Si te gusta el Románico, Ven a Soria.

Hablar de Soria, es hablar de Románico. Con la reconquista de gran parte del territorio Soriano a comienzos del siglo XII, se dieron las mejores condiciones para la construcción de decenas de iglesias románicas, muchas de ellas con un estilo único y en lugares solitarios y remotos.

Era necesario llevar a cabo la repoblación de estas tierras deshabitadas y arrebatadas a los musulmanes, lo cual se realizó mediante el sistema llamado de “presura”, por el cual el rey concedía tierras en propiedad a quiénes pudieran ocuparlas, trabajarlas y defenderlas. Qué mejor forma de asentar población en esta complicada etapa, edificando iglesias para satisfacer las necesidades espirituales de los nuevos pobladores y en muchos casos también con funciones protectoras o defensivas. Alrededor de estas iglesias se instalaba la población, la cual se dedicaba fundamentalmente a la agricultura y ganadería, asentamientos y actividades que, en muchos casos, siguen vivos hoy en día.

En diversos artículos, iré mostrando las joyas románicas que inundan la provincia, siendo muchas de ellas desconocidas para el público en general por encontrarse fuera de las rutas turísticas habituales y en lugares remotos donde abastecerse de agua y comida puede complicarse, por lo que recomiendo ser previsores en este aspecto. Disfrutaremos de lo que viene siendo llamado el “Románico de Repoblación” y que hoy en día, por ironías del destino, se encuentra situado en uno de los territorios más despoblados de la Europa moderna.

 No voy a intentar llevar un orden por zona geográfica de las iglesias que mencione, por lo que, si a alguien algún día le surge curiosidad y quisiera aventurarse por estas tierras extremas, tendrá que organizarse su propia ruta y así descubrirá otros muchos lugares que aquí no se mencionan y que, estoy convencido, te van a sorprender. Mis escapadas las realizo sin orden ni previsión y evito el asfalto en la medida de lo posible. De lo que estoy plenamente convencido es que, si te animas, seguro que lo vas a disfrutar y siempre debes tener claro dónde te encuentras: Soria es una provincia muy extensa, con mucha naturaleza, poca población y climas extremos.

Mi exposición en este tema se va a limitar a mostrar la iglesia, normalmente su exterior pues es difícil encontrarlas abiertas, su localización e identificación/advocación, fecha construcción y algún dato curioso o anécdota si lo conociera. Que nadie se preocupe, no entraré en descripciones artísticas sobre bóvedas, arcos, contrafuertes, columnas, capiteles, tallas, retablos y demás, salvo que lo entienda estrictamente necesario y se trate de algo realmente exclusivo o muy llamativo. Serán los menos casos, seguro.

No puede quedar esta primera entrega sin mostrar ya algún ejemplo del románico soriano, por lo que comenzaremos por lo más representativo de la provincia, lo más fácil y conocido, no hay pérdida alguna y no es necesario llevar artículos de primera necesidad y supervivencia en la mochila, tampoco brújula ni móvil con carga suficiente. El Románico en la Ciudad de Soria. ¡Bienvenidos!

Iglesia de Sto. Domingo

Siglo XII. Una de las mejores portadas del románico español. En su interior, si estás solo, te sorprenderá el total aislamiento y el absoluto silencio. Sobrecogedor.

Interior. Amaneciendo

Iglesia de San Juan de Rabanera

Siglo XII

Ábside de la Iglesia del Salvador

De su construcción original del siglo XII únicamente queda el ábside. El resto de la iglesia es una mole de hormigón de mediados del siglo XX.

Portada Iglesia La Mayor

La edificación actual es del siglo XVI construida sobre iglesia anterior del siglo XII de la que aún se conserva la portada, parte de la torre y un sepulcro en su interior.

Monasterio de San Juan de Duero

Siglo XII. Se conserva la iglesia y un espectacular claustro con mezcla de estilos románico, mudéjar y árabe. Se encuentra a orillas del Duero, tras cruzar el puente también de origen medieval.

Interior iglesia

Concatedral de San Pedro

La actual Concatedral data del siglo XVI, si bien se conserva el claustro de la iglesia románica original del siglo XII. En el siglo XVI, sobre la iglesia original, se encargó a un arquitecto que eliminara un pilar para así despejar la vista de la estatua de la Virgen. El resultado fue que la iglesia se desmoronó casi al completo, reedificando lo que vemos hoy en día.

Exterior
Claustro románico
Sepulcros
Interior Concatedral

ALMANZOR. MUERTE Y SUCESIÓN

El 21 de mayo del año 1002, Almanzor, tras el protocolario desfile con sus temidas tropas en la ciudad de Córdoba, se dirige de nuevo hacia el Norte para llevar a cabo su aceifa número 56 contra territorio cristiano.

En Gormaz cruza el río Duero y a través de Huerta del Rey y Salas de los Infantes llega al actual pueblo de Canales de la Sierra (La Rioja), desde donde se dirige al Monasterio de San Millán de la Cogolla el cual es saqueado e incendiado sin contemplaciones. En su camino no encuentra oposición alguna. Su fama le precede y el territorio por el que se desplaza su ejército se encuentra prácticamente desierto lo cual facilita aún más su destrucción.

Durante el transcurso de esta campaña, su enfermedad de artritis gotosa se agudiza cayendo gravemente enfermo. Ello le obliga a poner fin a la incursión de castigo y retornar cuanto antes a Medinaceli para ser tratado por los médicos. En este regreso, Almanzor es transportado en litera por sus tropas y todos son conscientes de que posiblemente no pueda volver a territorio cristiano para seguir imponiendo su política de muerte, terror y destrucción.

Así, desde San Millán de la Cogolla se inicia por su ejército una rápida retirada, cruzando la Sierra de Cameros posiblemente a través de Tobía, Anguiano y Viniegra, entrando finalmente en la actual provincia de Soria por Montenegro de Cameros. En otra ocasión dedicaré una entrada a este último viaje de Almanzor por tierras sorianas pues es realmente interesante.

En este apresurado retorno, en Calatañazor, las tropas islámicas hicieron parada para hacer noche siendo su retaguardia atacada por, ahora sí, envalentonadas tropas cristianas lideradas por el Conde castellano Sancho García, los cuales eran conocedores del motivo de la rápida e inesperada retirada del temido ejército musulmán. De esta escaramuza, en la cristiandad, siglos después, se escribieron crónicas que aseguraban que en dicha batalla Almanzor fue derrotado y herido de muerte y a lo cual pocos historiadores dan veracidad. Así, la conocida expresión “En Calatañazor Almanzor perdió su tambor”, es de muy dudosa credibilidad. Almanzor guerreó y atemorizó al mundo cristiano durante veinticinco años de forma continuada y nunca, nunca, conoció la derrota.

La última noche la pasó Almanzor en el Castillo de Berlanga, falleciendo al día siguiente en el actual término municipal de Bordecorex, a los pies de una atalaya hoy llamada “El Tiñón” y que formaba parte del sistema de vigilancia del entramado defensivo de la Estremadura Soriana. Es el 10 de agosto del año 1002.

Almanzor llega cadáver a Medinaceli, siendo enterrado en un lugar nunca encontrado hasta ahora y envuelto en un manto elaborado por sus propias hijas y cubierto con el polvo que de sus ropajes Almanzor conservaba y guardaba después de cada victoriosa batalla. Cuenta la leyenda, que, sobre su tumba, se colocó una lápida de mármol blanco donde se podía leer el siguiente epitafio: “Sus hazañas te enseñarán sobre él, como si lo vieras con tus propios ojos. Por Alá que jamás volverá a dar el mundo nadie como él, ni defenderá las fronteras otro que se le pueda comparar”. Acertado resumen de su figura. Punto final al azote de la cristiandad. Comienza el declive de Al-Andalus.

A Almanzor le sucede su hijo Abd al Malik (Amir al Muzaffar “El Triunfador”) (1002 – 1008). Éste consiguió que el califa Hisham II le concediera los mismos poderes que otorgara en su día a su padre, de tal manera que, durante los seis años que duró su mandato, fue continuador de la misma política de su gran antecesor. Recordemos que el Califa fue una marioneta dirigida por Almanzor.

Dirigió el pueblo y a la clase política con mano dura y llevó a cabo ocho ataques contra territorio cristiano, pero sin tanto éxito como su padre pues fue derrotado en alguna que otra ocasión.  Abd al Malik, desde muy joven, acompañó a su padre Almanzor en multitud de incursiones contra territorio cristiano y gozaba de una extraordinaria valentía y amplia experiencia en combate. Fallece el año 1008 consecuencia de una enfermedad. Siempre existirá la sospecha de que fue envenenado por su hermano “Sanchuelo”, el cual asume el poder de forma inmediata, al día siguiente de su fallecimiento.

Abderramán ibn Sanchul conocido como “Sanchuelo”, hijo de Almanzor y Abda, hija del rey Sancho Garcés II de Pamplona. El apodo de “Sanchuelo” era debido al gran parecido físico que tenía con su abuelo materno.

Nada tuvo que ver “Sanchuelo” ni con su padre ni con su hermano. Se dedicó fundamentalmente a disfrutar en palacio, junto al califa Hisham II, de los placeres de la vida, del vino y de las mujeres. Consiguió incluso que el Califa, que carecía de descendencia, le nombrara su heredero legítimo, lo cual no gustó a los otros pretendientes Omeyas, siendo éste el motivo de su asesinato a los pocos meses de su mandato. Personaje mediocre, soberbio y de vida desordenada. Indigno sucesor de su padre. Subió al poder en octubre del año 1008 y fue decapitado por los rebeldes el 3 de marzo de 1009. Su cadáver fue embalsamado y crucificado en una de las Puertas de Córdoba.

Bar La Plaza. Santorcaz (Madrid)

Nuestro bar es un servicio a las personas”, comenta Susana, propietaria del Bar La Plaza en el madrileño pueblo de Santorcaz. “Tenemos que dar servicio a los vecinos desde primera hora de la mañana, cuando ya esperan en la parada de autobús. Ofrecemos un sitio caliente para tomar un café, comprar tabaco o lo que haga falta.”

Este es el lema de Susana y Jesús, abren a las siete de la mañana todos los días y cierran cuando los vecinos se retiran a descansar a sus casas.  Entre ellos se turnan en los momentos de menor afluencia para poder descansar y poder mantener el bar al servicio del pueblo.

En el mes de noviembre de 2019, encontramos este bar por casualidad y después de visitar el castillo del pueblo por recomendación de unos familiares que conocen mi debilidad por los restos medievales. Era un sábado, hora de comer y tras pedir una cerveza preguntamos si nos podían dar algo de comer. Jesús, muy amablemente, creo recordar que nos indicó que los fines de semana no había servicio de comidas salvo por encargo, que lo sentía muchísimo.

En cualquier caso, nos sentamos a disfrutar de la cerveza en la terraza y a los pocos minutos, aparece Jesús, con una tapa consistente en un huevo frito y un exquisito pisto. ¡Menuda tapa buena y bien elaborada! Incluso nos tomamos otra cervecita más y nos llevamos anotado el teléfono del bar pues avisando con antelación podía encargarse un cocido madrileño tal como reza un cartel colgado de una de las paredes.

Meses después, a raíz del confinamiento y la imposibilidad de salir de la Comunidad de Madrid, propusimos a una muy buena familia amiga reservar un cocido e ir a pasar el día a Santorcaz y alrededores.

Cocido para diez. Todos acomodados en una larga mesa en el interior del local el cual está decorado de forma sobria y correcta. Un cartel de una corrida de toros, fotos en blanco y negro que recuerdan días pasados en el pueblo y una estufa de pellet que caldea la sala. Susana nos pregunta cómo queremos servirnos el cocido, primero la sopa, luego los ……. No, no, todo junto, por favor.

Rápido se llena la mesa con un par de ollas de humeante sopa, bandejas con garbanzos, albóndigas y repollo, bandejas con chorizo, morcillo, tocino y pollo. Las raciones sin duda alguna son muy generosas y no creo que podamos acabar con todo. Hay que decir que entre nosotros existen verdaderos devotos del cocido madrileño.

El cocido está exquisito, la sopa con sus fideos perfecta, los garbanzos en su punto y muy cremosos, las carnes realmente tiernas. En fin, uno de los mejores cocidos que ha comido el que redacta estas líneas y han sido muchos. Exquisito, de lujo, recomendable, qué más puedo decir. Susana es una experta cocinera y nos trata, junto con Jesús, con una naturalidad, sencillez y amabilidad que hace sentirnos realmente cómodos en su casa. No puedo olvidarme del buen trato y dedicación del chico joven que sirve las mesas y cuyo nombre desconozco.

Finalizada la comida, aplaudimos generosamente a Susana, experta cocinera, la cual llegó incluso a ruborizarse en este acto de exaltación gastronómica por nuestra parte. No solemos aplaudir nunca a la cocinera, pero esta ocasión lo merecía.

Y aplaudimos también otro día que fuimos a degustar un cachopo y también aplaudimos este último fin de semana del 6 de diciembre del 2021 cuando repetimos el cocido. Y convencido estoy que seguiremos aplaudiendo una y otra vez pues soy conocedor de que Susana se está especializando en arroces y posiblemente en otras delicias culinarias, las cuales iremos descubriendo poco a poco con el tiempo.

No es habitual que escriba crónicas de este tipo, pero creo que Susana y Jesús sin duda lo merecen. El Bar La Plaza de Santorcaz es un sitio muy muy recomendable para comer y pasar un rato muy agradable. Eso sí, reserva antes para que Susana se organice con la cocina y haga acopio de ese género estupendo que siempre nos ofrece.

Y después de comer no dejes de dar un paseo por el pueblo, donde podrás disfrutar de la arquitectura típica del lugar, casas con arcos medievales (la propia entrada del bar tiene su arco medieval recuperado de algún convento, creo) y visita el castillo de Santorcaz del siglo XIV, construido, dicen, sobre otro anterior de origen islámico que posiblemente daba apoyo militar a la fortaleza de Alcalá de Henares allá por el siglo X.

Durante el siglo XV, el castillo fue utilizado como cárcel de clérigos, sufriendo aquí condena el propio Cardenal Cisneros. En el mismo lugar se encuentra la iglesia de San Torcuato (fundada en el siglo XIII). Interesante además el tramo de muralla que aún se conserva.

 Pasea hasta la ermita de la Inmaculada Concepción donde hay una placa dedicada a los paracaidistas de la BRIPAC fallecidos en este lugar de entrenamiento de saltos. Pero esto ya, amigos, es otra historia.

Entrada Castillo
San Torcuato
Ermita Inmaculada Concepción

Almanzor. El guerrero.

Además de hábil político con ciertos tintes sanguinarios y pocos escrúpulos, Almanzor destacó por sus dotes militares. Realizó 56 campañas victoriosas entre los años 977 y 1002. Cincuenta y tres de estas acciones lo fueron contra las tropas cristianas y con excelentes resultados. En estas campañas, asedió, saqueó, incendió y asoló multitud de ciudades y fortalezas de los diferentes reinos cristianos. Muchas de ellas con sus ciudadanos en el interior. Almanzor y su ejército nunca conocieron la derrota.

Para lograr el poder absoluto y ante la crisis sucesoria abierta en Al Ándalus por la minoría de edad del que debiera ser nombrado Califa, Al Hakem II, a Almanzor no le tembló el pulso para asesinar al pretendiente al cargo de Califa, Al Mughira y encarcelar de por vida al Chamberlán Al Mushafi. Allanado el camino en el ámbito político, Almanzor se alía con el general Galib, comandante en jefe de todos los ejércitos, visir y Chamberlán de Al Ándalus, llegando incluso a casarse, para afianzar sus relaciones, con una de las hijas del general llamada Ismá.

La alianza Galib – Almanzor obtiene unos excelentes resultados militares en diferentes campañas contra los cristianos, pero pronto surgen las diferencias entre ambos, debido a la creciente desconfianza de Galib al percatarse de las verdaderas intenciones de su yerno.

Fue en el castillo de Atienza donde ambos colosos tuvieron un encuentro en la primavera del año 980. Galib, espada en mano, intenta asesinar a Almanzor, el cual únicamente sufre heridas en un brazo y logra huir del lugar arrojándose al vacío por una de las ventanas del castillo.

Esta osadía acabaría pagándolo muy caro Galib, pues Almanzor, en represalia, arrasa y toma Medinaceli, cuartel general de su suegro, para posteriormente, en el verano del año 981, enfrentarse ambos ejércitos en tierras sorianas, en la localidad de Torrevicente. Cuentan las crónicas que Galib, que contaba ya con 80 años, en plena refriega se retiró momentáneamente con su caballo para hacer de vientre y fue encontrado muerto a los pies de su caballo. Ello provoca el desconcierto de sus tropas, lo cual aprovecha Almanzor para masacrarlo y alzarse rotundamente con la victoria. El cuerpo de Galib fue decapitado, desollado, rellenado con algodón y crucificado posteriormente en una de las puertas de la ciudad de Córdoba. Almanzor, a su llegada a Córdoba, se presentó ante su esposa Ismá, hija del general Galib, con la cabeza ensangrentada de su suegro y la arrojó con desprecio a los pies de la mujer diciendo: “la voluntad de Alá se ha cumplido”.

Tras esta decisiva batalla, Almanzor adopta el apodo de “Al Mansur”, “El Victorioso”, con el cual pasará definitivamente a la historia.

Eliminado Galib, Almanzor ya no tiene rival y ejerce las funciones de Califa sin límite alguno y con poder absoluto tanto en lo político como en lo militar.

Almanzor reorganiza el ejército y lo nutre fundamentalmente de tropas bereberes del norte de África las cuales le eran absolutamente leales. Además, cuenta con tropas mercenarias cristianas y del África negra. Moderniza y profesionaliza el ejército, convirtiéndolo en el más potente, agresivo y temido de la historia de Al-Ándalus y por qué no decirlo, invencible. Asimismo, en numerosas campañas, este ejército profesional era apoyado por personal civil y por nutridos grupos de fanáticos voluntarios movidos generalmente por motivos religiosos y que eran lanzados a miles contra el enemigo siendo los primeros en regar con su sangre el campo de batalla y provocando un desgaste importante a las tropas cristianas.

En época de Almanzor, su ejército estaba compuesto por un total de unos 70.000 efectivos, de los cuales, 45.000 eran jinetes y 25.000 infantes de a pie. Este ejército estaba dividido en tropas de infantería, caballería y marina, además de los cuerpos encargados de las máquinas de asedio. El cuerpo de marina contaba con unos 500 barcos a los que hay que añadir otras naves menores y que servían de apoyo a los grandes.

Era tal el terror que imponía a los cristianos el simple hecho de saber que Almanzor se dirigía hacia su territorio que, en muchas ocasiones, las tropas no encontraban oposición alguna en su camino y las ciudades y fortalezas eran abandonadas previamente por sus habitantes y defensores. Ello no impedía que las ciudades fueran arrasadas hasta los cimientos, los montes fueran talados, las cosechas quemadas, el agua envenenada, el ganado robado y los prisioneros de guerra fueran pasados a cuchillo a excepción de mujeres y niños los cuales eran apresados para ser vendidos como esclavos. El objetivo de Almanzor era realmente simple: Sembrar el terror, demostrar su poder y desestabilizar al contrario. Y sabía muy bien cómo hacerlo. En raras ocasiones dejó tropas acantonadas en las zonas arrasadas.

Otro importante objetivo en sus campañas era el de obtener un botín muy especial: esclavas. Cuentan las crónicas que durante los 25 años que atacó a los cristianos hizo esclavas a unas 100.000 mujeres las cuales eran vendidas para ser destinadas a los ricos harenes de Al Ándalus y del resto del imperio musulmán. Debemos conocer que, en esta etapa, una de las grandes bases económicas de Al Ándalus era el comercio de mujeres y niños.

Una de sus campañas más conocidas fue el saqueo y destrucción de la ciudad de Santiago de Compostela, la cual encontró prácticamente vacía y abandonada y en la que sorprendentemente respetó los restos del Santo. Las campanas de la ermita de Santiago fueron transportadas hasta Córdoba por prisioneros cristianos, donde fueron utilizadas como lámparas durante los siguientes 250 años, hasta que de nuevo fueron trasladadas a Santiago, pero esta vez por prisioneros musulmanes y una vez caída la ciudad de Córdoba.

Otra destacada campaña de Almanzor fue contra la ciudad de Barcelona, en la que durante el asedio bombardeó la ciudad con miles de cabezas de sus enemigos cristianos. La ciudad no tardó en ser tomada y saqueada. El terror y la crueldad eran sus mejores armas.

En otra ocasión, para vengarse de un ataque Navarro en el año 997 contra Calatayud, ordenó asesinar a sangre fría a 150 rehenes navarros retenidos como garantes de un tratado de paz (del 994) pactado entre los navarros y Almanzor. Uno de estos rehenes era nieto del propio rey de Navarra Sancho II, con el que tampoco hubo piedad y a pesar de estar emparentado con el propio Almanzor (recordemos que una de sus mujeres, Abda, era hija de Sancho II).

Infinidad de ciudades y fortalezas cristianas sufrieron el salvaje ataque de Almanzor, muchas de ellas incluso en más de una ocasión. Por nombrar algunas y son pocas, citaré las más conocidas: Zamora, Salamanca, León, Sepúlveda, Toro, Simancas, Osma, Ledesma, Astorga, Pamplona y un largo etcétera…

Cuentan las crónicas que, en campaña, Almanzor vestía de rojo y tenía a su disposición una litera donde reposaba a menudo buscando breve descanso por los dolores que le provocaba su insoportable enfermedad, artritis gotosa crónica, la cual acabó finalmente con su vida.

Nuestro personaje era un guerrero sin escrúpulos, dispuesto a eliminar a cualquier precio a sus enemigos cristianos e incluso a aquellos de su misma raza e incluso sangre que intentara traicionarle. Sobre el año 988, Almanzor es informado de que su hijo Ab Allah, junto con los gobernadores de Zaragoza y Toledo conspiran contra él. El gobernador de Zaragoza es decapitado y su hijo huye a territorio cristiano donde encuentra la protección del conde castellano García Fernández. El gobernador de Toledo busca y encuentra el amparo del rey de León Bermudo II. En venganza, nuestro gran general ataca en repetidas ocasiones los territorios gobernados por estos cristianos, obteniendo resultados al año siguiente cuando el conde García, para evitar la destrucción de San Esteban de Gormaz, entrega a Almanzor al desgraciado de su hijo el cual es decapitado de forma inmediata por orden de su padre.

Para llevar a cabo muchos de los ataques a tierras cristianas, Almanzor se desplazaba desde Córdoba a Medinaceli, donde se concentraban y armaban las tropas para, posteriormente dirigirse a Gormaz donde iniciaban su incursión en territorio enemigo. En anteriores crónicas aquí publicadas, “Ruta por la Estremadura Soriana”, podrás ver la descripción y los caminos seguidos por Almanzor y sus tropas desde Medinaceli a Gormaz antes de entrar en combate.

Iglesias fortificadas de Soria.

A lo largo de muchos siglos, la provincia de Soria ha sido territorio de frontera, zona de guerra, campo de batalla, lugar de acuartelamiento y de continuo movimiento de tropas. Frontera con el reino musulmán y posteriormente frontera de Castilla con los reinos de Navarra y Aragón, convierten a Soria en un lugar poco poblado, peligroso para vivir y los pocos que se atreven a instalarse en estas tierras, viven con la permanente amenaza de saqueos, violaciones y asesinatos.

La inestabilidad política y social, así como los constantes conflictos armados entre los reinos cristianos durante los siglos XII al XV, da lugar a la necesidad de fortificar las fronteras y las vías de comunicación hacia las poblaciones más importantes, hacia los centros de poder de los diferentes reinos.

La indefensa población civil era objeto de frecuentes ataques, por lo que es necesario buscar lugares de refugio e incluso con posibilidad de defensa para repeler al enemigo. ¿Y dónde mejor que en una iglesia?

Con la repoblación, a partir del siglo XII, se construyen cientos de iglesias a lo largo de toda la provincia, las cuales, además de cubrir las necesidades espirituales de los fieles, prestan un servicio de protección frente al ataque de las tropas enemigas. La iglesia era sin duda alguna el edificio más sólido y robusto de la población, siendo ya este simple hecho garantía de seguridad para sus habitantes. Normalmente están construidas en la zona más elevada del pueblo, convirtiéndose así sus torres campanario en verdaderas atalayas de vigilancia y defensa. Además, muchas de ellas son dotadas de elementos de defensa activa, lo cual las convierte en verdaderas fortalezas difíciles de conquistar.

Así, teniendo en cuenta la importante situación estratégica de la provincia de Soria, principal vía de comunicación entre las Mesetas así como entre Castilla y Aragón, el permanente ambiente de guerra, las continuas sublevaciones, disturbios y luchas internas de poder, nos encontramos con un gran número de iglesias fortificadas de las que podemos disfrutar hoy en día y que sirvieron de lugar de refugio y defensa para los ciudadanos más llanos.

Veamos algunos ejemplos muy representativos, recomendando por supuesto su visita pues todas ellas son dignas de admiración y se encuentran además en lugares realmente espectaculares donde podrás disfrutar de los paisajes y perderte por infinitas pistas de tierra donde disfrutar de tu vehículo 4×4. Tranquilo, también existe el acceso asfaltado:

Fuensaúco

Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Se trata de una de las mejores iglesias románicas de la provincia. Construida en el siglo XIII. Iglesia almenada con paso de ronda. Se encuentra en el camino que une Soria y Zaragoza y es muy posible que su fortificación se deba a la necesidad de controlar esta vía de comunicación. Los elementos de defensa activa de esta iglesia son incorporados en los siglos XIV y XV

Aldealpozo

Iglesia de San Juan Bautista. Construida en el siglo XII adosada a una torre bereber de vigilancia del siglo X. La torre cumple funciones de campanario, vigilancia y defensa. Situada en la vía de comunicación entre Soria y Aragón.

Hinojosa del Campo

Iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión, siglo XII. Curiosa iglesia por tener dos torres, una bereber del siglo X y otra cristiana del XIII. La torre bereber es utilizada como campanario y la torre cristiana de gran tamaño (25 metros de altura) y con forma semicircular, tendría funciones de defensa y vigilancia. Su parte baja es incorporada a la iglesia constituyendo el primitivo ábside.

Muro de Agreda

Iglesia de San Pedro. Construida en el siglo XIII adosada a torre bereber del X. Impresionante portada donde se conserva el herraje original del siglo XIII decorado con espirales.

Montenegro de Agreda

Iglesia de Nuestra Señora de la Blanca, siglo XII. Adosada a torre bereber de vigilancia del siglo X cuya parte baja se integra  a la iglesia como ábside.

Valtajeros

La joya de la corona. Iglesia de Nuestra Señora del Collado. Siglo XII. Estilo románico muy sencillo y humilde. Se encuentra apartada de cualquier vía de comunicación importante, por lo que su fortificación posiblemente es debida a las necesidades de defensa de la población frente a los ataques del rey navarro Sancho El Fuerte durante el siglo XIV. Curioso el matacán sobre la entrada principal el cual servía para echar agua hirviendo, piedras, flechas, inmundicias y los más variados objetos a quien intentara traspasar la puerta de acceso, punto más vulnerable de cualquier fortaleza. Almenada con paso de ronda y rodeada de muro defensivo.

Señuela

Iglesia almenada de Santo Domingo de Silos, siglo XV. Construida aprovechando los restos de una torre islámica de la cual aún quedan restos en la parte baja de la torre campanario actual. Desde este punto se controla en su totalidad la Tierra de Almazán, lo cual facilitaría sin duda la detección del enemigo con tiempo suficiente para adoptar las medidas de seguridad oportunas. Dotada de recinto exterior defensivo donde hoy se mantiene el escudo de los Mendoza.

Trévago

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, siglo XII y muy reformada en el XV. Adosada a torre de vigilancia bereber del siglo X con funciones de campanario, vigilancia y defensa. La planta baja de la torre se encuentra incorporada a la iglesia y es utilizada como sacristía.

Adradas

Iglesia de Santa Eulalia. De origen románico, se encuentra rodeada de muro defensivo almenado que protege la iglesia y un edificio donde se guardaban los diezmos. El recinto amurallado cuenta con dos puertas de acceso adornadas con el escudo de los Mendoza de 1.335. 

Nepas

Iglesia de San Adrián. De origen románico. Rodeada en su totalidad por un sólido muro defensivo de mitad del siglo XV. La puerta de acceso al recinto se corona con el escudo de los Mendoza, existiendo en sus laterales dos saeteras o huecos de tiro, que permitían atacar con lanzas, flechas y ballesta a quien pretendiera traspasarla.

No dejes de investigar y pasear por cada uno de los pueblos nombrados pues guardan otros muchos interesantes tesoros y que no incluyo en este reportaje.

Por último, indicar que todas las fotografías son originales, realizadas por el que suscribe y sin haber sufrido retoque alguno tan de moda hoy en día. Dados mis nulos conocimientos fotográficos, así como la sencillez de mi cámara Canon, realmente es difícil, por no decir imposible, evitar esos colgantes cables de luz que cruzan las calles de los pueblos y que siempre utilizan los monumentos como poste. Desde aquí hago un llamamiento a la Administración para que invierta en soterrar o modificar ese cableado eléctrico, sustituir los pararrayos instalados en muchos monumentos y algo mucho más sencillo, evitar colocar los cubos de basura o señales de tráfico al lado de estos edificios centenarios y cargados de historia.

Almanzor. El personaje

Abu Amir Muhhamad Abi Amir Al Maafiri, apodado Al-Mansur, “El Victorioso”, más conocido en la cristiandad como Almanzor.

Sin duda, el mejor jefe militar que conoció Al-Ándalus en toda su historia. Entre los años 977 y 1002 dirigió e intervino personalmente en 56 campañas victoriosas tanto contra los cristianos (53) como contra los habitantes del norte de África. La sola mención de su nombre provocaba el pánico entre la población cristiana.

Almanzor fue un verdadero dictador, a la vez genial, carismático, sin escrúpulos, cruel, ambicioso y calculador. Con voluntad de hierro, hábil en la política y de indiscutible maestría militar. Durante 20 años aparece como único soberano de Al-Ándalus, lo que le permite tratar con mano dura a la población, suprimir los privilegios de las castas, humillar a la aristocracia árabe y reorganizar el ejército el cual le será absolutamente fiel durante su gobierno.

Nació en Torrox (Málaga) en el año 940 en el seno de una auténtica familia árabe de origen Yemení, de buen linaje, descendientes directos de Abd Al-Malik el cual participó personalmente con el propio Tariq (en el año 711) en la ocupación de la península ibérica. Como recompensa a la valentía demostrada por este antepasado en la toma de Carteya (Cádiz), se le concedió el castillo de Torrox y tierras aledañas. El abuelo de Almanzor fue nombrado Cadí (magistrado) de Sevilla y contrajo matrimonio con una hija del médico personal de Abderramán III. El padre de Almanzor, Abd Allah Abi Amir, teólogo, transmisor de tradiciones musulmanas y hombre piadoso, falleció en Trípoli durante el regreso de un viaje de peregrinación a la Meca. Su madre, de pura raza árabe y también de buen linaje, se llamaba Burayha.

Almanzor estudió temas jurídicos y literarios en Córdoba y pronto comienza a trabajar en la Administración redactando memorias e instancias como auxiliar de notarios y jueces. Fue nombrado administrador de los bienes de los hijos del Califa Al-Hakam II (hijo de Abderramán III), así como tesorero y curador en las sucesiones intestadas. Además, ejerció como Cadí en la circunscripción de Sevilla y Niebla. Gozaba de la protección de Subh, esposa de Al-Hakam II y madre de Hisham, futuro Califa.

En el año 976, Hisham II es nombrado Califa con 11 años. Almanzor administra sus bienes, es nombrado Chambelán y pronto comienza a asumir personalmente las funciones propias de un Califa. Le bastan cinco años a nuestro protagonista para, una vez eliminados a su estilo adversarios y opositores, asumir plenamente la dirección del Estado, el control de la economía y otro aspecto importantísimo, el control y dirección del ejército. No rinde cuentas de sus actividades, ni siquiera al Califa, el cual se encuentra recluido en Palacio, aislado del mundo exterior, llevando una vida contemplativa, rodeado de lujo y disfrutando de todos los placeres de la vida.

Su condición de “Chambelán” del Califa es lo que permite a Almanzor asumir y apropiarse del control absoluto de Al Ándalus. El “Chambelán”, es el jefe de la Casa del Gobernante y actúa como su representante en actividades políticas, diplomáticas y militares. Dirige el ejército, negocia tratados con el enemigo, dirige campañas contra los cristianos y nombra gobernadores en los distintos territorios de Al Ándalus. Lo que diferenció a Almanzor de otros muchos “Chambelán” anteriores, es que mantuvo siempre al Califa al margen de sus decisiones y sin contar en ningún momento con su opinión o control.

Así, a partir del año 981, Almanzor empieza a ejercer como un auténtico Rey, como auténtico Califa y obtiene, tras demostrar en numerosas batallas que es invencible, el apodo de “Al Mansur Bi-llah”, “El Victorioso por Alá”. Ordena riguroso protocolo regio en sus audiencias, impone que se le besen las manos a los que recibe y se atribuye los títulos de “Señor” y de “Noble Rey”.

En asuntos amorosos, el gran General Almanzor tuvo varias esposas, algunas de ellas obtenidas como moneda de cambio para afianzar acuerdos o garantizar periodos de paz. Por ser las más conocidas, nombramos a Ismá, hija del General Galib, jefe del ejército de la Marca Media y a quien finalmente Almanzor se enfrentó y venció en cruel batalla;  Oneca, hija del Conde de Castilla Garcí Fernández;  Teresa de León, hija del rey Bermudo II de León, la cual, camino a Córdoba, exclamó indignada que “una nación debe confiar la guarda de su honor a las lanzas de sus guerreros y no a los encantos de sus mujeres”;  y Abda Sánchez, hija del rey Sancho Garcés II de Navarra con la cual tuvo un hijo conocido como Sanchuelo el cual ejerció, al igual que su padre, el poder absoluto de Al Ándalus durante un breve periodo de tiempo.

Viaje a la Córdoba Califal

CIUDAD CALIFAL DE CÓRDOBA (6-9 NOVIEMBRE 2021)

La Estremadura Soriana fue la frontera más estable entre musulmanes y cristianos, manteniéndose firme y muy hermética durante más de doscientos años. Se trata de una frontera perfectamente fortificada, vigilada y defendida por miles de soldados bereberes a las órdenes del Califato de Córdoba.

El objetivo de esta frontera era simple: proteger la ciudad de Córdoba, capital y centro neurálgico del poder político, militar, social y religioso de Al Ándalus.

El trayecto de ida y vuelta entre Córdoba y la Estremadura Soriana fue recorrido en múltiples ocasiones por los mejores Califas y Generales Andalusíes al frente de sus tropas, como Abderramán III y Almanzor, para llevar a cabo rápidos, eficaces y mortíferos ataques contra los territorios cristianos. La distancia entre Córdoba y Mayerit (Madrid) podía realizarse a buen ritmo y con tropas ligeras, en unas diez o doce agotadoras jornadas, necesitando tres o cuatro más para llegar a Medinaceli, cuartel general de la frontera.

Hoy en día, en pleno siglo XXI, el viaje entre Madrid y Córdoba puede realizarse en algo menos de dos horas en el moderno AVE y es más que recomendable acercarse a nuestra Córdoba Califal, sin duda una de las ciudades más bonitas y con mayor historia de nuestro país.

Mezquita

Sobre las 14 horas llegamos descansados a Córdoba tras un corto y cómodo viaje en el Tren de Alta Velocidad, habiendo alcanzado en determinados tramos la friolera de 299 Km/h.

Directos al hotel NH Collection a dejar las maletas y en cuestión de pocos minutos, los doce integrantes de esta expedición nos sumergimos en la vorágine del barrio judío atestado de gente paseando. Reservamos a comer en una tasca en el callejón de la Puerta de Almodóvar, esquina con la calle Almanzor (qué casualidad), donde degustamos las especialidades de la zona: Berenjenas rebozadas con azúcar de caña, flamenquines y croquetas variadas, para finalizar con el típico pastel cordobés y surtido variado de tartas.

Continuamos nuestro paseo por preciosas callejuelas y plazas, para disfrutar las últimas luces del día cruzando el puente romano que salva el río Guadalquivir y que se encuentra en pleno funcionamiento desde el siglo I a.c. La Torre de la Calahorra, de construcción musulmana y situada en la orilla contraria a la mezquita, vigila y defiende este acceso a la ciudad desde hace más de mil años.

Anocheciendo
Torre Calahorra

Nos internamos de nuevo en la ciudad recorriendo una bulliciosa calle que discurre paralela al río, donde hacemos parada y fonda en la afamada y grandiosa Bodegas Campos y en la taberna “El Tablón”. En esta última subimos a una espléndida terraza con vistas a la Mezquita, sitio muy agradable y que nos recuerda a las que existen en muchos bares de la ciudad de Marrakech. Tanto nos gusta el sitio y su gente, que reservamos para comer el día siguiente.

Cenamos en “Casa el Pimpo” situado en una de las esquinas de la Mezquita y al lado de reputado bar con enormes tortillas de patata que, para conseguir una, debes soportar largas colas mereciendo siempre la recompensa a obtener. De nuevo nos abalanzamos sobre las tapas más típicas y siempre excelentemente atendidos.

Muchas guías turísticas recomiendan pasear por el puente romano sobre el Guadalquivir a última hora de la tarde, antes del anochecer. Yo soy mas de las primeras luces en vez de las últimas, por lo que el domingo soy el primer ciudadano que pone un pie en las calles de esta ciudad. Aún de noche, atravieso la zona de la mezquita y disfruto de un frío y solitario amanecer a orillas del Guadalquivir vigilando en todo momento que, en esta entrada a la ciudad, se encuentra todo en orden. Aún me quedan al menos un par de horas para caminar por calles vacías que se llenarán de turistas en cuanto el sol comience a calentar. Descubro callejones, rincones, plazas y monumentos espectaculares.

Puente romano y Mezquita
Torre Calahorra y Puente romano
Torre Calahorra
Mezquita
Amaneciendo

Ya en horario más normal y tras disfrutar del buenísimo desayuno en nuestro hotel, iniciamos todos juntos un nuevo día para disfrutar de una Córdoba que al ser domingo y con cielos despejados se encuentra algo saturada.

Siguiendo las recomendaciones de un buen amigo, cordobés de adopción, nos aventuramos a conocer la otra Córdoba alejada de tiendas y barrios turísticos donde no falta interés y belleza. Muy interesante la Torre de San Juan, del siglo X, único resto en pie de una mezquita donde hoy se alza el templo de San Juan de los Caballeros, de la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y donde charlamos con una hermana que nos enseña muy amablemente el forrado en cuero del altar y atril;  Espectacular el Cristo de los Faroles y sus alrededores, la Plaza de la Tendilla, la Plaza de la Corredera, donde tomamos un aperitivo con una muy buena temperatura y compramos una cesta de mimbre para la recolección de setas sorianas; las ruinas romanas aledañas al Ayuntamiento, edificio éste que, por cierto, debería ser demolido de forma inmediata a costa de todos aquellos políticos que lo idearon y autorizaron; la plaza del Potro y otros muchos tesoros que  vamos descubriendo en cualquier rincón.

Torre S. Juan
Plaza de la Corredera
Cristo de Los Faroles
Puerta de Almodóvar

Por fin llega la hora de la comida siendo muy puntuales en acudir a la Tasca “El Tablón” donde tomamos si cabe, lo más típico: Salmorejo y Rabo de Toro. No se necesitan más comentarios. Espectacular. Muy recomendable. Buen sitio, buen trato y buena comida. Una vez más y para no variar.

Continuamos deambulando por una ciudad cada vez más vacía de turistas, pues es domingo por la tarde y la gente vuelve a sus hogares. Ya a media tarde me doy cuenta de que llevo casi 12 horas sin parar, por lo que opto por tomarme un breve descanso en el hotel para estar de nuevo activo a las 19 horas y seguir descubriendo tesoros y tomarnos un aperitivo sin prisas en el afamado Bar Churrasco.

La cena esta noche es en La Chiquita, muy cerca del hotel y con espectáculo en directo. El sitio es bonito y hay muy buen ambiente. Un virtuoso saxofonista negro, ameniza la bebida previa a las tapas. Cena a base de tartar de atún, pollo al curry, berenjenas y otras delicias, mientras escuchamos a un dúo flamenco (voz y guitarra) al que sorprendentemente se une el saxofonista habanero, creando un estilo muy propio y que rápido provoca que todos estemos absolutamente encantados y tocando palmas como si no hubiera un mañana y lo hubiéramos hecho de siempre. De los doce integrantes en este viaje, el que más sangre andaluza tiene es el que redacta estas líneas (50%) y aseguro que fui el que menos palmas di y eso que di muchas. Catalanas, murcianas, madrileños, ecuatoriana, franceses e italianas, se dejan llevar por los ritmos afro-andalusíes hasta lo inimaginable. Realmente, escrito así, no me había dado cuenta de que somos un grupo de lo más diverso, multicultural y variopinto. Es posible que en esta amplia variedad esté el secreto de nuestra fuerte unión y cariño.

En el descanso conocemos al saxofonista, originario de Cuba, Cristóbal Agramonte, el cual perteneció largo tiempo a la banda que acompañaba a Paloma San Basilio. Tras formar parte de otras bandas, estas ya para expertos, trabaja actualmente como profesor en algún conservatorio de la ciudad. Abandonó Madrid, según su propio testimonio, no sólo por los altos precios de esta ciudad, sino también para evitar el continuo acoso policial al que se veía sometido a diario por su condición de negro y usuario del metro con un saxofón a la espalda.

La fiesta finaliza con bailes, palmas, algún licor y gritos de “¡bravo!” y “¡otra, otra!”. Los artistas pusieron la nota y nosotros la dimos, de eso no hay duda alguna.

Aperitivo un domingo

Lunes, día laborable. La ciudad está desierta. Es el momento ideal para visitar la Mezquita. Lo hacemos sin guía, pues ya en otras ocasiones hemos sido asistidos en dicho sentido y queremos vagar sin rumbo y sin prisas por el interior. Al poco de entrar nos dispersamos y me doy cuenta de que el grueso del grupo de adolescentes que viaja con nosotros permanece en mi compañía y están a la espera que diga algo. Poco me tuvieron que insistir para que empezara a hablar sobre Abderramán I «el Emigrado» y los inicios de la construcción de la Mezquita en el s. VIII, el Mihrab y su decoración de oro, la excepcionalidad de su orientación, el lugar donde se instalaban a rezar los Emires y Califas, las diversas ampliaciones realizadas con especial mención a la promovida por Almanzor, al cual se le nombraba en la oración de los viernes sin ser Califa, etc. Por supuesto aproveché para dar a conocer a mi reducido público, más aún si cabe, la estrecha relación entre la Estremadura Soriana y la ciudad de Córdoba.

Terminada la visita, tomamos un aperitivo extramuros muy cerca de la estatua dedicada a Averroes, filósofo y médico andalusí, maestro en leyes islámicas, matemáticas y astronomía, a quien rendimos honores por su gran saber y entender. Rápida visita al Mercado de la Victoria y regresamos por la Puerta de Almodóvar donde disfrutamos de nuevo de las delicias Cordobesas en la Taberna Casa Bravo.

Descanso en el hotel para, sobre las 19,30 horas, comenzar nuestro vagabundeo por unas calles prácticamente vacías. De nuevo aperitivo en “El Churrasco”, para acabar cenando a las 21,30 horas, en uno de los sitios sin duda más espectaculares de la ciudad: Los baños de Santa María.

Me quedo sin palabras al cruzar el umbral de este restaurante. Se trata de unos baños árabes del siglo X que prestaba servicio a la mezquita y donde los fieles llevaban a cabo sus abluciones antes de entrar al rezo. Había más de novecientos baños de este tipo en la época dorada de la ciudad. La entrada es una pequeña estancia con arcos califales, capiteles perfectamente conservados y unas enormes pilas de agua situadas en los laterales. La segunda sala y donde está preparada nuestra mesa para cenar, es la sala de los baños al vapor, la actual sauna para entendernos. La sala es rectangular y con techo curvo, conservando forma y materiales originales. Antes de servir la cena, el camarero, siguiendo una ancestral costumbre andalusí, se acerca discretamente con una jarra de agua templada perfumada con canela y mandarina y un recipiente de barro donde nos lavamos las manos.  Muy difícil describir las sensaciones tan especiales que nos transmitió este lugar. La cena muy buena con ligeros toques andalusíes de hace mil años.

Baños de Santa María

Martes laboral. La ciudad amanece aún más vacía que el día anterior. Esta es la verdadera Córdoba. Parte de nuestros acompañantes abandonan la ciudad a primera hora y nos quedamos los seis viajeros del AVE. Visitamos la Torre de la Malmuerta, del siglo XV, para lo que nos cruzamos de nuevo toda la ciudad y realizamos en el camino nuevos descubrimientos como La iglesia románica de San Miguel (siglo XIII) y la torre de Santo Domingo de Silos (S. XVIII).

Iglesia de San Miguel
Torre de Sto. Domingo de Silos

Como no, nuestra última comida en esta ciudad la realizamos en un típico lugar muy cerca de la mezquita, Taberna Los Deanes, sin que faltara el salmorejo, rabo de toro y flamenquines.

Iniciamos la vuelta de nuevo en el AVE, donde prometo volver a esta espléndida ciudad y retomar mi visita diaria al Patio de los Naranjos, lugar de paz y fuente de inspiración del que suscribe.

No puedo acabar esta crónica sin mencionar a Natalia y Lorena, miembros muy activos de este grupo, que promueven y facilitan estos viajes en familia, manteniendo en todo momento el buen ambiente y optimismo. Sin duda que hacemos un grupo estupendo y ya estas incombustibles mujeres han organizado en cuestión de minutos nuestra próxima aventura en la que cruzaremos el Estrecho de Gibraltar y nos sumergiremos en una ciudad a la cual emigraron miles de Cordobeses allá por el siglo IX. Pero eso ya, amigos, es otra historia.

La primera en solitario. 25/09/2021

Como esto del virus ha puesto el contador del tiempo a cero y se habla de una nueva era y parece que volvemos a la normalidad, el fin de semana del 25 de septiembre me hice la primera escapada en solitario y a uno de los lugares más despoblados de Europa, al norte de la provincia de Soria, en el límite fronterizo de Tierras Altas. Esta escapada era preparatoria para la XI Ruta Soriana que celebraríamos a mediados del mes de octubre.

El Defender da muestras de fortaleza arrancando sin problema e inicio un lento avance por carretera esperando que me entre la inspiración para tomar un rumbo concreto. A 8 km de la capital, en el pueblo de Garray, veo una tiendecita y paro de inmediato para aprovisionarme de agua y algo de comida pues, para variar, no había tenido en cuenta estos aspectos. La decisión es acertada pues en las próximas ocho horas no habrá nada que me pille de paso para cubrir estas necesidades.

Con esta breve parada y en la que el tendero me informa que la fábrica de embutidos de un pueblo cercano ha vendido todas sus existencias y no habrá más genero a la venta hasta pasado el invierno, tomo unas rápidas pistas de tierra que me llevan hasta Fuentecantos donde paro unos minutos a ver la iglesia románica que milagrosamente está abierta y llena de fieles celebrando algún evento. Siguiente parada en Portelrubio, donde de nuevo se cumple el milagro y encuentro la iglesia abierta con una anciana señora tirando de una cuerda tocando las campanas. La mujer se sorprende al verme y me enseña la pequeña iglesia de manera rápida, me cuenta que quedan dos vecinos en el pueblo y que en su día vendieron la casa del cura y la huerta para arreglar el tejado. La pena fue que no obtuvieron más ingresos pues la iglesia necesita una profunda intervención. Abre una pequeña y oscura habitación donde guardan con celo una preciosa pila bautismal románica y en la que, según me informa mi nueva amiga, ella misma fue bautizada.

Iglesia Fuentecantos. siglo XII
Iglesia Fuentecantos. Ábside. S. XII
Iglesia Portelrubio
Pila bautismal románica en Portelrubio, siglo XII

Parada en Fuentelsaz para contemplar un templo románico muy rústico y donde tomo la pista que sube al Cerro de San Juan donde en mi opinión hay una de las mejores vistas de la provincia. Numancia, la ciudad de Soria, el Valle del Tera, Sierra Carcaña, Cebollera y hasta el Moncayo te esperan en el alto.

Bajando el cerro entro de lleno en rápidas pistas de tierra y realizo pequeñas paradas en pueblos cuyo nombre desvela el origen de sus primeros habitantes, cuando a comienzos del siglo XI la zona fue repoblada por el rey de Navarra García Sánchez. Sepúlveda de la Sierra, Cubo de la Sierra, Segoviela, Arévalo, Torrearévalo…. Paseo por cada uno de los pueblos buscando sus antiguas iglesias muchas de ellas con algún resto románico y me cruzo únicamente con un total de dos personas.

Sepúlveda de la Sierra
Cubo de la Sierra
Segoviela
Arévalo de la Sierra
Torrearévalo

En este trayecto abundan los castros, fechados entre los siglos VI a IV a.C., algunos fáciles de identificar en los diferentes promontorios. Se trata de los primeros asentamientos fijos de la provincia y son muy interesantes de visitar siempre que dejes volar la imaginación.

Atravieso por su ladera sur la Sierra del Alba y la de Montes Claros hasta llegar a Ventosa de la Sierra y Estepa de San Juan, donde tomo una curiosa pista que me lleva al Puerto de Oncala, línea fronteriza entre la España vacía y la España más vacía aún. Bienvenido a Tierras Altas de Soria, tierra de trashumantes, tierra de gentes recias y austeras, la tierra de mis antepasados.

En el alto de Oncala, como siempre, hace frío y mucho viento. Es el momento de parar y prepararme un buen bocadillo de pan y lomo soriano. El sitio de parada lo escojo con precisión y durante mi austera comida disfruto de un paisaje realmente espectacular presidido de nuevo por el Moncayo y un gran valle hasta la propia ciudad de Soria e incluso más allá. Utilizo el Land Rover como cortavientos.

Altos de Oncala
Moncayo

Continúo mi recorrido por el alto de Oncala y en una encrucijada de caminos freno en seco para hacer algo que hasta ahora no había hecho jamás: con las manos temblorosas por la novedad, cojo el móvil y pongo en funcionamiento una aplicación GPS que me descargué hace unos días y a propuesta de uno de los seguidores de este blog y que ha realizado alguna de las rutas por mi presentadas. Se abre ante mí un mundo nuevo, un mapa con todo tipo de detalles y me doy cuenta de que no estoy muy lejos del pueblo de Valtajeros, al cual me dirijo inmediatamente para visitar una de las mejores iglesias fortificadas de la provincia de Soria.

Iglesia fortificada de Valtajeros. Siglo XII
Valtajeros. Detalle elementos defensivos

Aún con cargo de conciencia por la utilización de la técnica más moderna de orientación, vuelvo al punto de origen y consulto de nuevo mi nueva aplicación. Prácticamente no me queda batería, por lo que soy consciente de que se acabó el GPS por hoy. Tomo nota mental de la ruta a seguir en mi camino de vuelta. Llego directo al Santuario de la Virgen del Almuerzo.  Impresionante, en mitad de la nada. El silencio es absoluto y la sensación de soledad aún más. El sitio da bastante respeto.

Ya en Narros accedo a carretera asfaltada hacia Soria donde finalizo esta solitaria ruta en la Ermita del Mirón donde hay una espectacular panorámica de toda la ciudad. Ya está anocheciendo, es momento de irse a casa.

Soria, 25 de septiembre de 2021.

Ermita Virgen del Almuerzo
Iglesia Narros

Narros

XI RUTA SORIANA. 15-17 OCTUBRE 2021

Llevábamos dos años y medio sin reunirnos y por fin este mes de octubre de 2021 hemos podido celebrar la XI Ruta Soriana. Para quien no conozca este importante evento, se trata de una reunión de amigos de lo más variopinto y con una afición común: Disfrutar de la naturaleza con nuestros Land Rover y nuestras familias.

Anunciada la convocatoria del evento, a los pocos días, todos los invitados, todos, confirman su asistencia. Un año más, la respuesta es unánime, se marca la fecha en las agendas y comienza la cuenta atrás.

La organización logística del evento es relativamente sencilla pues ya desde el año 2006 nos alojamos en nuestro Hostal Lázaro, situado a las afueras de la ciudad de Soria, donde tenemos buen aparcamiento para nuestros Land Rover, somos atendidos con amabilidad y disponemos de espacio suficiente para celebrar desayunos y cenas multitudinarias sin prisa alguna. Lázaro, propietario del negocio, conoce nuestros gustos y necesidades, por lo que existe un clima de confianza que hace que, año tras año, nos encontremos como en nuestra propia casa.

La segunda parte de la organización consiste en la preparación de la Ruta que, en una provincia como Soria, no es muy complicado pero hay que ofrecer variedad e incluso alguna novedad siempre que sea posible. Siempre doy mucha importancia a la experiencia 4×4 en estos encuentros y, además, en los últimos años, he añadido algo de “culturilla” visitando lugares casi siempre desconocidos y fuera de las guías turísticas tradicionales.

Este año, la ruta tiene una fuerte dosis de paisajes espectaculares con parada en algún pueblo para pasear por sus calles y disfrutar de joyas medievales perfectamente conservadas hoy en día.

Valle del Tera

Ya el viernes noche la mayor parte de los Hombres Libres se encuentran en el Hostal, donde entre cervezas, vinos y una buena cena nos ponemos al día de nuestras vidas de los últimos años. Da la impresión de que nos hubiéramos visto ayer mismo, el fuerte vínculo que nos une no ha sufrido desgaste alguno. La conversación se alarga hasta las dos de la mañana…

En la mañana del sábado se incorporan los últimos integrantes de la aventura y sobre las 11 horas nos ponemos por fin en marcha los seis vehículos todo terreno con un total de quince personas.

Iniciamos la ruta por pistas en buen estado, muy rápidas y polvorientas, llegando por fin, tras algún despiste de orientación del que suscribe, al alto del Cerro de San Juan (altitud 1.359 metros) donde la vista es espectacular. Urbión, Cebollera, Valle del Tera, Sierra del Alba, Tierras Altas, Soria, el Moncayo… El día es claro y la panorámica de 360 grados es simplemente grandiosa.

Cerro de San Juan

Comenzamos el descenso del Cerro y comienza por mi parte la improvisación realizando una acertada parada en la Casa Fuerte de San Gregorio (siglo XV) para deleite de todos y cada una de las personas que me acompañan. La magia y la belleza de este lugar cala hondo y conmueve a uno de los miembros de nuestro grupo el cual comenta con total naturalidad y en voz alta que es lugar ideal para casarse con su novia de toda la vida y la cual también se encuentra presente. Si bien la guapa novia sorteó con la maestría que le caracteriza la situación, el resto comenzamos a vitorearlos y animarlos, incluso informando de los precios de alquiler y menús que cualquiera puede consultar en internet. Esperemos que más bien pronto que tarde, podamos los Hombres Libres ser testigos de la formalización de una sólida relación que dura ya 25 años, ni más ni menos.

San Gregorio
San Gregorio

En uno de los laterales de la Casa Fuerte hay una escultura de un curioso elefante, estilo indio, estilo futurista, no se sabe muy bien, pero que dio mucho juego con los intentos de escalada de los más audaces, lo cual consiguieron no sin gran esfuerzo. Por investigaciones posteriores de uno de los integrantes del grupo que se subió a los lomos de esta curiosa escultura, hemos podido saber que se trata de la obra de un artista vasco ya fallecido, Pablo Gerardo López García, la cual fue encargada y no pagada por los constructores de un embalse en el País Vasco. Al no cobrar un céntimo su autor, la escultura fue retirada del embalse en el año 1996. La obra se titula “El elefante de Siete Trompas, representando las siete trompas a las siete tomas de agua que parten del embalse vasco. Cómo acabó la escultura en Soria, lo desconozco, pero seguro que es una interesante historia.

La fecha de construcción de esta Casa Fuerte (siglo XV) llama la atención de un integrante del grupo de nacionalidad chilena, pues esta Casa ya estaba construida y habitada cuando se descubrió su tierra, el Nuevo Mundo. Así es amigo, esto es España, esto es Soria.

Nos internamos ya en zona repoblada en el siglo XI por gente traída de Segovia tal y como puede deducirse claramente de los nombres de los pueblos del lugar: Cuéllar, Segoviela, Arévalo de la Sierra, Torrearévalo, etc… realizando parada a comer en las cercanías de Ventosa de la Sierra, en un amplio campo segado, con una vista espectacular y a los pies del castro de El Castillejo que data del siglo V antes de Cristo.

El tiempo acompaña, no hace frio ni viento, por lo que podemos disfrutar del momento con absoluta tranquilidad. Nuestras comidas campestres son dignas de cualquier convención gastronómica nacional: embutidos, quesos y encurtidos de diversas regiones españolas, tortillas de patata caseras, empanadas, y otra gran variedad de delicias varias. Todo regado con excelentes vinos españoles y chilenos, acabando con postres a base de tarta de Santiago y los siempre presentes Nevaditos que hacen revivir a más de uno su más tierna e inocente infancia. Durante el café, recibimos una didáctica explicación sobre la actual erupción del volcán de La Palma de la mano de nuestro geólogo particular y el cual nos instruye en esta matera desde hace años en todos nuestros viajes.

Ventosa de la Sierra

Iniciamos el ascenso al Alto de Oncala (1.496 metros de altitud), donde el tiempo da un cambio radical y las paradas a disfrutar del paisaje nos recuerdan que aquí siempre hace frío. Es posible que, entre otros de mayor importancia, este sea uno de los motivos de encontrarnos en la zona más despoblada de Europa con una densidad de población de menos de dos habitantes por kilómetro cuadrado.

Alto de Oncala
Alto de Oncala

Realizamos una larga parada en el pueblo de Valtajeros donde existe una de las mejores iglesias fortificadas de la provincia. Esta iglesia-castillo fue construida en el siglo XII y reconvertida en fortaleza sobre el siglo XIV, siendo utilizada tanto para satisfacer las necesidades espirituales de los fieles, como de refugio y defensa frente a los ataques del reino de Navarra. El pueblo está muy bien cuidado y una amable señora sale a nuestro encuentro al oír el barullo que generamos. Como buena española, la buena mujer nos cuenta que en invierno apenas quedan una docena de personas en el pueblo y que el año pasado se instaló una familia de Madrid con dos niños pequeños. El padre de esta familia está prejubilado y ella es enfermera en San Pedro, localidad cercana y cabeza de comarca donde los niños van a la escuela.

Valtajeros. Iglesia fortificada

Estos comentarios dan lugar a amplios debates internos entre nosotros, ¿seríamos alguno capaz de venir a vivir a este remoto y aislado lugar? Cual fue la sorpresa cuando empezó a fraguar la idea de instalarnos todos aquí tras comprobar que, entre nosotros, muchos de los servicios básicos los teníamos cubiertos como son la sanidad, la construcción, la mecánica, tareas administrativas, servicios legales y necesidades audiovisuales. Incluso contamos con nuestro cupo de extranjeros. La idea nos gustó a todos y sobre todo al que suscribe cuando fui elegido alcalde de la localidad por unanimidad de los presentes. El debate no hizo más que empezar y hemos tomado la decisión para, en el próximo Encuentro, traer propuestas serias y meditadas para llevar a cabo nuestra acción de habitar este maravilloso lugar. Para nuestra financiación, toma forma la idea de instalar una fábrica de cerveza elaborada con la cebada cultivada en este mismo lugar. Entre nosotros, no solo hay empresarios y expertos en ventas al por mayor, sino también unos muy cualificados catadores de tan preciado líquido. El negocio está asegurado. Surgieron también otras ideas de financiación las cuales prefiero no mencionar por salirse de lo convencional.  De momento hay que empadronarse para salir elegido alcalde por mayoría democrática. Seguro que esto da para mucho, sobre todo para pasarlo bien.

Valtajeros. Iglesia fortificada
Valtajeros

Iniciamos vuelta por caminos en los que hay puntos negros de orientación, por lo que simplemente hay que dejarse llevar y guiarse por el espíritu Amazigh. A pesar de tener hoy mi sentido de la orientación como el de una paloma herida, logro llevar al grupo por caminos hasta el pueblo de Los Villares donde hacemos parada e iniciamos los 18 km de asfalto que nos separan de nuestra guarida, nuestro querido Hostal Lázaro, donde tomamos unas cervezas comentando las anécdotas del día, cenamos en familia y sobre las 1 de la mañana ponemos punto final a este intenso día. En la cena, entre carcajada y carcajada, se habla intensamente de nuestro proyecto de instalarnos en el pueblo. Resulta que somos hasta creativos, es increíble.

Los Villares
Los Villares

Amanece con ligera llovizna el domingo, suficiente para eliminar el polvo de los caminos. Desayunamos todos juntos y nos dirigimos a un monte donde recogemos níscalos que repartimos generosamente entre todos nosotros. Almuerzo con las sobras y pan del día anterior y volvemos a nuestras casas donde ya algunos no tardan en preparar un buen guiso o revuelto con los níscalos recién cosechados. Pero eso, amigos, ya es otra historia.

Un fuerte abrazo para todos los Amazigh que han disfrutado de este intenso fin de semana, a los cuales simplemente nombro pues a cada uno de ellos podría dedicarle una larga crónica dado los numerosos viajes, experiencias y aventuras compartidas: Javier y Carmen; Víctor y Alicia; Angel; Mario; Ricardo; Alfredo y Alicia; Rafa y Lorena; Alfredo, Celia, María y Marina, la juventud Amazigh que disfrutan como los que más y que algún día, espero, recojan el testigo a los mandos de un potente Land Rover.

Por favor, estén atentos a la próxima convocatoria la cual se realizará como debe ser, con el buen tiempo, sobre el mes de febrero del año 2022. Y seguro que dará para otra historia.

Daroca y Calatayud medievales

DAROCA Y CALATAYUD. 18 SEPTIEMBRE 2021

Nace el río Jalón en tierras de Medinaceli pudiendo disfrutar de su nacedero en el pueblo de Esteras de Medinaceli. En este lugar, el agua brota en abundancia, con asombrosa transparencia y a una temperatura muy acorde con los inviernos de la zona, helada. Las aguas inician un viaje de 224 kilómetros para fundirse con el río Ebro en la localidad de Torres de Berrellén (Zaragoza).

En su discurrir, el río Jalón abre una importante vía de comunicación entre Medinaceli y Aragón la cual fue controlada y vigilada escrupulosamente por los musulmanes durante los 400 años que se mantuvieron en este territorio.

En tierras Sorianas pasaremos por pueblos como Arcos de Jalón, Somaén, Montuenga de Soria, Santa María de Huerta y ya en Aragón, Monreal de Ariza, Ariza, etc, pueblos con mucha historia y monumentos dignos de ser visitados que protegerán y acogerán al viajero siempre que sea necesario.

Pero en este viaje, pasaremos de largo, no sin pena, pues nos dirigimos a la tierra de Daroca, dicen que uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Zaragoza y qué razón tiene quien lo haya dicho.

Panorámica de Daroca

La entrada a Daroca se realiza por una de las dos puertas de la ciudad, ambas del siglo XV y cada cual más espectacular. La llamada Puerta Alta no desmerece nada a la Puerta Baja, la cual cuenta además con la famosa fuente de los veinte caños que lleva 383 años dando la bienvenida a los visitantes.  Los accesos a la ciudad son muestra y anuncio de lo que Daroca guarda en su interior.

Fuente de los veinte caños
Puerta Alta
Puerta Baja

Daroca es una ciudad fundada por los musulmanes a finales del siglo VIII, en concreto por poderosos árabes de Yemen, del linaje de los Tuyibies, los cuales convierten en poco a tiempo a Daroca en una de las medinas más  importantes de la Marca Superior de Al Ándalus .

Como es de rigor, Daroca se encuentra perimetrada por murallas, relativamente bien conservadas y con una longitud de 4 km. Posee además un gran castillo que originariamente era la antigua alcazaba musulmana, sufriendo innumerables transformaciones y ampliaciones en los siglos siguientes. Daroca llegó a tener tres castillos y más de cien torreones en sus murallas. Hay que darse un paseo por los restos del Castillo Mayor para comprobar su poderío, el amplio territorio que domina, disfrutar de la torre del homenaje, el aljibe de enormes dimensiones y un misterioso túnel con mucha pendiente, casi vertical, con escaleras muy desgastadas y que al parecer se trata de excavaciones realizadas en busca de aguas subterráneas. La panorámica de Daroca desde el alto del castillo es espectacular.

Torre del homenaje y túnel
Castillo

Fue Alfonso I de Aragón “El Batallador” el que conquistó Daroca para los cristianos en el año 1.120. A partir de entonces, los musulmanes pudieron seguir viviendo en Daroca pero concentrados en el barrio conocido como la morería. Aún se puede pasear por el trazado original de las calles con unos característicos pasadizos. Los habitantes de la morería se dedicaron a trabajos artesanales del metal y el barro, la agricultura, la construcción e incluso regentaban comercios en la calle Mayor.

Los problemas de convivencia surgieron muchos siglos después, cuando en el año 1.522 se ordena el cierre de las puertas de acceso a la morería durante la noche. Fueron expulsados definitivamente en 1.610, al igual que en el resto de la península, viéndose entonces unas 58 familias obligadas a abandonar Daroca sufriendo la economía local un duro golpe.

Se conserva también en Daroca la judería, cuyos inquilinos no tuvieron problemas de convivencia con los musulmanes cuando estos dominaban la ciudad. Los judíos fueron expulsados en 1.492.

Morería
Judería

Conquistada la ciudad, Daroca fue frontera del Reino de Aragón con los musulmanes y posteriormente con el Reino de Castilla. Curtidos en mil batallas, destacaron sus habitantes por su arrojo y valentía en la defensa de la ciudad en la guerra de los Dos Pedros (entre Pedro I El Cruel de Castilla y Pedro IV El Ceremonioso de Aragón en el último tercio del siglo XIV). Daroca fue la única ciudad de frontera que rechazó al potente ejército castellano. Tras esa batalla, le fue concedida la condición de “ciudad”.

Ya inmersos en la cristiandad, Daroca conserva buenas iglesias románicas cuya construcción se inicia en el XII y finaliza siglos después, dando a estos monumentos un carácter muy especial por la mezcla de estilos. Destacamos la Basílica de Santa María de los Corporales construida sobre la mezquita mayor de la localidad, la Iglesia de Santo Domingo (cuya torre es una mezcla de románico y mudéjar), la Iglesia de San Juan, construida sobre la base de una mezquita cuya cimentación aún está a la vista, y a mi gusto, la más auténtica, la Iglesia de San Miguel, con un estilo románico menos contaminado que el resto.

Basílica Sta. Mª de los Corporales
Iglesia Santo Domingo
Iglesia de San Miguel
Portada Iglesia San Miguel

Los palacios y casonas con sus correspondientes escudos en las fachadas son numerosos y llama la atención la Ermita de Nazaret, en el camino de subida al castillo. Según la leyenda, se trata de una gruta que fue anteriormente templo pagano y es curioso ver la fachada formando ya parte del acantilado de color rojizo en el que se incrusta.

Casona Medieval
Ermita de Nazaret

Podemos trasladarnos a unos 35 km. de Daroca para disfrutar de Calatayud, donde su gentilicio, tomado de la antigua ciudad romana, es algo difícil de pronunciar al menos la primera vez: “Bilbilitano”.

La ciudad romana fue abandonada en el siglo IV siendo la actual fundada por los musulmanes en el año 716 y gobernada por la misma familia Yemení que Daroca, los Tuyibies. Alfonso I de Aragón “El Batallador”, en el año 1.120, toma Calatayud y los vecinos le honran y agradecen su gesta con una bonita estatua.

Castillos, murallas, barrios morisco y judío, restos de sinagoga, iglesias cargadas de historia y descomunales torres mudéjares te esperan en Calatayud. A destacar la iglesia de San Pedro de los Francos adosada a una atalaya musulmana que desafía la ley de la gravedad y donde en el año 1461 fue nombrado heredero de la Corona de Aragón el que luego fue Rey, Fernando el Católico.

Panorámica de Calatayud
Sinagoga
Iglesia de San Pedro de los Francos con su Torre árabe
Puerta Terrer y Fuente de los Caños
Iglesia San Miguel
Morería
Camino a Soria

El río Jalón da vida a Calatayud con abundante caudal y los Bilbilitanos han creado a su alrededor un lugar agradable y fresco para pasear. Sigue el curso del río hasta su desembocadura para seguir conociendo la historia de nuestra tierra. Pero eso, como viene siendo habitual, ya es otra historia.

Septiembre 2021

Alfonso I de Aragón «El Batallador»