Camino a Los Monegros. Agosto 2024. (Primera Parte)

Todos los veranos, cuando en familia hablamos de fechas y lugares donde acudir, siempre tengo en mente unos días para poder acercarme con el Land Rover al desierto de Los Monegros y disfrutar de cientos de kilómetros de pistas muy rápidas y polvorientas, en buen estado y en estas fechas totalmente vacías.

No siempre cuadran los días, pero este año, por fin, ha sido posible una escapada de cuatro días a esta zona tan desconocida y no siempre apreciada para la mayoría de las personas de mi entorno. Es más, salvo mi círculo más cercano, se sorprenden de mi escapada a esta zona de auténtico desierto en el mes más caluroso del año, agosto. Así es, está pensado a propósito, tanto el lugar como la fecha. Es lo que busco. Y para esta aventura, siempre cuento con mi incuestionable copiloto, mi hijo Fernando, el cual me entiende, apoya y me acompaña, como en otras anteriores, en esta tercera expedición por Los Monegros.

La organización previa es mínima. El Land Rover en buen estado, nevera para poder disfrutar de bebidas frías y un par de llamadas para reservar un Hostal en Bujaraloz la noche del sábado y domingo. Queda pendiente la noche del viernes. Ya veremos, según vaya surgiendo. Son fechas complicadas para reservar alojamiento pues estamos en pleno puente de la Virgen de Agosto.

Uno de los grandes atractivos de esta ruta es que llegar a Los Monegros ya sea una aventura. Aventura en el sentido de no tener prisa por llegar, desplazarnos por carreteras comarcales, cuanto más rotas y abandonadas mejor e ir parando allí donde nos apetezca y según lo que vaya surgiendo en el camino. Para que el camino sea un éxito, es fundamental guiarse con un buen mapa de carreteras, no llevar una ruta prestablecida e ir enlazando comarcales y pistas de tierra según vayan surgiendo. Sí hay que tener claro la dirección, que en este caso es hacia el Este. Así de simple.

Día 1

Sobre las 11 de la mañana del 16 de agosto, día de San Roque, iniciamos el viaje desde Soria tomando la nacional 234. Paramos en Almenar de Soria para ver el castillo de la provincia mejor conservado y comprar pan, embutidos y refrescos en la única tienda del pueblo, llamada María, donde hay que acudir con una buena dosis de paciencia para ser atendidos.

Castillo de Almenar de Soria

Continuamos por esta carretera nacional hasta que vemos a unos 500 metros de la carretera una ermita a la que llegamos por pistas de tierra algo reviradas. Se trata de la Ermita de Nuestra Señora de la Serna, patrona del cercano pueblo soriano de Ciria. El lugar realmente tiene cierto misterio. La Ermita está cerrada, pero puedes ver su interior a través de un cristal de la puerta y la visión impresiona. El silencio es absoluto y rodeamos la ermita a pie, pudiendo ver desde fuera otras dependencias interiores también cerradas y que inspiran respeto sobre todo cuando comento en voz alta que vaya susto si apareciera alguien de repente ahí dentro…. Mi acompañante, influenciado posiblemente por todo tipo de series televisivas me pide que me calle y no haga comentarios de ese tipo.

Quien me conozca sabe que, de vez en cuando, me gusta contar batallitas o curiosidades y este lugar me inspira para, aprovechando que hoy es San Roque, comentar a mi hijo por qué este Santo es el patrón de cientos y me atrevo a decir de miles de pueblos y ciudades de nuestra geografía. Roque (S. XIV) se dedicó a curar y atender a enfermos de la peste y cuenta la tradición que los curaba haciendo sobre ellos la señal de la cruz. Nuestros pueblos, para protegerse de esta peligrosísima enfermedad de la peste y otras epidemias, se encomendaban a este Santo. De su perro, ya hablaremos otro día, pero salvó la vida al Santo cuando contrajo tan temible enfermedad.

Ermita Nª Sra. de la Serna
Aranda del Moncayo

No sé si por inspiración de la Virgen de la Serna o del propio San Roque, por cierto, también patrón de los peregrinos, encontramos en este punto una carretera comarcal en dirección Este, la SO2017 y A1503 que nos introduce en el Aragón más profundo pasando por preciosos pueblos como Aranda del Moncayo, Jarque, Gotor e Illueca. Parada en Gotor, localidad con bonito y contundente nombre, donde paseamos hasta el Convento de Nuestra Señora de la Consolación (S. XVI), cuya iglesia se encuentra en ruinas, bien cuidadas y asentadas, y la parte del convento ha sido reconvertido en lugar de alojamiento con un bar de éxito a la vista de la terraza abarrotada de fieles tomando el aperitivo a base de bebidas y tapas con bastante buena pinta.

En Illueca, nos llevamos una gran sorpresa al visitar el Castillo Palacio del Papa Luna (S. XIV). Es la segunda vez este verano que topamos con el Papa Luna, D. Pedro Martínez de Luna, Papa aragonés que ejerció con el nombre de Benedicto XIII y nació en este castillo en el año 1328. Unas semanas antes, también tuvimos noticias de este Papa Aragonés en Aviñón pues estuvimos visitando el Palacio Papal donde entre 1309 y 1377 se instalaron aquí nada menos que siete Papas en un intento de eludir la inseguridad de Roma. Uno de estos Papas fue el maño Benedicto XIII.

Gotor
Palacio del Papa Luna. Illueca

Se hace la hora de comer, bueno, realmente ya ha pasado con creces e intentamos buscar algún sitio aislado y con sombra. Proseguimos por la carretera A1505 y pasado Sabiñán, de nuevo la inspiración divina, esta vez de San Blas, protector de las enfermedades de garganta, hace que paremos en la Ermita dedicada a este Santo, entre olivos enormes, con mesas de merendero y buena sombra, donde damos buena cuenta de unos bocadillos que elaboramos con lo comprado en la tiendecita de Almenar. Aprovechamos la tecnología para buscar alojamiento y sin excesivos problemas localizamos un hotel de carretera en Cariñena.

Ermita de San Blas. Saviñán

Con renovadas fuerzas, proseguimos por la A1503 y A1505, comarcal revirada y muy bonita. Dejamos atrás y para otra ocasión localidades como El Frasno, Inogés, Santa Cruz de Grío y Tobed. Paramos en Codos con la intención de tomar un café. Poco tiene este pueblo. Un lugareño nos informa que hay dos bares, uno cerrado que abre a las 17 horas y otro en la parte de arriba, “pasada la plaza, donde el trinquete de la pelota, a la derecha”, dice. Subimos por la calle estrecha y empinada y nos llama la atención un recio vallado de hierro en las escasas y estrechas bocacalles y grandes puertas de hierro estratégicamente situadas. Confirmamos con una vecina que el vallado es para los encierros que se celebrarán en unos días y nos sorprende que se celebren en una calle en cuesta. Los vecinos de Codos, codinos y codinas, deben estar hechos de una madera especial. Y también las vaquillas, digo yo.

Por cierto, la plaza sí la encontramos, pero del “trinquete de la pelota” ni rastro. Puede que el motivo fuera nuestro desconocimiento sobre trinquetes, pero el Bar donde nos llevó finalmente un chavalín de no más de 12 años, también estaba cerrado y allí no había nada que pudiera Identificarse como el “trinquete para la pelota”. Ni a la derecha ni a la izquierda. Nos refrescamos en la fuente del pueblo pues el calor es infernal.

Variamos nuestro rumbo y nos dirigimos por pista de tierra hacia Miedes de Aragón donde aquí sí hay bar donde tomar un café y disfrutamos posteriormente de la torre campanario del siglo XIV y paseamos por su casco urbano de origen musulmán.

Miedes de Aragón
Miedes de Aragón

Para ir hasta Cariñena, donde pasaremos la noche, debemos volver por Codos y afrontar su puerto, con carretera de curvas muy cerradas y pronunciadas pendientes. Llegamos a Cariñena a las 19.30 horas tras haber recorrido 204 km. Es momento de descansar en nuestro hotel de carretera y cenar a base de fideguá, jamón con ensaladilla, churrasco y filetes de cerdo con roquefort. De postre un helado.

Codos

5 comentarios en «Camino a Los Monegros. Agosto 2024. (Primera Parte)»

  • 24 de septiembre de 2024 a las 19:58
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    Impresionante, cuánta historia recorréis en vuestros viajes, impresiona que viva gente en esos pueblos, ¿de qué viven, a qué se dedican?, tremendo, una maravilla. Un abrazo

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  • 12 de septiembre de 2024 a las 04:11
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    Muy interesante y muchas gracias por enseñarnos esta parte de nuestro país tan desconocida para la gran mayoría.
    En breve mandaré mi comentario a la segunda parte.

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  • 5 de septiembre de 2024 a las 20:50
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    Buena excursión y buena narrativa, gracias por compartir. ¡Deseando leer la segunda parte!

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  • 2 de septiembre de 2024 a las 22:08
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    Punto uno, Almenar no supera a “Moñux”
    Punto dos, no soy un miedica
    Punto tres, donde leches, donde leches está el trinquete
    Y por último, para cuando la parte dos

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  • 1 de septiembre de 2024 a las 11:26
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    Precioso recorrido y edificios muy bien conservados da gusto verlos sentada a la sombra,y disfrutando del viaje 👏👍

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