas como la marinera, los caballitos, mojama, alcachofas y sorprendentemente tapas muy de estilo cordobés como la berenjena y los flamenquines. Continuará…

Buen tapeo

PELEGRINA (GUADALAJARA). 15 ABRIL 2022

¿Quién no se acuerda de nuestro querido naturalista por excelencia Félix Rodríguez de la Fuente? Sin duda un adelantado a su tiempo que, con total naturalidad y sencillez, mostró a todo el país nuestra riqueza natural y la necesidad de su cuidado y conservación. Sobre la fauna ibérica rodó 92 capítulos para la serie el Hombre y la Tierra, la mayor parte de ellos en tierras de Guadalajara y en concreto en el Parque Natural del Río Dulce, en la pequeña localidad de Pelegrina.

La carretera para llegar a este pueblecito es perfecta: empinada, estrecha y con muchas curvas. En el camino se encuentra el Mirador de Félix Rodríguez de la Fuente, donde se disfruta de muy buenas vistas del valle del Río Dulce y es parada obligatoria. Desde la carretera hay una bella estampa de Pelegrina presidida por su castillo.

Estas tierras fueron reconquistadas a los musulmanes por el rey Alfonso VII de Castilla en el año 1.126, el cual donó la población de Pelegrina al Obispado de Sigüenza en agradecimiento a la ayuda prestada para expulsar a los islámicos de esta comarca. En las ruinas del actual castillo existía originalmente una torre vigía musulmana que controlaba el valle del río Dulce y la importantísima vía romana Emérita Augusta que unía Mérida y Zaragoza (la actual N-II).

El Obispado de Sigüenza construye en el siglo XII el actual castillo para residencia y coto de caza. El pueblo no tarda en crecer a su alrededor, construyéndose en el siglo XIII y para la asistencia espiritual de sus gentes, una modesta iglesia románica de cuyos orígenes se conserva el ábside y la portada.

Portada Iglesia románica

En este castillo ocurrieron diversos episodios bélicos. Intervino activamente en la guerra de los dos Pedros entre Castilla y Aragón y en la posterior guerra civil de Castilla (s. XIV). A mediados del XV fue saqueado por las tropas navarras y en el 1710, en plena guerra de Sucesión, fue incendiado por las tropas austríacas. Para su remate, las tropas invasoras de Napoleón lo dinamitaron para evitar que sirviera de refugio al famoso guerrillero El Empecinado, convirtiéndolo en las ruinas que hoy podemos admirar. Maldita esta costumbre del dictador invasor que arrasó de esta manera gran parte de nuestras fortalezas medievales.

Merece la pena pasear por las calles de Pelegrina, tomar una cervecita e incluso comer un buen cordero en alguno de sus bares y restaurantes.

Ya sea para hacer hambre o bajar la copiosa comida, nada como dar un paseo por los alrededores, actividad ésta que atrae a muchos visitantes aficionados a lo que hoy denominan senderismo. Bordeando el río Dulce, existe un asequible camino entre riscos y acantilados plagados de buitres y todo tipo de rapaces, que te lleva a un lugar muy especial y que me dejó realmente impresionado: Ni más ni menos, donde nuestro amigo Félix instalaba su campamento base durante meses y desde donde realizaron la mayor parte de los capítulos de la mejor y más famosa serie de naturaleza y fauna ibérica. Al pie de un acantilado, se mantiene una pequeña caseta de ladrillo utilizada por el equipo de naturalistas para guardar cámaras y demás material de filmación. En sus inmediaciones, plantaban sus famosas tiendas de campaña, aparcaban su Land Rover Santana y disfrutaban de vivir al aire libre durante la mayor parte del año. En este lugar, Félix crio a su manada de lobos durante los primeros ocho meses. Hay algún capítulo de la serie dedicado exclusivamente a esta etapa.

Caseta de Félix Rodríguez de la Fuente

De estos barrancos, entre otras muchas, salieron las famosísimas imágenes del águila real cazando una cabra, las del buitre leonado o los numerosos capítulos dedicados al zorro.

Sin duda alguna Pelegrina y sus alrededores ha sido el descubrimiento del año, por lo que quedo eternamente agradecido a mis nuevos amigos Loli y Pedro, grandes conocedores de la zona y apasionados de la serie televisiva El Hombre y La Tierra.

Pelegrina se convierte desde este momento en uno de los puntos de destino y partida de mis rutas e intentaré descubrir cómo enlazar por pistas y caminos este punto de control de frontera, primero islámica y después castellana, con otras grandes fortalezas sorianas que formaban parte de la misma compleja red de defensa medieval. Pero eso ya, amigos, serán otras y muchas historias.

ALFONSO VIII. UN SORIANO ILUSTRE

No todas las ciudades españolas pueden presumir de haber sido cuna de alguno de los grandes reyes de la historia de nuestro país.

Pues Soria sí puede y creo que es bueno que lo recordemos, pues el rey nacido en Soria hace ya ni más ni menos que 867 años, tuvo una importancia clave en la actividad de reconquista marcando sin duda un antes y un después.

Os presento al Rey de Castilla Alfonso VIII, nacido en Soria el 11 de noviembre de 1.155, hijo del rey Sancho III de Castilla y de Blanca Garcés, hija del rey de Navarra García Ramírez y descendiente directa del Cid.

La infancia del rey Alfonso debió ser complicada, pues pronto quedó huérfano al morir su madre a los nueve meses y su padre, el rey, a los tres años de su nacimiento. Así, nuestro niño se convierte en rey a la temprana edad de tres años.

Su padre, en testamento y hasta su mayoría de edad, nombra tutor a un miembro de la poderosa familia Castro, cargo que fue objeto de disputa con otra importante familia, los Lara, provocando entre ambos una sangrienta guerra civil por el ejercicio de dicha tutela. Esta circunstancia fue aprovechada por el rey de Navarra para anexionarse territorios pertenecientes a Castilla (la actual Rioja) y el intento por parte de su tío, el rey Fernando II de León, de hacerse cargo de su tutela con el objeto de apoderarse del reino de Castilla.

Finalmente, la tutela y regencia es ejercida por la familia Lara, permaneciendo el rey niño en Soria hasta el año 1162. Es en este año cuando es trasladado de forma urgente y secreta hasta San Esteban de Gormaz para protegerlo de la familia Castro y su aliado, el rey de León Fernando II, los cuales se personaron en la ciudad de Soria para hacerse cargo del pequeño rey y no con muy buenas intenciones.  El hidalgo D. Pedro Núñez de Fuentearmegil, apoyado por la ciudad de Soria, su concejo y el linaje de los Santa Cruz, es el encargado del arriesgado traslado del niño rey hasta San Esteban de Gormaz, donde es entregado a la familia Lara quienes lo conducen primero a Atienza y posteriormente a Ávila.

Soria. Torre de Dña. Urraca

Alcanzada su mayoría de edad a los 14 años, comienza a ejercer personalmente como rey y no tardan en buscarle pareja. La agraciada es la niña de 10 años Dña. Leonor de Plantagenet, hija del rey Enrique II de Inglaterra y hermana ni más ni menos que del famoso rey Ricardo Corazón de León. Por cierto, matrimonio muy prolífico pues tuvieron al menos 10 hijos.

Ya rey, recupera los territorios usurpados por Navarra durante su minoría de edad y se inician conflictos fronterizos con el reino de León que durarán décadas. Igualmente, guerrea continuamente con los Almohades, ya plenos señores de Al Ándalus.

Durante su largo reinado, 56 años, su relación con Soria es estrecha y generosa, otorgando privilegios a la ciudad en agradecimiento a la defensa de su persona cuando era niño. Fundó la iglesia de Santo Domingo, una de las mayores joyas del románico de nuestro país, así como el Monasterio de Santa María de Huerta, entre cuyos muros Alfonso VIII junto con el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, idearon y prepararon la batalla de las Navas de Tolosa.

Monasterio de Santa María de Huerta
Monasterio de Santa María de Huerta

Por citar alguno de los privilegios concedidos a la ciudad de Soria, uno de ellos es el denominado “de los Arneses”, el cual consistía en que los sucesivos reyes de Castilla, en el año de su coronación, debían entregar a los caballeros de Soria cien pares de armas, escudos, capellinas (cascos) y sillas. No menos importante el privilegio otorgado a los habitantes de Soria consistente en acudir a la guerra acompañando al propio rey.

Alfonso VIII guerreó contra los Almohades de forma constante, destacando las batallas de Alarcos y la de las Navas de Tolosa, con resultados muy diferentes.

Batalla de Alarcos: Alfonso VIII se enfrenta abiertamente al califa almohade Almansur enviándole una ofensiva carta de desafío, obteniendo como respuesta una declaración de guerra por parte del fanático almohade.

Alfonso VIII, ante la inminencia de esta gran guerra, pide auxilio a los reinos de León, Navarra, Aragón y Portugal los cuales acceden, pero nuestro rey no tuvo paciencia en esperar la llegada de sus aliados y se enfrentó en solitario con sus tropas a los islámicos. La batalla tuvo lugar el día 19 de julio de 1195 en Alarcos (en la actual provincia de Ciudad Real), zona fronteriza con los musulmanes y con desastroso resultado para los castellanos.

Las tropas castellanas, entre 3000 y 4000 soldados, pertenecientes a las propias tropas del rey, de obispos, nobles, Ordenes Militares y a las llamadas milicias urbanas, son masacradas sin piedad. En la batalla mueren los obispos de Sigüenza, Ávila y Segovia, así como el maestre de la Orden de Santiago. El propio rey salvó la vida de milagro. Fue tal la masacre que estuvieron a punto de desaparecer las Ordenes militares de las que únicamente sobrevivieron 300 guerreros. El desastre fue absoluto.

En el momento de la batalla, la ciudad y murallas de Alarcos se encontraban en construcción y se aprovecharon las zanjas abiertas en la base de la muralla para enterrar los restos de la contienda.  Recientes excavaciones arqueológicas del lugar han descubierto una gran fosa común con restos de soldados cristianos y sus monturas que perecieron ese fatídico día. Junto a ellos, entre multitud de objetos personales, también se han encontrado puntas de flecha, lanzas, pequeños cuchillos y bolas de hierro que posiblemente les causaron la muerte.

Iglesia Santo Domingo. Soria

 Batalla de las Navas de Tolosa: Diecisiete años después del desastre de Alarcos, Alfonso VIII está preparado para enfrentarse de nuevo a los almohades y asestarles un golpe definitivo.  Junto con el obispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, lleva a cabo los preparativos de forma concienzuda. El Papa Inocencio III declara la Guerra Santa y concede indulgencias a los cruzados que participen en la batalla. Se reúne un ejército de unos 12000 -15000 hombres, aportando tropas los reinos de Castilla, Aragón, Navarra y Portugal. También se unen para la batalla algunos cruzados europeos, llamados ultramontanos, la mayor parte de ellos provenientes de la vecina Francia (unos 3.000).

Las tropas se reagrupan en Toledo y ya comienzan los primeros problemas con los cruzados franceses pues intentan saquear la judería. La confrontación con los europeos se agrava con la toma de Malagón y Calatrava y en la que los franceses quieren pasar a cuchillo a todos los musulmanes de la ciudad, lo cual es impedido por el propio rey Alfonso VIII. Los franceses, ante aquella moderación en la batalla, abandonan la empresa volviendo a cruzar los Pirineos, no sin dejar en su camino de vuelta un rastro de saqueo y pillaje. Incluso intentan entrar en Toledo para dar su merecido a la comunidad judía, pero no consiguen entrar a la ciudad.

El enfrentamiento entre cristianos y almohades se produce el 16 de julio de 1.212 en las Navas de Tolosa y los cristianos vencen contundentemente. Esta victoria marca un momento trascendental en la tarea de reconquista, pues no solo nace un sentimiento de unión y solidaridad entre los diferentes reinos cristianos, sino que también queda definitivamente abierto el camino hacia Andalucía.

Alfonso VIII, además de buen estratega y militar, fundó en Palencia la primera universidad española, impulsa la Orden del Císter y es considerado como uno de los mejores reyes de Castilla. Murió en la pequeña aldea de Gutierre-Muñoz (Ávila) el 5 de octubre de 1.214. Se encuentra enterrado en el monasterio de Las Huelgas en Burgos. Descanse en paz este ilustre soriano.